Kagura y Sougo - Aventura en Magi

Carta del Triunfo

Después de las presentaciones y de explicar que es lo que hacían en ese lugar, como habían llegado y como tenían planeado regresar el rey del país anfitrión tomo la palabra.

-Podrán conocer mi hermoso país, comer cuanto quieran, recorrer el palacio y hacer lo que gusten con total libertad – dijo el peli morado.

-No deberías decirles eso – dijeron en conjunto el yato mayor y el cuatro ojos.

Los nuevos invitados no dudaron en tomar la palabra de Sinbad, primero terminaron con toda la comida a su disposición, luego se dividieron en grupos para recorrer ese nuevo lugar. Al caer la noche como ya era costumbre en Sindria una celebración en honor de los nuevos invitados era ofrecida (más bien solo buscaban pretextos para celebrar y emborracharse) donde se les ofrecieron ropas tradicionales para mostrarles un poco de la cultura del país (lo que a nadie le importaba, todos estaban más interesados en la comida y bebida)

Yamuraiha ya se encontraba un poco mejor aunque seguía sintiéndose débil, Kagura había ido a buscarla a su habitación para disculparse por haber traído a tantas personas, la maga no se molesto y eso la dejo tranquila.

Entre risas, presentaciones, bailes raros y una que otra mirada acecina la celebración continúo en paz. O eso me gustaría decir... una plática se estaba subiendo de tono lentamente, el par de hermanos pelirrojos comenzaron discutiendo por un pedazo de carne para de algún modo llegar a lago un poco más delicado.

-Lo digo en serio – decia la oji azul — Mor-chan, Masrur y Muu-chi son muy fuertes.

-¿Muu-chi? – preguntaron los generales mientras volteaban a ver al emisario de Reim quien solo sonrió alegremente.

-Antes de probar que tan fuertes son – dijo el pelirrojo mientras Abuto se golpeaba el rostro con pesadez intuyendo que diría su tonto capitán – me dirás ¿Por qué escapaste? – el sexto sentido de Abuto dio en el blanco.

-¿Escapar? – preguntaron tanto los integrantes de la Yorozuya como los demás presentes.

-Yo no escape idiota – aclaro con el seño fruncido – solo regrese a mi casa de la tierra.

-En ese caso no tendrás inconveniente en seguir con lo planeado – la sonrisa de ese chico parecía sincera para aquellos que no le conocieran.

-Abuto, te dije que te encargaras de ese asunto – Kagura apuntaba al culpable.

-A mí no me mires – defendió el mayor – sabes que cuando se le mete una idea en la cabeza no hay poder en la galaxia que lo haga cambiar de opinión.

-Tengo un mal presentimiento de esto Shinpachi-kun – le susurro el peliplata.

-Pues ya te dije mil veces que no lo haré.

-Si lo harás – contrarresto el yato.

-Tú no me mandas.

-Te daré una dotación de un año de comida del planeta Mock – nunca está de más recurrió al chantaje.

-Ni si quiera con eso podrás comprarme – esto sí que era una gran sorpresa, los que la conocían de antes no entendían que era tan importante para que la pelirroja rechazara la magnífica oferta.

-Te daré unos zapatos – la estrategia no estaba funcionando.

-Ni por todas las riquezas del mundo pienso hacer lo que quieres.

-¿De qué están hablando Abuto-san? – pregunto el megame.

-Espera un poco y lo sabrás – respondió alerta por si la discusión se volvía más "entretenida".