Cacería de Monstruos

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-Mis disculpas – hablo el rey – se encuentran en el bello país de Sindria, sean bienvenidos – se acerco a la oji azul tomado su mano con suma delicadeza y dedicándole su peculiar sonrisa seductora que enamoraba a más de una – espero que disculpe mi atrevimiento damisela pero debo decir que nunca antes había contemplado una belleza parecida a la suya, ¿me podría decir cuál es su nombre mi lady?

-¿Tu quien eres bastardo? – hablo la chica dejando con la boca abierta al resto de los generales y al mismísimo Sinbad – Y deja de tocarme mujeriego de pacotilla – alejo su mano del peli morado mientras los que se encontraba detrás trataban de contener sus carcajadas.

Está demás decir que el gran conquistador de calabozos quedó más que desorientado ante su actitud, ya que desde que era joven ninguna mujer se había resistido a su caballerosidad, atractivo físico y por su puesto a sus artimañas de seducción.

-Que grosero de mi parte – respondió tratando de reponerse de las palabras de la joven – Yo soy Sinbad, rey de este país – no hubo ninguna respuesta o reacción por parte de las visitantes — el fundador de la alianza de los 7 mares — Kagura y Sougo lo veía con indiferencia — Conquistador de calabozos — nada todavía — No han escuchado de mi? — pregunto temeroso.

-No – respondieron al unisonó.

- ¿Jamás oyeron del país de Sindria? – pregunto Ja'far.

-No.

-¿Qué me dicen del país de Reim? – hablo el dragón verde.

-No.

-¿El gran imperio Kou? – pregunto Spartos.

-No.

-¿El continente oscuro? – dijo el pelirrojo mayor, Masrur por lo regular era muy callado pero no pudo evitar preguntar.

-No.

-Imposible – Ja'far no entendía de donde salieron esas personas que no conocían nada de esas tierras – ¿De dónde vienen?

Antes de que pudieran hablar un soldado entro al gran salón de manera estruendosa.

-Mi rey, perdón por la interrupción pero una criatura marina está causando alborotó en el lado sur de la isla.

-Dejaremos esto para más tarde – hablo Sinbad – debemos proteger a los ciudadanos, ¿les gustaría venir a ver el espectáculo? — nunca está demás presumir sus habilidades frente una bella mujer.

En la parte sur de la irla se podía ver un monstruo marino con el aspecto de una anguila azul destruyendo las casas de las personas, pero nadie estaba asustado por lo ocurrido, más bien se encontraba emocionados por la cacería que estaba a punto de comenzar.

-Genial, quiero comerme eso – Kagura apuntaba a la criatura con ojos brillantes.

-Sharrkan, Drakon es todo suyo – dijo el rey.

-A la orden – dijeron ambos mientras saltaban a enfrentar a la criatura. Drakon lo mando a volar mientras el moreno lo cortaba y serbia en pedazos recibiendo aplausos de los presentes.

-Nada mal — hablo el castaño viendo los movimientos del espadachín.

-Me gustaría haber acabado yo con esa cosa — los generales miraban con sorpresa a la oji azul después de escuchar su afirmación.

-Si quieres puedo llamar a otra de esas criaturas para que la venzas – En que momento había llegado Pisti? pues se suponía que debía permanecer al lado de la maga.

-Si, llámala! — el brillo en sus ojos demostraba la emoción por participar en esa cacería.

Pisti saco una curiosa flauta de sus ropas mientras un raro sonido salía de esta, fue demasiado rápido para que alguien la detuviera. Una gran ola se aproximaba a isla y de esta salió un monstruo aún más grande que el anterior, ahora si todos se pusieron alerta pues esa criatura lucia mucho más peligrosa que la anterior.

-Todos listos – ordeno Sinbad.

-ALTO — grito Kagura – esa cosa es mi presa – todos se sorprendieron por la afirmación y la manera decidida de hablar.

-Estás loca china, esa cosa te comerá en un segundo — dijo el oji carmín con cara de desinterés — Ahora que lo pienso... está bien ve por ella — las intenciones del castaño eran desacerse de esa chica a causa de la criatura y así nadie podría culparlo.

-Debo interferir – volvió a interrumpir el peli morado – Es demasiado peligroso.

-Tu fortachón – Kagura se dirigía al pelirrojo mayor pasando olímpicamente de Sinbad —¿Puedes arrojarme a donde esta esa cosa?

Masrur la miro serio y asintió levemente.

-Bien – cerró su sombrilla que la cubría del esplendido sol de Sindria mientras el pelirrojo la sujetaba y con un gran impulso lanzo su cuerpo por los aires.

-MASRUR ¿PERO PORQUE LO HICISTE? – grito Ja'far seguido por Sinbad.

-Ella estará bien – dijo el ex gladiador – creo...

-¡¿Como que crees?! – al pobre alvino estaba a punto de salírsele el corazón.

El viento se sentía muy cálido, la vista desde las alturas era más que hermosa, el amplio mar se extendía hasta donde sus pupilas le permitían ver. Pero el momento de descender había llegado y su objetivo estaba en la mira, destruyendo todo lo que estuviera a su paso, una serpiente marina más grande que la anterior y con grandes colmillos que advertían de su ferocidad. Se habían enfrentado a monstruos más grandes y fuertes en compañía de su padre, una criatura como esa no la intimidaba en lo más mínimo. Un leve golpe fue suficiente para aplastar la cabeza de la criatura y dejarla tirada sobre la orilla de la isla mientras las personas veía atónitos la escena.

-In... increíble – Sharrkan miraba sorprendido a la chica que bajaba de un salto de la criatura mientras se cubría con su parasol - ¿Quién eres tu?

-Yo soy Kagura la reina de Kabukicho... la más fuerte, maravillosa y bella — con una gran sonrisa demostraba lo orgullosa que estaba de su hazaña.

-¿Un... una... una reina? – Spartos al igual que el resto no podían esconder su sorpresa.

 una reina? – Spartos al igual que el resto no podían esconder su sorpresa

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Kagura y Sougo - Aventura en MagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora