-Capítulo 35 pt.2-

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- Quiero matarlo- susurró María apretando a Melo y llorando. Supuso un pasado de Melo pero nunca pensó que ese sería. Todo comenzaba a tener sentido.

- Esa noche solo me enseñó unas sumas y hasta allí nada más. Según él por mi coeficiente debería tener unos ocho o nueve, no siete. Cuando terminé me quise bajar pero me apretó con ambas manos por la cadera y me dijo que me quedara quieta. Comenzó a moverse y pude sentirlo. Estaba masturbándose conmigo, lo escuché gritar y se tiró contra la silla, me bajé y esta vez no opuso resistencia. Después solo desperté al día siguiente. Todo se repitió unas veces más, y a veces no le bastaba con lo que hacía y comenzaba a tocarme, siempre sobre la ropa y nunca más se fue de casa. Pasaron más de dos años de su noviazgo con Alicia y esa relación solo iba en aumento. Una tarde un niño hizo una fiesta por su cumpleaños y él mismo me compró un vestido para la ocasión, según él para no ocasionarle gastos a Shelby. El vestido era blanco y mientras Shelby me bañaba sin pudor frente a él, él me sonreía con aquel gesto que odiaba. Cuando Alicia fue a comprar y Shelby por unas coletas se acercó y me dijo que ya había aguantado demasiado, que el color del vestido era por una razón especial. Cuando volví a la noche mamá ya había ido a trabajar y él estaba con Alicia comiéndose a besos en el sillón, Alicia se levantó, me preguntó si me había divertido y me dejó un beso con una advertencia de que me portara bien. Y otra vez se fue.

- ¿Él...

- Él observó por la puerta, hasta asegurarse de que Alicia ya no estuviese cerca y cuando volteó a verme supe que el miedo que había comenzado a tenerle no se comparaba con el de ese momento, se abrió la camisa y me dijo que me acostara sobre el colchón: "¿Sabes que las niñas lindas como tú deben complacer a los hombres como yo?" me dijo. Quise correr pero me tomó del brazo y me lanzó al lugar dónde había ordenado acostarme... Se tiró contra mi cuerpo y aplastó mi espalda. Fue horrible, María.

- Lo sé, mi amor. Lo sé - dijo María reteniendo el impulso de decirle que ya no siguiera, pero no entendería el pasado de Melo si de evitarle otra vez el sufrimiento se trataba.

- Escuché como se quitaba el cinturón y bajaba su cremallera, grité por Shelby y él inmediatamente me tapó la boca. Cuando sentí como intentaba desprender mi pantalón el corazón se me detuvo, se abrió la puerta y Alicia entraba con una botella de vino y totalmente alegre. No lo dudó, corrió hasta él y la estrelló en su cabeza, fue por un florero y lo golpeó otra vez. Me levantó del colchón y me acostó contra ella estuvimos llorando juntas y me pidió perdón porque no tenía idea lo que pasaba... Aún conmigo en sus brazos llamó a la policía y luego me llevó a casa de su mamá, dónde una de sus sobrinas vivía y pasé la noche con ella. Fue tan distinto, la chica me llamó "hermanita" y me abrazó hasta quedarse dormida. Al otro día ella me dijo el por qué había regresado, quería darle a Juan una sorpresa y me preguntó si alguna otra vez él se había comportado así. Le conté todo, luego ella comenzó a tener un cliente especial a los días, me lo dijo que se trataba del policía más corrupto de la ciudad. Días después la escuché hablando con su madre... Ese hombre había dejado morir a Juan solo en la celda más alejada y peor cuidada. Fue la primera vez que me sentí feliz por otro sufrimiento.

- ¿Y Shelby? - Shelby no lo creía y si lo hacía no lo demostraba. Continuó su vida junto a la mía como si nada me hubiese pasado y al contrario de lo que quería, nunca me abrazó como Alicia lo hacía ni me protegía como ella. Cuando regresé a casa Alicia dejó de trabajar por la noche para cuidarme porque al fin de cuentas su nuevo amorío no dejaba que algo le faltara. Como ya me sentía segura salía sola por las mañanas. Una de ellas me alejé un poco sin darme cuenta y llegué a un restaurante. Moría por probar lo que había del otro lado de la vidriera... Cuando estaba por entrar Shelby me reconoció y me llevó a casa, me gritó por ser descuidada y una niña malcriada. Le pregunté si podía ir a la escuela ese día, extrañaba a mis amigos de allí, me dijo que no y se fue. Al rato llegó Alicia y se sentó a mi lado en ese colchón, me abrazó y comenzó a hablarme. Nunca voy a recordar algo tanto como lo hago con ella: "Cariño, es hora de que te vayas. Aquí o en otro lugar corres la misma suerte y yo no voy a ser tu protectora toda la vida. ¿Ves cómo soy ahora? No te conviertas en esto". Se levantó, me dio una de sus camperas y yo guardé allí dentro las cosas más preciadas y me fui. Llegué aquí pero me trasladaron a un internado. Comía tres veces al día, me bañaba cuatro veces a la semana y dormía con niñas, eso no fue malo. Mi paso por allí solo construyó mi carácter asique puedes imaginártelo, no tenía amigas, no me gustaba socializar y mientras más dormía más rápido pasaba mi vida. Una a una las chicas con las que convivían iban desapareciendo para sus nuevas casas y familias. Fui la última en irse y parecía como si todo lo que demostraba era: "Sí, soy un niña que estuvo a punto de ser abusada ¿quieres eso en tu casa?" Y parecía que todos me miraban y me respondían: "No, no lo queremos".

La Lógica del Amor - MelepeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora