G

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La G viene de Granos

que dejan la cara como un colador.

Si los espichas con la mano

el hueco queda mejor.

Mi hermana dice que soy un pervertido y todo porque "manoseándole" esa fue la palabra que usó:  manoseándole su sostén. Ahí estaba otra vez, en las cuerdas. Yo sólo quería saber cómo era la textura. No tenía que salir como loca a contarle a mamá.

— ¡Mamá, es un pervertido! Tienen que hacer algo.

Mamá me dijo entonces:

—Salvatore, deja de hacer lo que fuera que estuvieras haciendo y no molestes a tu hermana.

—Estaba haciendo cosas de pervertido.

—No le hagas esas cosas a tu hermana.

Mamá estaba muy entretenida partiendo pedazos de pasto. Por lo menos, así se veía. (Y así sabía, también)

—Es un maniático. Deberían encerrarlo.—Dijo mi hermana con una voz chillona.

Mamá suspiro y dijo:

—¿No podrían tratar de coexistir pacíficamente  como un par de hermanos normales, ustedes dos?

—Podríamos, si uno de nosotros no fuera un anormal. Loco apestoso.

No me comprenden. Supongo que no debo quejarme, pues muchos hombres célebres han debido de padecer los insultos y la incomprensión de la gente. No se me ocurre el nombre de ninguno en este preciso instante, pero yo sé que es así. Eso es lo que me está ocurriendo ahora.

Por ejemplo, ayer en el colegio, Sharleen Oates me acusó de estarle mirando por debajo de la falda. ¡Pero no era verdad! Bueno, no lo estaba mirando a propósito. Mi intención, no era mirarle por debajo de la falda. Debería ponerse faldas más largas si no quiere que la miren. Las que ella se pone escasamente le alcanzan para taparse las nalgas.

—¡Deja de mirarme los calzones! —Chilló, Las chicas siempre chillan cuando se ponen furiosas. Me he dado cuenta de eso. Hablan con un tono tan agudo que te hacer doler los oídos. Es como una especie de arma. 

Además, ¿qué le hace pensar que yo quería mirarle los calzones? De hecho, eran rosados.  Tenía huecos en las medias que llevaba y se alcanzaban a ver unos puntitos rosados. ¡Qué desagradable! Espero que Lucy no tenga las medias rotas.

Seguro que no, pero las faldas que se pone Lucy son más largas y no es tan fácil mirar.

Sharleen,por supuesto, no perdió la ocasión para hacerse notar, con su voz chillona y esos ojos que parece que se le van a salir.

—Me imaginó que lo disfrutaste, ¿no? Te encanta mirar por debajo de las faldas de las chicas, ¡Para verles los calzones!

—Con ese hay que tener cuidado —Dijo Lucy—. No te juntes con él.

Luego se dio una de esas miradas fulminantes y siguió subiendo las escaleras, cogiendo a Sharleen del brazo. El Pote me dijo más tarde.

Me Dicen Sara Tomate - Jean UreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora