Treinta y dos.

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Oliver se preguntaba si en realidad valía la pena encerrar a Andy, porque joder, lo amaba más que a nada en el mundo. Ha estado dudando en si llamar o no. Los días han pasado rápido al igual que los meses.

Ahora, se encontraba en la sala de parto dándole apoyo al pequeño Luke.

Andy estaba en la sala de espera junto con Ronnie. El rubio realmente deseaba que Michael estuviera ahí.

Ronnie se había rendido por completo al saber que Alex no contestaría sus llamadas, se había ido. Y si, tal vez no tenían que estar juntos. Pasaron un buen momento y eso fue todo, pero en las noches pensaba lo contrario cuando comenzaba a llorar maldiciendo su nombre.

El amor era el problema.

El amor siempre terminaba jodiendo sus vidas, enamorarse era un error porque al final siempre terminaba doliendo.

Cada uno de ahí estaba herido.

Pero ya era costumbre mostrarse fuertes ante todos, para ser temidos y la gente pensara que ellos no tenían ningún problema, que ellos estaban bien.

Si tan solo las personas vieran más a fondo sabrían que sus corazones están rotos.






Luke no aguantaba el dolor. Los gritos y sollozos que daba, hacía que Oliver hiciera una mueca de disgusto, solo faltaba el otro pero habían complicaciones.

Oliver tenía uno entre sus brazos, sonrió por aquello. Lo observó y noto loa ojos verdes y la piel pálida de Michael. Era hermoso.

Luego de unos largos minutos tenía al otro, al igual con una tersa y suave piel pero con ojos azules.

Por un momento sintió que eran suyos y no pensaba soltarlos.

-Hum, Oliver... P-¿Puedo verlos?

-Oh, cierto.

Le entrego a los pequeños al rubio y noto una gran sonrisa en su rostro.

-Son hermosos...

-Lo son, ¿como vas a llamarlos?

-Al de ojos verdes le pondré Michael y al de ojos azules... Le pondré Matt. - miró a Oliver - ¿Te parece?

-Michael y Matthew, me gustan.

-Lamento que todo esto sucediera Oliver.

Se acerco al pequeño para revolver un poco su cabello y negar con la cabeza.

-No tienes porque.

-Matt me agradaba mucho.

-Lo sé, ahora tienes que descansar Luke. Mañana podrás estar más tiempo con ellos y regresaremos a casa.

Asintió acomodándose en la cama para dormir.

Los doctores llevaron a los pequeños a los cuneros, pero antes de dejar a los bebés, les susurró.

-Voy a protegerlos a toda costa, al igual que a su padre, nunca les faltara nada... Tampoco dejaré que les hagan daño ni que lleven una vida como esta. Sean fuertes pequeños.

Regresó a la sala de espera viendo a Ronnie en una esquina del hospital y a Andy en la otra.

Ronnie al ver salir a Oliver se acerco a él.

—¿Cómo está Luke? ¿Los pequeños?

—Están bien, están sanos y son muy lindos.

Ronnie sonrió y abrazó a Oliver.

Al separarse ahora su sonrisa se transformó en una forzada, conteniendo las lágrimas.

—¿Pasa algo Ron?

Cruel Venganza (Sysack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora