Nueve.

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—Esta vez no cerrarás los ojos. Quiero que me mires y me digas todo lo que sientes, todo lo que te atormenta y tus miedos... ¿A que le temes? Quiero saber todo, sería un gran avance si me contaras todo.

La voz de Andy le transmitía toda esa confianza que necesitaba, necesitaba hablar y decir todo lo que sentía. Siempre había guardado las cosas para él mismo porque no había ninguna persona que se interesara o simplemente le daban la espalda.

Ni siquiera Lee sabía lo que pasaba con Oliver. Demasiado reservado para si quiera preguntarle como estaba. Entonces no tendría caso entablar una conversación, sabía que era muy cortante y haría todo para terminarla. Mucho menos Jordan y Matt, al parecer les daba igual o no demostraban un poco de interés, hablar con Oliver era inútil, jamás lo convencerian.

A excepción de una persona.

Entonces relajo sus hombros y miro con toda sinceridad a su psicólogo.

—Bueno, hum... Yo tengo la sensación de que cuando salgo alguien me sigue. En realidad no es una sensación, estoy seguro de que alguien lo hace, y no solo es una persona, son varias. Tengo miedo, alguien busca venganza conmigo, una cruel y despiadada venganza por todo lo que he hecho...— Comenzaba a respirar con algo de trabajo, no quería llorar porque no era débil. Era fuerte y no se dejaría vencer, no como la última vez que lo hizo y su mejor amigo termino muerto. Nunca debio mostrarse débil y huir dejando a Lee sin protección. Fue un mal amigo, una mala persona.

—Oliver puedes llorar si deseas, no voy a juzgarte.

—No lo haré, seguiré con esto.

Su psicólogo asintió para que continuara, dándole toda su atención.

—No estoy seguro en ninguna parte, yo no quiero morir aún, no sin antes dar pelea. La muerte de Lee me sigue doliendo y duele aún más cuando recuerdo que yo soy el culpable.

—No eres el culpable... Solo te sientes de esa manera porque no pudiste hacer nada para evitarlo.

—No lo entiendes.

—Hazme entender.

Suspiro pesadamente y se recargo aún más sobre la silla. Tal vez no valía la pena seguir tratando de explicar algo que ninguna persona entendería. Esa persona no entendería todo el dolor, el dolor no se puede explicar.

Su mente estaba hecha un lío, no quería seguir hablando porque no servía. Se olvido de unos ojos azules mirándolo y decidió recordar su adolescencia.

La misma situación, solo que tenía dieciséis años y unas horribles marcas en sus brazos. El psicólogo le dijo que debía ser fuerte, que de esa manera empeoraba las cosas y solo se dañaría aún más de lo que ya estaba.

Nadie sabia en realidad lo que sentía. Nadie lo sabrá porque es verdaderamente inútil.

Odiaba a los psicólogos, siempre le daban por loco y sin remedio. Era estúpido como sus padres gastaban dinero solo para que le dijeran lo mismo una y otra vez.

Sus consejos eran una mierda.

Y nunca penso que se terminaría enamorando de uno.

Su teléfono lo saco de su viaje a su doloroso pasado y contesto.

—¿Qué pasa Jordan?

—Ya están aquí, todos esperando las ordenes del líder ¿tardarás? Dijiste que estarías aquí a las cinco, son las seis. Tienes suerte de que sean pacientes contigo.

Cierto lo olvide, dame diez minutos.

—Tenemos un plan que te puede interesar, les platique un poco sobre la situación y aceptaron. Claro que con la paga que les darás quién no aceptaría.

Lo sé, son unos bastardos interesados.

Pero nunca nós han fallado.

Y eso es bueno, colgaré ahora
nos veremos ahí.

Finalizo la llamada.

—Con qué Jordan... ¿Amigo tuyo?

—Si algo así.

—Desearía saber más sobre tus amigos, tal vez ayudaría más.

—Tengo que irme, seguiremos después ¿si?

Andy no pudo hacer nada más que asentir, se veía apurado. Quería seguir con él, aunque solo fuera por hacer su trabajo pero le gustaba mucho su presencia, solo que no podía decirlo. Sería algo impropio aún y además no quería interferir en sus planes.

Oliver noto el cambio de Andy y se acercó a él para tomar su hombro y hacer que este lo mirara.

—Hey... Regresaré.

—Solo ten cuidado.

—Lo tendré, mejor dame un beso.

Andy no lo pensó dos veces para inclinarse un poco hasta estar al alcance de los labios ajenos. Rozandolos y pegando sus frentes para no perder el contacto físico.

—Me vuelves loco.

Dijo Oliver antes de iniciar un beso lento usando su lengua para explorar cada sección de su boca.

Se dedicaron una sonrisa para después salir de su consultorio.

Andy definitivamente lo extrañaría.

Cruel Venganza (Sysack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora