La pelea donde Kagura y Sougo al fin se enfrentarían con toda su fuerza es interrumpida por una misteriosa luz provocando conocer a varias nuevas y extrañas persona. Deben permanecer en ese bello pero muy diferente lugar a Edo mientras encuentran un...
En la habitación se encontraban esas dos figuras hablando sin palabras, gritando sin voz, peleando sin golpes. Se comunicaban con algo más que palabras... sus manos, sus caricias y sus besos era más que suficientes para entenderse mutuamente. Los sentimientos desbordados de tantos años al fin habían salido a relucir, una noche que ninguno olvidaría y una vida que no volvería a ser igual.
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El sol ya se encontraba en lo más alto del cielo brindando su excesivo y maravilloso calor, aquellos que habían exagerado con la celebración parecían renovados al probar los exquisitos manjares que ese bello país les ofrecía. Comida deliciosa, gratis y además un paraíso tropical... eso era lo mejor que les pudo pasar a ciertos integrantes de la Yorozuya que estaban más que relajados en su improvisado viaje.
Sin embargo tras todo eso una chica pelirroja de ojos azules se encontraba un tanto aburrida, claro que se alegraba de tener a Gin-chan, Shinpachi y Sadaharu ya que los estaba echando muchísimo de menos. Pero justo ahora buscaba algo más entretenido que hacer y sabia quien podía ayudarla a eso.
-Te estaba buscando – dijo para aquel que caminaba aburrido por los pasillos del palacio.
-No te creo – contesto con un tono frio y algo molesto.
-Es verdad, estoy aburrida hagamos algo divertido – tras eso el chico se dio media vuelta para verla de frente.
-¿Qué propones? – contesto intrigado por las múltiples posibilidades.
-Tengo una idea y creo que tu puedes hacerlo – maldad era lo que sus celestes orbes revelaban.
-Yo puedo hacer lo que sea, ¿todavía no te queda claro? – Respondió con total seguridad y orgullo – soy un magi, para mí no hay límites.
-Así me gusta – se acerco para que nadie escuchara lo que tenía en mente – tú fuiste el que les puso orejas de gato la otra vez ¿verdad? – el moreno solo asintió – que te parece si ahora vamos un poco más lejos.
-Dime qué quieres hacer, esto suena muy emocionante.
-Ya los escuche – una voz familiar se había colado en sus planes.
-Renacuajo/Enano – respondieron al unisonó.
-¡¡¡¿A quién rayos le dicen de esa manera?!!! Soy el tercer príncipe del gran imperio Kou deberían tener más respeto.
-¿Lo mato? — pregunto la yato para el moreno de lo más tranquila posible.
-Con que lo dejes inconsciente un par de días será suficiente.
-Mejor díganme que están planeando, estoy muy aburrido – llevo sus manos detrás de la cabeza.
-Está bien renacuajo, pero más te vale que nos ayudes – las amenazas no intimidaban al príncipe Kouha que podía ser igual de perverso que esos dos -¿Qué tal si le hacemos un regalito al rey idiota? – el pelirojo y el moreno torcieron el entrecejo pues ellos esperaban algo mejor – convertirás al sádico bastardo en una chica, yo lo golpeo, lo atamos y lo dejamos en la habitación de Sinbad – Maldad absoluta.
