8. Dar la vuelta al reloj.

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Varios días antes de ir a Sevilla estuve con fiebre e infección. Tuve que posponer el concierto de Guadalajara y Pamplona por recomendación médica. A mi lado, cómo no, Vero. Ella siempre me cuidaba y me mimaba cuando lo necesitaba, a ratos también venía a visitarme mi madre, pero ni rastro de mi padre y mi hermano. Lo prefería así.

En cuanto mejoré un poco puse rumbo a Sevilla, mi Sevilla. Mi segunda casa. Siempre era especial tocar allí. Al llegar saludé a toda la banda, también a José, debíamos disimular, pese a todo trabajábamos juntos y debía haber al menos cordialidad.

Llegó el momento más esperado de la noche. Empezaron a sonar los primeros acordes de "Cenizas". Empecé a cantar, el público se revolucionó. Llegó el momento de cantar "Me quedó grande tu amor", me quedé mirándo a José, él se limitó a tocar, sin mirarme. Aquello dolió, pero debía continuar. La noche fue mágica, uns vez más, mi querido público sevillano había logrado una noche mágica. Ellos me transmitían su cariño y entrega, yo intentaba devolverles tanto cariño.

Cuando el concierto finalizó volví a revisar la lista de posibles managers. Ya había empezado con las entrevistas pero todavía me quedaba entrevistar a una de mis candidatas favoritas. Le envié un correo desde el teléfono para citarla en algún bar para tomar un café, quería hablar con ella antes de contratarla, no quería precipitarme y guiarme solo por el currículum. Quedé con ella por la mañana en Córdoba, ya que al día siguiente tenía concierto allí. Mientras yo estaba concentrada alguien entró en el camerino y me abrazó. Me giré rápidamente. Era Rubén, le devolví el abrazo.

-¿Qué tal estás?-dijo separándose de mí.

-Bueno, en los últimos días he discutido con mi padre, mi hermano, he despedido a Rosa, lo he dejado con Gonzalo y he visto a Vanesa en varias ocasiones.-dije resoplando.

-De tu hermano quería hablarte.-dijo sentándose en una de las sillas del camerino.

-Cuéntame.-dije sentándome.

-Verás... José... José quiere dejar el equipo una vez termine el tour.-dijo preocupado.

Resoplé, ¿en serio era capaz de dejarme sin guitarrista? Realmente esto estaba llegando más lejos de lo que esperaba. Me enfadé muchísimo, salí del camerino en su busca, Rubén no paraba de intentar frenarme y hacer que me calmara, pero hice caso omiso. Fui directa hacia su camerino, entré de golpe, sin avisar. Allí estaba él, guardando su guitarra.

-¿Se puede saber qué es eso de que dejas el equipo?-dije enfurecida.

-Primero, al entrar toca a la puerta, segundo, es mi decisión y punto.-dijo cargando a su espalda la guitarra.

-No pienso dejar que te vayas.-dije interponiéndome en su camino.

Resopló.

-Déjame en paz. Tú quieres hacer tu vida, ¿verdad? Pues yo también la mía.-dijo alterándose.

-Te quieres largar del equipo porque me gustan las mujeres, ¿lo ves normal? Porque yo no. Me he pasado días mala, no has sido capaz ni de enviarme un mensaje, ni un '¿qué tal estás?' cuando lo sabías de sobra. Joder, José, se supone que eres mi hermano.-dije gritando.

-Tú se supone que debes respetar a papá y no te tembló el pulso al echarlo de tu casa.-me recriminó.

-¿Qué harías tú si me presentara en tu casa y te exigiera que estuvieras con una persona a la que no quieres? Mira, mejor ni me respondas, si quieres irte, vete, pero ni se te ocurra volver, ah, y tampoco digas que lo haces porque me quieres.-dije.

Acto seguido me marché dando un portazo. Rubén estaba fuera esperándome. Me abrazó fuerte y me acarició el pelo.

-Cálmate. Así no ganas absolutamente nada, mi niña.-dijo intentando tranquilizarme.

Cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora