Sí te quiero...

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Los pasados dos días podían ser considerados como su segundo fin de semana más extraño. Sí, el segundo porque el primero había sido unos años atrás cuando un unicornio color turquesa apareció bailando el asereje frente a él luego de la extracción de sus cordales, esfumándose cuando los efectos de la anestesia desaparecieron. Aún así copito había sido mejor compañía durante esos minutos de delirio que su propio  amigo, quien no le había respondido ninguno de los mensajes que le estuvo mandando el domingo, su celular registraba ciento veinte mensajes enviados pero probablemente no habían sido tantos, quizá su aparato estaba fallando, además se había pasado gran parte de la tarde chateando con Mihael en una videollamada, así que era imposible que hubiese mandado tantos mensajes solo durante la mañana, aunque no importaba la cantidad, aquí lo único importante era ¿por qué no le había contestado?, ¿sería que estaría enojado con él? Pero él no había hecho nada malo...

Sin embargo todos sus deseos de reclamarle y arrancarle los cabellos uno a uno como Mihael le había aconsejado desaparecieron tan pronto cruzó el portón principal del instituto, unos metros más adelante bajo uno de los pocos frondosos árboles del patio principal se encontraba Elle sujetando su maleta con una mano por sobre uno de sus hombros mientras hablaba con algunos compañeros del mismo curso. Decidió acercarse despacio sin importarle que su amigo ya tuviese compañía, quizá no le arrancaría los cabellos ni le haría drama como Mihael decía, pero si estaba interesado en saber el porqué no había podido contestarle ningún mensaje ysi estaba molesto con él por alguna razón. No obstante todas las palabras que iba practicando en su cabeza solo lograban enredarse más mientras avanzaba, sintiendo ese nerviosismo en el estómago y cosquilleó en los labios que empeoró al momento que Elle giró, dedicándole una amplia sonrisa que le robó el aliento por un momento.

—¡Light-kun! Vienes tarde —. Comentó al ver en su reloj de muñeca que faltaban pocos minutos para que las clases comenzasen.

—Es que me quedé dormido... — Masculló apartando la mirada, prometiéndose que no volvería a quedarse hasta tan noche con su amigo de internet.

—Entonces Elle lo seguimos planeando luego —. Interrumpió uno de sus compañeros tomando ambos sus mochilas que estaban sobre el pasto antes de hacerle un medio ademán de despedida con la mano a Light y partir.

Y el castaño levantó levemente su mano sacudiendo sus dedos, levemente extrañado que esos dos se hubiesen despedido viéndolo directamente a él, pero eso pasó a segundo plano cuando Elle carraspeó la garganta.

—Creo que tú y yo también deberíamos ir antes de que suene la campana —. Propuso de forma calma ocultando de buena manera su nerviosismo. El fin de semana le había servido para pensar, aceptando que no dejaría de hablarle al castaño por un malentendido, sin embargo no se hubiese molestado si el día lunes hubiese tardado un poco más en llegar, porque aún no se sentía preparado para enfrentarlo. Pero aquí estaban, uno frente al otro.

—Elle... — llamó suavemente cuando el otro se disponía a avanzar —es que... no contestaste ninguno de mis mensajes en todo el fin de semana —. Masculló avergonzado mientras apartaba la mirada, sonsacándole una queda risa al mayor.

—Saturaste mi bandeja de entrada —. Explicó sonriendo, era cierto que se había mantenido distante para acomodar sus ideas, pero también era cierto que su aparato estaba completamente inservible gracias al castaño —Se quedó sin espacio y mientras intentaba borrar algunos el celular simplemente se quedó como congelado. Hasta el momento sigo esperando que reaccione.

Light pudo sentir toda la sangre subiendo a su rostro de la vergüenza, y que Elle se riese como si nada no lo hacía sentir mejor.

—Lo siento... — Fue lo único que atinó a decir de forma suave, recibiendo como respuesta un incómodo y tonto pellizco en una de sus mejillas.

Sin miedo a quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora