De nuevo juntos

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Ann volvía a prisa a su departamento, no quedaba lejos y si lo hacía bien podria estar a tiempo en la fiesta, debería comer algo allá, ya que hasta el momento no había provado bocado. Eso le trajo a la mente al vagabundo de ojos verdes. Deseaba volverlo a ver aunque seaa una vez más. Ya estaba aceptando que eso de olvidar no seria tan fácil como ella pensaba. Esta mas que claro que no había funcionado hasta el momento. Miro a ambos lados de la calle antes de cruzar. Enlentecio el paso, ya que en esa cuadra lo había visto. "Basta Ann" se dijo y retomó el paso. De un callejon, que cortaba la manzana en dos salio una perrita.
   -¿Estas solita? - dijo Ann acariciandola- eres muy...
   - Ell esta conmigo
Era esa voz con acento ingles, Ann se sintio anonadada, no sabía que decir o que hacer. Ahí estaba él causante de sus distracciones, de pie con su manos en los bolsillo, mirándola.
   - ¿No sabía que te gustaban los perros ?- dijo el vagabundo acariciando también al cachorrito.
   - De hecho los amo-
Fue lo unico que pudo decir, luego de eso vino el silencio absoluto, ni siquiera el ruido de los autos de oian. Ahí estaba de nuevo frente a frente solo mirándose como si de eso dependiera su vida. Sus manos se cruzaron en el cuerpo de aquel animal, que era lo único que los separaba, de pronto éste salió corrido detras de una rata. Sus manos se uniron por fin. Ella sintio mas enamorada que antes, él se desarmó ante aquella situación.
"Eddie ya eres un viejo, deja de sentirte como un adolescente" penso el vagabundo alejandose de la bella joven y poniéndose de pié. Dio unos pasos hacia atrás y solo la contempló.
Ella hizo exactamente lo mismo, y aunque no lo quería aceptar, aquella actitud del extraño, le había dolido mas de lo que deseaba. Miro su reloj, ya iba tarde.
   - Que bueno volverlo a ver... Y que bien que tenga una compañía, no se usted pero a mi no me gusta la soledad.
Ann se quedó pensando en eso último que había dicho, y le pareció gracioso, ya que la mayor parte del tiempo se la pasaba sola. Rio por aquél pensamiento.
   - Pienso igual...
Eddie solo lo decia para quedar bien, ya que estar solo era algo que amaba. Desde que había abandonado todo no había pasado ni un segundo en el que no estuviera en completa soledad.
   - ¿Estas ocupada? 
   - En realidad es mi horario de almuerzo asi que estoy libre-
   - Se que no soy una buena compañía pero ¿te gustaría ir a almorzar conmigo?
El vagabundo la había invitado a salir, Ann se sintió muy emocionada, feliz como nunca antes. Recordó la fiesta,  pero Melanie no notaría su ausencia, seguro que habría muchos que la distraerian. Además capaz esto no volvería a suceder.
  -Acepto- respondió la joven con un gran sonrisa en su rostro.
Ann estaba por hacer algo que ni en sueños lo habria pensado, estaba por salir con alguien que no conocia y ademas era un vagabundo con la mala fama que ellos tienen, pero estaba dispuesta a correr el riesgo.
Caminaron por las calles de aquella ciudad en busca de un sitio para almorzar, eso si, debian de poder admitir animales. Ann compró unas hamburguesas y le dio una a cada uno de los invitados a esa cita. Se sentó al lado de Eddie en unos de las bancas del parque.
   -Amo este sitio... Me recuerda a casa- dijo Ann sintiendo nostalgia.
   -¿Creí que vivías aquí?
   - Si tengo un departamento, pero crecí en un pueblo a dos horas de aquí, es igual a este lugar, lleno de árboles y vegetación... Con un hermoso lago de aguas claras- respondió Ann- eso si nunca nade en el lago porque no se nadar- concluyó riendo.
   - ¿Pero como es posible? ... Teniendo un lago yo me imaginó que deberías nadar como una profesional- bromeo Eddie
  - Es lo que yo pienso... Pero definitivamente eso no es lo mío...- dijo entre risas Ann.
  - ¿Y que sí es lo suyo ? - quizo sbaer Eddie, tratando de averiguar lo mas posible de aquella bella mujer que lo hacía sentirse vivo de nuevo.
   - Lo mío son las hamburguesas- contestó entre risas- no solo bromeaba... Es un buena pregunta... No lo sé, a veces siento que solo soy una máquina, hago lo que debo y nada más, sinceramente hace mucho que no disfruto de nada... Aunque le confieso que esta hamburguesa esta buenísima-concluyo
   - Digo lo mismo- agregó Eddie sonriendo, mirando a la joven que también sonreía.
El horario de almuerzo paso volado y pronto ella debio de volver a sus deberes diarios. Me dio un beso en la mejilla al vagabundo acarició al cachorro y se fue de allí a toda prisa.
Eddie se quedo contemplando el baiben de sus caderas, que lo hacían fantasíar como hace mucho no le sucedia, deseaba poder acariciar todo su cuerpo y disfrutar de una noche muy apasionada con la jovencita.

Esperó que les guste este capítulo. ¿Qué le dira Melanie a Ann? ¿Se volveran a ver?  Voten y comenten 😉😉

¿Enamorada De Eddie Redmayne ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora