Tú (no) estás solo.

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N/A título inspirado en evangelion ?
Alguien me ha dicho que Light parece un chiquillo cuando dice "mami"(?
La autora y su hermano mayor llaman mami a su madre aunque los dos ya tenemos más de veinte (?
*va a ocultarse a su roca*
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Pasada una semana, las cosas en el colegio Daikoku iban mejor de lo que se hubiese esperado. Es decir, los maestros eran respetables, al menos la mayoría de sus compañeros eran amables, y como era de esperarse, Light no se le había separado ningún día. Siendo honesto, admitía que ya se estaba acostumbrando a la constante presencia del castaño, hablaba tanto que no lo dejaba ni escuchar sus propios pensamientos, pero aún así encontraba agradable pasar los recesos u horas de almuerzo con él, de hecho había tomado la manía de agregar el honorífico "kun" al final del nombre de Light, pese a no ser él japonés lo hacía pero solo con el castaño, simplemente porque le gustaba cómo se escuchaba.

Sin embargo la noche anterior había sido un asco para Elle, no había podido dormir, y por horas de la madrugada había comenzado a llover. El cielo cubierto por espesas nubes negras, las gotas de lluvia golpeando y deslizándose por su ventana, su habitación que se sentía mucho más amplía debido a sus pocas pertenencias, su colchón que resultaba ser muy grande para una sola persona, la maldita adolescencia que te mantiene los sentimientos a flor de piel, a eso sumándole el recuerdo de sus padres, el tangible sonido de la policía fuera del conjunto de apartamentos en Inglaterra, el olor a claveles y húmedo pasto en la necrópolis un mes atrás. Todo, absolutamente todo era una mala combinación para el muchacho, quien ocultándose bajo las cobijas intentó escapar de lo que le rodeaba, pero los recuerdos estaban instalados en su mente, éstos palpitaban tortuosos dentro de su cabeza, hasta que un rayo iluminó la habitación, dejando a la vista un destello mucho más brillante surcando su mejilla, la primera de muchas lágrimas que no cesaron hasta que el cansancio lo venció.

Ahora definitivamente no quería estar ahí, no quería estar en ese salón que poco a poco se iba llenando de sus ruidosos compañeros. Sabía que, de haberlo pedido, su abuelo le hubiese permitido quedarse en casa, porque el mayor había demostrado ser demasiado permisivo con él, quizá para hacerlo sentir cómodo en un nuevo país, o para lograr ganarse su confianza, por lo que sea que fuese, había descubierto que Watari le decía que si a todo. Sin embargo Elle no quería importunarlo, ya era bastante malo haberse atrasado las primeras semanas de clases como para estar faltando más días, además, ¿que haría en casa de todos modos?, estos dos días atrás había sido el primero, de muchos fines de semana que pasaría con su abuelo, y había resultado ser tediosamente largo. Desde el viernes no había visto ni hablado más con Light porque había dicho que iría a la playa con sus padres, sus demás compañeros, aunque algunos muy amables, no los consideraba tan cercanos como para armar alguna salida juntos, así que prácticamente lo único emocionante que había hecho estos días atrás era haber recorrido la enorme casa de su abuelo, descubriendo que, habían quince habitaciones en total, que el lugar se prestaba muy bien para transformarla en casa embrujada en noche de halloween, que habían habitaciones coleccionando telarañas, que el único televisor era el que estaba en la sala, el cual funcionaba con antena y no tenía control remoto. En resumidas palabras, no sabría si sería peor haberse quedado en casa viendo a su abuelo beber té mientras escucha música clásica, o estar en ese salón donde sentía que los ojos le ardían por la falta de sueño y que los oídos pronto le explotarían por el bullicio de los demás.

—¡Hola!— Elle tuvo que alzar su rostro, el que minutos antes había ocultado entre sus brazos al encorvarse sobre su pupitre, esperando que nadie lo molestase hasta que las clases diesen inicio, pero de cuclillas frente a él se encontraba Light... genial, simplemente genial.

—Light.. ve a tu asiento, la clase iniciará en cualquier momento— el aludido frunció el entrecejo extrañado, Elle tenía sus ojeras más marcadas si es que acaso eso era posible, y no le había llamado Light-kun, como lo hacía desde hace unos días.

Sin miedo a quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora