Mentiras no tan falsas

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Alguien por ahí me dijo que no se imaginaba a Light "inocente"... y bueno, decidí adjuntar fotos de él del mismo manga... creo que en el manga, como querían mostrar bien esa parte de él antes de ser Kira, hay ciertas imágenes que realmente parece la cosita más inocente del universo *_* así que adjuntare una de ellas por capítulo xD ... solo eso <3

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El auto no se había detenido desde hace cincuenta minutos, y su emoción había desaparecido casi por completo luego de los primeros veinte. Había regresado a casa tan pronto como sus pies se lo permitieron, llegando hasta a correr para tener el tiempo suficiente, porque no quería vestir con lo primero que encontrase, no para esta ocasión que tanto había ansiado, su emoción era tal que a Sachiko ni siquiera le importó el desorden de prendas tiradas que su hijo dejó sobre la cama antes de partir con rumbo a la cafetería cercana donde había quedado de encontrarse con su cita. Sin embargo Light ya no reconocía sus alrededores, y no era que desconfiase de su novio ¿pero por qué tenían que ir tan lejos?

Shuunsuke mantenía una mano en el volante mientras con la otra acariciaba la pierna del castaño sin vergüenza sobre la tela del pantalón blanco, apretándole el muslo de vez en cuando, y aunque para Light era incomodo, solo había atinado a apoyar su cabeza sobre la ventana intentando reconocer algo familiar en aquella zona, hundiendo ambas manos en su entrepierna para evitar de cierta forma que los falanges de su novio siguieran subiendo, pero sin decirle nada, porque encontraba más incomodo el silencio entre ambos que las caricias del más alto.

—¿Dónde estamos exactamente?—. Se atrevió a preguntar dudoso cuando al fin el auto se detuvo frente a un establecimiento. La zona no lucía peligrosa o humilde en exceso, pero la cuadra parecía poco transitada.

—Hace mucho mis amigos me han recomendado este lugar —. Había rodeado el auto, ofreciéndole la mano luego de abrirle la puerta —No te dejes llevar por la apariencia, en verdad todos dicen que la comida aquí es la mejor —. Le besó la sien sobre los cabellos, tratando animarlo al notarle completamente desconfiado.

No era para menos, ni Shuunsuke pudo evitar arrugar la nariz con disimulo ante la pintura de un verde viejo descascarándose de las paredes del local, pero le sonrió a Light antes de tomarle la mano, atravesando con él la puerta de vidrio que estaba perdiendo su polarizado, adentrándose a un lugar donde la luz era tenue, y no de la manera elegante, más bien era que simplemente el restaurante  no tenía una zona destinada solo para los fumadores, creándose en el aire una extraña nube grisácea que junto a la mala iluminación volvía opaco el ambiente, tanto que a Light le fue difícil notar a la camarera apareciendo de repente por un lado, sonriente y con menús en mano invitándolos a pasar, llevándolos hasta una mesa de centro, pero Shuunsuke rápidamente había pedido una más cómoda, una de las butacas de equina, y Light simplemente suspiró con pesadez, dejándose arrastrar pues simplemente ya le venía dando lo mismo donde se sentaran, llegando así hasta una mesa redonda que se encontraba al fondo, casi inaccesible a la vista de los demás, acomodándose ambos sobre el asiento en semicírculo antes que la joven prometiese con una sonrisa que volvería en unos minutos.

—¿Algo se te apetece? —. Cuestionó el capitán unos segundos después sin despegar sus ojos de la lista de platillos, la cuál era muy poca.

—Yo quería ir a la taquearía de la esquina —. Refunfuñó, no disimulando su molestia se cruzó de brazos, sin ni siquiera abrir el menú que estaba sobre la mesa.

Shuunsuke bufó por lo bajo, no entendiendo porqué seguía en ese juego sin sentido, quizá porque él si se había ensañado en conseguir lo que meses atrás había pactado con sus amigos a manera de diversión, pero el tiempo se le había acabado hace mucho y todos lo habían dejado en el olvido, sin embargo el morbo y curiosidad de Shuunsuke seguía en pie, quien teniendo en mente lo que quería, se deslizó sobre el asiento y abarcó con uno de sus brazos  la cintura del otro, jalándolo hacia él de manera suave, e intentando comportarse como el novio más comprensible le tomó por la quijada, acercando su rostro al del castaño hasta besarle la mejilla, rápidamente intentando buscarle los labios.

Sin miedo a quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora