Quiero hacerlo...

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Tic, tac... el reloj avanza. A Mello comienzan a sudarle las manos y el sudor en su frente se acumula. Near está frente a él, sus rostros están tan cerca que le es fácil percibir el aroma y apreciar las facciones del otro; como esos inexpresivos pero hermosos ojos, la penetrante fragancia varonil o, mejor aún, esa pequeña boca de labios rojizos que están a escasos centímetros de los suyos, a punto de cumplir una apuesta. Es el momento que siempre ha esperado, aún así los nervios lo traicionan, está congelado, incapaz de acortar la poca distancia que los separa.

—Espera...— pide con voz apenas audible.

Saca un spray bucal para el mal aliento de uno de los bolsillos de su pantalón, pero las manos le tiemblan tanto que le es imposible hacer uso del pequeño bote.

— ¿Problemas de Parkinson, Mello?— Pregunta Elle divertido a la vez que lleva otro puñado de palomitas hasta su boca, como lo harías cuando estás viendo la película más entretenida.

Mello se tensa sobre el colchón, por un momento había olvidado que Elle los observa a través de la cámara como parte de las condiciones impuestas por Near para llevar la apuesta a cabo.

— ¿Por qué mejor no vas a escuchar a la cotorra de tu novio?— Reclama en dirección a la laptop abierta que está sobre la mesita de noche.

—Ya lo hice— le contesta y con una sonrisa añade—. Toda la noche.

—Comienzo a aburrirme...— interrumpe Near mientras enreda un mechón de su blanquecino cabello en su dedo índice — ¿Vamos a hacerlo o no?

—¡S-Sí! Es solo que...

Mello se vuelve hacia él, nervioso e intentando formular una excusa, pero antes de que alguna otra palabra salga de su boca, las pequeñas manos de Near lo sujetan por el cuello de la camisa y lo jalan hacia sí, uniendo sus labios de forma dominante.

Los ojos color zafiro de Mello se abren de par en par por ínfimos segundos, el momento que siempre ha deseado está sucediendo, los labios de Near están sobre los suyos, tan suaves y delicados, perfectos al igual que su amado. Cierra los ojos e intenta recrear los mismos movimientos que ha practicado con su almohada las últimas dos noches, desde que se convirtió en el ganador de la apuesta luego de que su amigo al fin había aceptado que batea para el otro lado.

Elle arruga la nariz y el puñado de palomitas con destino a su boca queda a medio camino. La sensación de ser un mal tercio lo invade, pero tampoco puede apartar la mirada por completo. Dos cosas quedan claras con este acto de homosexualidad: Near -para suerte de Mello- no tiene la boca tan pequeña, y que la copia barata de Madonna no tiene ni la mitad de la experiencia que alardea.

¿En qué momento aceptó ser testigo de un beso entre esos dos subnormales? Claro, seguramente eran los efectos secundarios de estar dos días encerrado. El viejecito amable y sonriente que decía ser su abuelo realmente se había molestado por el tema de la suspensión y le prohibió salir, y como si estar castigado no fuese lo suficientemente malo, vive con la idea de que tiene un novio al que no ha podido ver por la misma razón. No hay nada más deprimente que estar viendo a ese par de homosexuales cumplir con una apuesta porque ÉL salió del closet mientras que él ni siquiera ha dado su primer beso oficial al chico que lo hizo desviarse del camino.

¿Cómo terminó siendo novio de un hombre cuando toda su adolescencia se había proclamado como un macho alfa heterosexual? La respuesta no la sabe, pero ha decidido no cuestionar lo que es obvio, porque las veces que lo ha hecho solo ha terminado cometiendo error tras error.

—¿Y ustedes no piensan respirar?— Interrumpe —.Pensé que la apuesta era solo un beso de un minuto y medio.

Pensar en su novio le hizo desviar la mirada hacia la hora mostrada en la parte inferior derecha de la pantalla, notando que no falta mucho para que Light llegue a casa. Una vez que eso suceda, esos dos pueden olvidar que lo conocen porque, al igual que el día anterior, piensa pasarse la tarde hablando, o mejor dicho, escuchando hablar al castaño de todo lo que hizo en clases.

Sin miedo a quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora