18. Siempre tú.

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Los días iban pasado, habían pasado dos semanas desde que aterricé en Miami y la verdad es que en esas dos semanas había sentido una libertad que muy pocas veces había experimentado, sentía ese viaje como un salto al vacío pero llevaba como paracaídas la confianza en mí misma de que estaba haciendo algo increíble, y eso era lo que me hacía no adelantar el viaje de vuelta, eso y toda la gente bonita que había encontrado en Miami. Prácticamente quedaba cada día con Lena después del trabajo, ella era quien me guiaba en la discográfica y la productora, era una agente que SONY había puesto a mi disposición para que me ayudara en todo cuanto necesitara, pero más que ayudarme como profesional, lo hacía en lo personal ya que dentro del estudio mis dudas eran las mínimas, había una buenísima sintonía con el productor, yo chapurreaba el inglés y él se defendía con el castellano, cosa que facilitaba mucho las cosas. En el nuevo disco estaba descubriendo cosas de mí que desconocía, estaba dando grandes pasos pero hacia mí misma y eso, lo valoraba enormemente. 

Aquel día salimos del estudio sobre las 5 lo cual nos dejaba libre toda la tarde. Era un viernes y al salir, todo el equipo fuimos a tomar algo juntos, estábamos en mitad de la grabación del disco y cada vez iba tomando más forma, una forma muy especial. Mientras estábamos sentados a la fresca a Dylan, el productor, se le ocurrió la idea de quedar todos y salir de fiesta por la noche, a todos nos pareció buena idea así que quedamos a las 0:00 en la puerta de un pub del centro. 

A las 0:00 me encontraba en la puerta del pub, con unos botines negros, unos tejanos negros rasgados, mi camiseta de IRON MAIDEN, mi chaqueta negra de cuero y mi melena lisa. No tuve que esperar mucho, al poco llegó Jacob, el bajista, acompañado de Alycia, la corista, me sorprendió un poco aquella aparición, Lena me había contado que eran ex y que tenían una cierta cordialidad por el trabajo pero cuando aparecieron todo era bastante opuesto a eso, se miraban y se hablaban sonrientes. Fueron llegando todos, menos ella, Lena. Me preocupaba pprqie Lena solía ser muy puntual siempre, no dejaba de mirar el teléfono ni un instante pero nada, ni un mensaje. Decidimos entrar, fuimos directo a la barra ya que había mucha gente, tardamos diez minutos en poder pedir. Pedí una cerveza y mientras me la servían alguien se me acercó.

-¿Cómo puedes empezar sin mí?-susurró.

Di un respingo del susto, giré mi cara y ahí estaba ella y su sonrisa para iluminar un poco la noche. Rodeó mi cintura y volví mi mirada hacia la barra, el camarero me dio la cerveza y yo pagué, cuando este me devolvió el cambio me guiñó el ojo y sonrió, yo me sonrojé ligeramente, aquello me sorprendió y Lena me soltó al instante. Me giré con la cerveza en la mano y vi que ya no estaba detrás de mí, sino, sentada junto al resto del equipo, más concretamente, al lado de Camz, la pianista, yo me senté al lado de Alycia pues era el único sitio libre.  Poco a poco los vasos y botellines fueron multiplicándose encima de la mesa, nos animamos tanto que acabamos bailando. Lena apenas me miraba y yo no entendía nada. Me acerqué a ella cuando vi que no bailaba con nadie. 

-¿Qué te pasa?-dije acercándome a ella.

-Nada.-respondió cortante.

-Lena...-insistí.

-Nada, mira, ahí tienes al camarero, te sigue sonriendo, ve a hablarle a él.-dijo apartándome la mirada.

-¿Estás celosa?-pregunté cogiéndole la mano.

-Olvídalo...-dijo soltando mi mano.

-¿Y si no quiero?¿me lo prohibirás?-volví a preguntarle sonriendo.

-Pues sí.-sonrió al fin.

-Ven con todos, anda, no me seas sosa.-dije tirando de ella.

Rió y se unió al resto. Me había descolocado un poco ese comportamiento a raíz del gesto del camarero pero lo olvidé cuando empezó a sonar 'Despacito', todo el mundo enloqueció y a mí me resultaba muy graciosa la canción de Luis Fonsi cantada con acento americano. Mientras yo reía y cantaba, sentí unas manos rodear mi cintura, giré mi cabeza y ahí estaba Lena con una enorme sonrisa. Empezamos a bailar al compás de la canción, de tanto en tanto reía contra mi cuello y entre eso, su cintura y la poca distancia que nos separaba, la temperatura fue subiendo, cada estribillo era más peligroso, sentía la necesidad de tenerla cerca, de sentirla cerca, sus manos recorrían trazos irregulares por mi tripa, me giré hacia ella, sonrió y me acerqué a su oreja.

-No te me pongas celosilla.-le susurré.

Noté sus brazos rodeando mi cintura y su cara hundida en mi cuello. Nos separamos y se mordió el labio inferior, aquello revolucionó todavía más mi interior. Acabó la canción y nosotras continuábamos ajenas al mundo, en nuestro campo de concentración interior. Le agarré la mano y la llevé a un sitio más apartado, ella me siguió sin decir nada. Una vez apartadas, cogí su cara con mis manos y le besé, nos besábamos sin pausa alguna. Nuestras manos se perdían por nuestro cuerpo, la temperatura no es que subiera, es que en lugar de sangre, me corría magma por las venas. Sentí sus labios sobre mi cuello, cerré los ojos y la vi. Vi a Vanesa, abrí los ojos de golpe, con la respiración agitada, confundida.

-Le...Lena...Para... Por favor.-le susurré.

Sonrió contra mi cuello y continuó.

-Lena, por favor.-dije posando mis manos en sus caderas.-Necesito que pares.-insistí.

Se separó de mí resoplando. 

-¿Qué te pasa?-preguntó confusa.

-No... No puedo, lo siento.-dije alejándome.

Antes de que pudiera retenerme, me escapé, me marché de aquel lugar, sin despedirme de nadie. Cogí un taxi y me fui hacia el hotel, al llegar me fui directa al balcón, me encendí un cigarro y se me empezaron a rebelar los sentimientos, se me inundaron los ojos, de nuevo volvía a caer en su nombre, de nuevo, otra batalla perdida. 

Al día siguiente, cuando volví a la oficina, no vi a Lena. La echaba de menos, a ella, a sus tonterías, a sus risas, a sus caras en mitad de la grabación, a sus "Cuando acabes nos vamos a la playa", a nuestros conciertos en el sofá, la magia de las madrugadas, las escapadas. Y es que todo, absolutamente todo, con ella era diferente. Ese día se me hizo cuesta arriba, más que de costumbre. Intenté disimular todo lo posible, guardaba las formas y hacía como si nada pero al llegar al hotel, de nuevo me derrumbaba, así pasé una semana hasta que de nuevo, Lena volvió a la oficina.

OTRO MÁS. Espero que os haya gustado, la he liado un poco👼.
Como siempre, dejad en los comentarios lo que os ha parecido este nuevo capítulo y lo que os gustaría que pasase en el próximo.
Besazo fuerte!

Cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora