P

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La P viene de Patética,

como las caras llenas de granos,

horribles si los estrujas con las manos.

Un grano en las posaderas es una tortura,

pero en la nariz la cosa no es menos dura.

Los granos también pueden ser divertidos

cuando los estallas haciendo un sonido.

Para sacártelos, he aquí las instrucciones:

los estrujas, los apretas, los compones.

Luego presionas un poco y brinca la cabeza,

o vuela lejos si hace demasiada fuerza.

En cualquier caso, deshacerse de la putrefacción

produce una enorme y total satisfacción.

He llegado a la conclusión de que la única satisfacción a la que puedo aspirar es estrujarme los granos. Mi vida es un desastre. Le pregunté a Lucy si quería que nos encontráramos este sábado, en cualquier lugar que ella escogiera.

—Piérdete, Tomate. No te quiero cerca de mí. No me contamines el aire.

Me dijo que ya la tenía harta, persiguiéndola a todas horas. Me dijo que yo era un imbécil engreído , con "esa carreta estúpida y monótona sobre cucarachas", y que si creía que era poético decir que dan ganas de apretar hoyuelos de alguien, debía estar totalmente chalado.

—Mira, ¿por qué no nos haces un favor a todos? —Me dijo— .¿Por qué no abres un hueco en la tierra y te quedas ahí?

Luego dio media vuelta, indignada, y me dijo por encima del hombro:

—¡Cucaracha!

No entiendo por qué se puso así. ¿Qué tiene de malo apretar unos hoyuelos? Supuse que ella entendería que trataba de un cumplido.

Además, ¿por qué me llamo engreído? ¿Sólo porque le dije a Jason Trees que estoy escribiendo Soy una cucaracha? No entiendo nada.

Obviamente me falta mucho trecho para desentrañar el misterio del sexo opuesto. Lo que sí sé es que el camino del amor verdadero siempre está lleno de obstáculos, así es que no que debo desesperarme.

O a lo mejor todo esto significa que le fascino a Lucy y que la tengo loca, pero le da miedo comprometerse. Debo tenerle paciencia.

Entre tanto, voy a continuar con mis intereses intelectuales. Por ejemplo, ya acabé Soy Una Cucaracha. Las últimas palabras del libro son las mismas que las del principio:

Soy una cucaracha. Vivo en lugares oscuros, rehuyendo la luz. Soy una criatura humilde, vilipendiada por todos.

Lo hice deliberadamente, para que el lector sienta que se cierra un ciclo. (Creo que debería decir el lector o la lectora, para que Harmony no diga que estoy siendo machista.)

¡Eso sería genial! ¡Un libro circular!

Le envié una copia a Jason Trees (Harmony y yo le pedimos la dirección) y se la mandé junto con una carta que decía:

Estimado señor Trees:

Disfruté mucho su visita a nuestro colegio esta semana y siento que aprendí mucho con ella.

Las cosas que aprendí principalmente son: a) que un escritor no debe ponerse a llorar si un editor no quiere publicar su libro; b) que los escritores no ganan mucho dinero y c) el que quiera ser escritor debe atenerse a las consecuencias.

He pensado mucho en este último punto, pero me parece que en esta vida debemos estar preparados para correr riesgos y he decidido que quiero ser escritor.

Le estoy enviando una copia de mi libro Soy Una Cucaracha, sobre el cual le hablé. Le agradecería enormemente si lo leyera y me diera su opinión. Si le parece bueno, ¿por favor podría darme el nombre de algunos editores?

Esperando una respuesta, lo saludo cordialmente,

(firmado) Salvatore d'Amato

P.S. Sé que usted debe estar muy ocupado escribiendo sus propios libros, pero quiero decirle que su charla me inspiró tremendamente.

Este último pedazo no era estrictamente cierto, pero lo puse porque me pareció importante darle todos los ánimos que pudiera. Fue muy valiente de su parte ponerse a hablar sobre libros ante un público de gente como Kelvin Clegg, aunque supongo que no tenía más alternativa, pues a lo mejor necesitaba el dinero para poder reparar el auto. Antes de irse lo escuché preguntándole al profesor Mounsey, con tono de preocupación, si ya estaba listo el cheque. Espero que sí. Creo que se lo merece.

Harmony me dijo que también le había escrito al señor Trees. ¡Y también le envió un libro!

—Es sobre la gran muralla china en el siglo V —Me dijo—. Hasta ahora he escrito cincuenta páginas. Creo que me van a salir más de quinientas en total.

Me dejó boquiabierto. ¡Soy Una Cucaracha sólo tiene cuarenta y seis! Le dije eso a Harmony y ella me dijo:

—Sí, es una novela corta.

A mí no me pareció corta mientras la estaba escribiendo. ¡Espero que no sea demasiada corta!

Además de terminar Soy Una Cucaracha y escribirle a Jason Tress, empecé a escribirle un poema a Harmony.

Harmony, mi colega estudiosa,

tu mente es maravillosa.

Ahí voy. Tengo que agregarle más versos, a medida que se me ocurran nuevas ideas. Estoy esperando que me llegue la inspiración.

Tengo otra figura retórica: Estoy en la luna.

~~~~Fin~~~~

@No me pertenece el libro. Todos Los Derechos Reservados A Su Respectivo Autor.

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Me Dicen Sara Tomate - Jean UreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora