14. El puñal de tus mentiras.

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Miré con atención el mensaje de mi primo, me duché, no podía sacarme el mensaje de la cabeza. En cuanto salí de la ducha y me vestí. Decidí llamar a mi primo desde el dormitorio ya que no quería despertar a Vanesa.

-Buenos días, Lula.-dijo mientras de fondo se escuchaba el ruido de la cafetera.

-Hola, Dani, dime, ¿qué has encontrado?-dije algo desesperada.

-Mh... Verás, hay dos localizaciones, es decir, no ha sido una única persona, Lula...-dijo suspirando.

-¿Y a qué localizaciones corresponden?-pregunté temerosa de la respuesta.

-Madrid y Córdoba. Han sido dos personas distintas porque todo lo que hicieron fue durante el mismo tiempo.-dijo dándole un sorbo a su café.-Lula, ¿sospechas o te haces una idea de quiénes han podido ser?

Me quedé pensando. Madrid, de Madrid podría ser cualquiera, desde Rosa hasta el director de SONY, pero Córdoba... De Córdoba solo podía ser... No. Me negaba a creerlo, ¿Rocío? Motivos en cierto modo, podría tenerlos, pero ¿sería capaz? Lo dudaba mucho, aunque sino, ¿quién desde Córdoba podría colaborar?

-Lula, ¿estás?-preguntó mi primo.

-Sí, sí, estaban pensando. Verás primo a ciencia cierta, no lo sé...-dije sentándome en el borde de la cama.

-Deberías denunciar, es totalmente punible esto.-dijo él mientras tecleaba.

-Iré a comisaría en cuanto Vanesa despierte.-dije suspirando.

-¿Vanesa? Ya decía yo que el tío Pepe no estaba muy de buen humor.-dijo riendo.

-Ni lo nombres, llevo meses sin saber de él, gracias a su mentalidad prodigiosa.-dije resoplando.

-Vamos Lula, es mayor, es tradicional pero te quiere y tarde o temprano tendréis que arreglar las cosas.-dijo intentando calmar las aguas.

-Dani, cuando él entienda que mi vida es mía, entonces, intentaré arreglar las cosas, a demás, yo no tengo que pedir perdón de nada, así que si quiere hablar, que venga él.-sentencié.

-Primita, el carácter veo que no te abandona.-dijo riendo.-Sé él hizo las cosas mal pero tenéis que hablar y lo sabes.-añadió.

-Dani, no quiero quemarme contigo, cambiemos de tema.-dije suspirando.

-De acuerdo, no te doy la tabarra con el tema.

-Gracias.-respondí.

Continuamos hablando hasta que Vanesa se despertó. Bajé al comedor donde ma la encontré vestida y con un café entre las manos.

-Buenos días, guapa.-dije acercándome a Vanesa.

-Buenos días, preciosa.-dijo dándome un beso.-¿Con quién hablabas tan temprano?-dijo rodeando mi cintura con sus brazos.

-Con mi primo Daniel, ha encontrado dos ubicaciones, Madrid y Córdoba, desde estas ciudades se han realizado los problemas de las redes.-dije rodeando su cintura.

-Denunciarás, ¿no?-dijo colocando detrás de mi oreja un mechón de pelo.

-Me gustaría hablar con quien lo ha hecho antes de denunciar.-respondí.

-Pero con esta información solo se me ocurre Rosa y no sé, ¿Córdoba? ¿Quién de tu equipo es de allí?-preguntó bostezando.

-Rocío es de Córdoba.-dije clavando mi mirada en el suelo.

-Vaya... Rocío.-dijo separándose.

-No creo que ella lo haya hecho.-añadí.

-¿Por qué no?-preguntó sentándose en el sofá.

-Porque la conozco, es buena niña, sería incapaz.-respondí sentándome a su lado.

-Malú, se ha quedado sin trabajo, sin ti y se quedó viviendo en Madrid sin trabajo y lejos de su casa, ¿por qué no iba a intentar vengarse?-dijo con un tono que a mí no me gustó nada.

-Porque ella me quería.-dije molesta por su desconfianza.

-¿Estás yendo con alguna doble intención?-respondió enfadada.

-No, Vanesa pero me molesta que seas siempre tan mal pensada con todo el mundo.-dije seria.

-Claro, es que es ser malpensada poner sobre la mesa la opción de que Rocío, la niña cándida que se enamoró de su representada pero que finalmente fue despedida, haya querido vengarse de quien le dejó sin trabajo. Vaya, es algo, impensable.-contestó molesta.

-Lo que pasa es que te comen los celos con Rocío.-le contesté enfadada.

-Bueno, pues sigue confiando con todo el mundo, a ver qué tal te va.-respondió.

-Ella no me ha hecho daño, Vanesa.-repliqué.

-¿Te dio tiempo? Mira, da igual, no sé ni que hago aquí.-dijo suspirando.

Se levantó y cogió su chaqueta.

-Adiós.-dijo alejándose del sofá.

-¿En serio Vanesa?-dije perpleja por su comportamiento.

-En serio Malú, adiós.-dijo continuando su camino.

Me acerqué a ella y le agarré por el brazo.

-¿Te has puesto celosa?-pregunté.

Se giró, me clavó una de sus miradas penetrantes y se giró de nuevo.

-Responde Vanesa.-dije sin soltarla.

-¿Por qué dejaste a Rocío si era tan buena?-dijo con la frialdad instalada en su voz.

Resoplé.

-Me sacas de mis casillas cuando te pones así.-dije soltándole.

Abrió la puerta y salió dando un portazo.

El enfado y el orgullo se apoderó de nosotras. De nuevo, la casa vacía. De nuevo, sin ella. Me daba rabia todo esto. Lo que menos quería era una discusión con Vanesa. Ella era mi punto de apoyo.

Cogí el bolso y el abrigo y me fui a comisaría, de camino "Te has perdido quien soy" inundó mi silencio. Llenó de lágrimas mi rostro. No quería perderme más quien era, ni que era yo misma. No quería perderme quién éramos nosotras.

Al llegar interpuse la denuncia con la información que mi primo y rápidamente salí de la comisaría. Cuando estaba llegando a mi casa, todo justo en la entrada de Majadahonda vi a Rocío, iba de la mano de otra persona la cual estaba de espaldas. Aparqué a una distancia prudente para verle sin que me viera. Cruzaron la calle y mi cuerpo se heló. Rocío iba cogida de la mano con la hija de Rosa. No daba crédito. Pero ahí no terminó la escena. Al cruzar la calle se besaron y de uno de los portales salió Rosa, sonriente y les abrazó. Llevaba un sobre en la mano. No podía creer lo que estaba viendo. Me dolía haberme puesto como me puse con Vanesa cuando llevaba la razón. Las lágrimas viajaban por mis mejillas. Mi cabeza se apoyaba en el volante y se repetía el mismo refrán cien veces.
"No hay más ciego que el que no quiere mirar."

¡¡Hasta aquí! Siento mucho la tardanza pero a veces la inspiración brilla por su ausencia. Espero que os haya gustado!! Besos😘

Cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora