Dulce Noche

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Caía la noche, la lluvia golpeaba con fuerza en los techos de las casas, se podía oir si se hacía silencio como las gotas chocaban contra todas las superficies que se escontraban. De vez en cuando el estruendo de lo truenos se hacían presenten haciendo que los vidrios de las ventanas temblaras, las luces de los relámpagos eran una obra de arte, que ilumina el cielo oscuro, dejando en evidencia lo desolada que estaban las calles de aquella cuidad. Ann estaba en silencio mirando al hombre que amaba mientras las luces, a causa de la tormenta, se apagaba y prendían. Eddie se veía como una obra de arte, tan dulce y seductor, con sus hermosos ojos verdes fijos en ella, una sonrisa, esa que lo caracterizaban enmarcada su rostro, no podía a haber algo mas lindo  en el mundo que aquel hombre sentado en el sillon,  sin su remera. Se fue aproximando muy lentamente, no quería incomodar a la joven.

    -Mi bella Ann- dijo entendiendo su mano y acariciando la cara de Riddle; que estaba apenada por lo que le había confesando- no te preocupes, ni te sientas mal- explico, aproximándose más.

Ann estaba que se moria de la vergüenza, "tragame tierra" se decía para sus adentros, sabía que seguro estaba tan roja como un tomate, por lo que evitaba mirar directo a Redmayne. Él por su lado solo trataba de que ella se sintiera bien ya para nada avergonzada.

   - Lo siento- dijo la chica que no sabía que decir a causa de la vergüenza que sentía.

    - ¿Por qué te disculpas?, no has hecho nada malo- expresó Eddie tomándola entre sus brazos, y sujetandola contra su cuerpo- esta todo bien.

    -¿No estas enojado?- susurro la joven, mientras apoyaba su cabeza en el pecho de Redmayne.

    -¿Anabella Riddle yo porque estaría enojado contigo?- preguntó Eddie- Lo menos que estoy es enojado, yo te voy a respetar- señalo besando la cabeza de la jovencita- Escuchame- le indicó levantado el rostro de la joven- si alguien en realidad te ama, si es de verdad ese amor que te jura y es sincero te va a esperar hasta que tu estes lista- termino dándole un beso en la boca.

Ann se sintió en el cielo con aquel tan simple pero dulce beso, fueron segundos pero ella podia asegurar que fue una vida. Trato de que durara lo suficiente para poder seguir viviendo el sueño. Él dejo que ella manejara ese momento, porque ya no tenía control sobre si mismo cada vez que estaba a su lado, perdía el norte, pero no le importaba, disfrutaba de cada segundo al lado de Riddle. Pronto terminaron acostado en el sillón, él sobre ella, dandose pequeños besos, pero con tanta intensidad, que parecía que entregaban el alma en ellos.

   - Estoy lista- exclamó la joven besando a Eddie.

   -¿Estas segura?- indago él, alejandose unos centímetros.

Eddie la miraba, reposando ahí debajo de él, con su mirada dulce y centellante, se veían inocente pero a la vez muy seductora. De su cuello colgaba una cadenita con un dije en forma de estrella, que descendían hasta su pechos, que estaban sujetos de un sostén negro de puntilla, que a los ojos de Redmayne eran una tentación. Deslizó sus dedos y corrio el cabello hacía afuera, se fue aproximado de nuevo, con sus labios recorrió su cuello, mientas que con una mano sujetaba a Ann de la cintura.

   - Estoy segura- aclaro la jovencita, que disfrutaba los besos de Redmayne.

Con la mano que le quedaba libre sujeto el otro lado de la cintura, la obligó a ponerse de pie, solo por unos segundos, porque pronto la tomo de sus piernas y la elevo, hasta que quedó sujeta al él, con ambas piernas rodeando su cadera. Ella se dejó llevar por lo que sentía y lo tomó de la cabeza, mientas gozaba.

¿Enamorada De Eddie Redmayne ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora