El Sol Negro

360 24 1
                                    

-Escuche decir a la bruja.

-¿Hablas de Yamu-chan? – el magi asintió.

-Dijo que... todo estaba listo para enviarlos de regreso – trataba de ocultar la incomodidad que sentía al hablar de eso.

-¿Enserio? – Sabia que pronto regresarían a Edo, pero aun así la desconcertó la noticia – No pensé que fuera tan rápido – el silencio reino haciendo parecer que había transcurrido mucho más tiempo del verdadero, ¿Qué pasaba con el magi? Se notaba irritado sentía que si decia algo más el de brillantes ojos rubí podría explotar.

-Supongo que estas muy feliz – dijo Judar rompiendo el silencio y fijando su vista el algún punto lejano de ese país escandaloso.

-Me tomo por sorpresa – de nada serbia fingir con él – la verdad estoy un poco triste – el magi giro su rostro ocultando la sorpresa – todos son muy divertidos y voy a extrañar mucho a Yamu-chan, Morgiana, Pisti, Masrus, Muu-chi – suspiro – bueno a todos.... – vio como el magi le dirigió una mirada molesta pues tal parece que la yato se estaba olvidado de alguien más – claro que a ti también te extrañare Judar.

-No te creo – cruzo los brazos en su bien marcado pecho – casi te olvidas de mencionarme – parecía un niño pequeño haciendo berrinche, daban ganas de jalarle las mejillas con ternura.

-Aun no lo entiendo muy bien – desde hacía días tenía una duda que por algún motivo había olvidado preguntarle a la maga – no sé qué quiere decir eso de ser un magi... entiendo que puedes usar más magia que Yamu, entonces ¿Tú podrías volver a traernos aquí y luego hacernos regresar? – ciertamente la pelirrojo tenía un buen punto.

-Ya lo investigue – respondió sin pensarlo – tal parece que el rukh en ustedes y por alguna razón especialmente en ti es más extraño que el nuestro, aunque para otros sea invisible la mayor parte del tiempo yo puedo verlo, para mí es tan claro como tenerte frente a mi – con un leve movimiento de su mano unas cuantas mariposas negras aparecieron alrededor del magi para segundos después volver a desaparecer.

Tal vez esa alteración de la que hablaba el peli negro se debía a que ellos provenían de una dimensión bastante diferente y el no saber siquiera lo que era el rukh podía haber sido la razón de que en ellos no pudieran notar ni la más leve señal de el y que esa alteración fuera más notoria en la pelirroja podría ser por su naturaleza yato.

-Por esa razón... si yo volviera a hacer el hechizo que realizo la bruja es imposible que ustedes fueran lo que llegaran aquí, esta vez seria alguien diferente – entendía a lo que se refería el de larga cabellera, sin embargo no había pensando antes en esa posibilidad – si te vas... ya nunca podrás regresar – realmente no le importaba que todos los acompañantes de la oji azul regresaran a su extraño mundo, pero no era el mismo sentimiento para Kagura.

El sonido del viento se escucho como si diera el aviso de una tormenta, pues por más que le costara admitirlo Judar se sentía de ese modo. Kagura no sabía que pensar se había encariñado con esas nuevas personas con las que apenas tuvo unos cuantos días de convivencia y que hasta el momento no pensó que pronto se despediría de ellos para siempre.

-¿Te gusta este ruidoso país? – nuevamente él se había decidido a terminar con ese incomodo silencio que los envolvía.

-Mucho – las personas sonreían, eran amables y se notaba la felicidad en cada uno de ellos, no importaba si su rey era un mujeriego, si el ferviente sol lastimaba su piel, si no tenían la mejor tecnología como televisión, teléfonos o naves espaciales... nada de eso parecía importante ni necesario para ellos. Judar sonrío de manera orgullosa y un tanto arrogante al escucharla.

-Estoy seguro que Kou te gustaría más – los celestes ojos de la pelirroja se abrieron más de lo que deberían – De una vez te aviso que yo no voy ayudar a la bruja y al enano – ahora entendía su actitud, palabras y acciones estaban más que claras, no quería que se marchara.

Kagura y Sougo - Aventura en MagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora