S

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La S viene de Sexo.

Siempre lo tengo en la mente.

Pienso también en Lucy,

a cada minuto la tengo presente.

Hoy, en la biblioteca, Harmony me preguntó por mi libro de la cucaracha. Me dijo:

—¡Me gustó mucho el tono! Parece muy bueno.

—Puedes leerlo, si quieres. Lo malo es que sólo tengo una copia, porque la otra se la mandé a Jason Trees.

—Sí. Y si mi casa se incendia y la otra copia se pierde en el correo, sería un desastre —Agregó Harmony—. Jamás debes prestar tu propia copia.

—Exacto.—Respondí.

Luego, sin saber cómo y antes de que pudiera detenerme, mi boca se abrió sola y empezó a decir:

—Si quieres, puedes venir a mi casa y leerla ahí.

No sé por qué dije eso. Yo sabía lo que iba a pasar después, cuando mi hermana me viera con Harmony. Ya la veía diciendo: "¡Sara tiene novia, Sara tiene novia!"

Por otra parte, me gustaba la idea de que Harmony leyera mi libro. ¡Ella sería la primera persona en leerlo!

—¿Cuándo puedo ir? —Me preguntó, emocionadísima.

—No sé, puedes ir hoy, si quieres.—Le dije.

—¿Después del colegio? —Me dijo, con una sonrisa de oreja a oreja, dejando ver sus dientes llenos de ganchos. Realmente se ve un poco bobalicona, pero me gusta.

Le respondí que sí, que después del colegio estaba bien.

Lucy me ha ignorado toda la semana. Yo sé que es por haberle escrito lo de apretar los hoyuelos. He estado como loco tratando de pensar en otra forma de hacer la rima. Tengo que encontrar algo.

Además de pensar en otra forma de describir las mejillas de Lucy, he estado buscando una oportunidad para encender su pasión, pero hasta hoy no se ha presentado ninguna. Luego, a las tres y media, cuando Harmony y yo íbamos saliendo del colegio nos encontramos a bocajarro (me pregunto de dónde habrá salido esa expresión) con Lucy y Sharleen. No lo dudé un segundo. Sabía que debía actuar con rapidez, así es que agarré a Harmony de la mano. Creo que Harmony se sorprendió un poco, pero no pareció enfadarse.

Por desgracia, a Lucy tampoco pareció molestarle. Lo único que hizo fue poner una sonrisa de suficiencia y decir:

—Que te aproveche.

Luego soltaron ambas una carcajada y Sharleen dijo con sorna:

—¡Cucaracha!

—Tienen el cerebro del tamaño de una hormiga -Dijo Harmony.

Pero lo que me gusta de Lucy no es su mente. ¡Es su cuerpo!

Tan pronto desaparecieron de nuestra vista, contoneándose, traté de soltarle la mano a Harmony, pero ella estaba agarrando como una ventosa. No me pareció muy caballeroso empezar a forcejear, así que dejé mi mano donde estaba. Al fin de cuentas, no resultó ser tan mala idea. De hecho, fue agradable.

Esta es la primera vez que le cojo la mano a alguien. Supongo que eso marca un hito en mi historia. 

Cuando llegamos a casa, mi hermana había salido. ¡Que alivio! Entonces saqué de la cocina galletas y leche y me llevé a Harmony a mi habitación. Nos sentamos en mi cama y le leí las cuarenta y cinco páginas de Soy Una Cucaracha. A medida que le iba leyendo, Harmony se fue comiendo las galletas. Al final, cuando se dio cuenta, pidió disculpas.

Me Dicen Sara Tomate - Jean UreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora