-Capítulo 30-

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Fue tan extraña la sensación que sintió al pisar ese lunes el McKinley que parecía que algo le soplaba la cara a cada segundo, a pesar de que los árboles no se movían o caminara sola por el estacionamiento. Pero estaba feliz. Parecía como si todo lo vivido durante el fin de semana nunca la hubiese dejado y cada vez que se abrazaba podía sentir los brazos de Melo como el viernes a la noche en su cama. Reprimió una sonrisa e ingresó al Instituto.

Le llamó la atención que Malik estuviera en el centro de un pequeño grupo de estudiantes reclamándoles comportamiento y señalándolos mientras intentaba controlar el tono de su voz. Frunció el ceño y se acercó a ellos.

- ¿Qué sucede?- le preguntó al profesor del club de canto que observaba todo negando la cabeza y con los brazos cruzados-

- Lo mismo de siempre. Alumnos que quieren llamar la atención...Tus alumnos- le respondió el hombre señalando velozmente con su dedo a uno de los estudiantes. María movió rápidamente los ojos buscando a Melo o Styles, el que las últimas semanas ambos hayan sido alumnos ejemplares no significaba que ese día continuaran con la momentánea rutina.

- ¿Mis alumnos?- murmuró al no encontrarlos. En cambio, Aida, respaldada por dos animadoras más, se retiró con enojo en su rostro y una salida que llamó su atención por la agresividad de golpear el hombro de sus compañeros. Parpadeó varias veces viéndolas partir y luego se acercó al director- ¿Qué pasó?

- Oh, señorita Cadepe qué bueno que lo pregunta. Esas alumnas aprovechan el baño para escribir cosas que no deberían y jugarles bromas a los alumnos de menor grado... Encárguese que Domenech y sus amigas reciban una hora de castigo.

- ¿Qué me encargue?... ¿A qué se refiere con eso?

- Pues a que sean parte de su salón de castigo o esa hora extra que usted da. Pero que aprendan su lección.

- Pero esa hora solo es para...

- Para aquellos alumnos indisciplinados... Y esas animadoras forman parte de ese grupo- Aseguró Malik antes de alejarse hacia su oficina. María infló su pecho algo molesta, ella solo se había ofrecido a darle la clase de disciplina al salón 8, como realmente se llamaba, o el de la lejanía, como a ella le gustaba decirle. Para el resto de alumnos estaba el verdadero salón de castigo. Además, no podía dar los miércoles una hora más de clase para esas alumnas y viajar tarde por lo que, rápidamente, pensó en incluirlas en el grupo de los lunes o viernes. La idea no le agradaba mucho.

Finalmente, antes de llegar al salón que menos alumnos poseía, pasó por el de Aida y les indicó que se dirigieran al salón de la actividad extra al final de día.

***

- Buenos días, clase- saludó alegremente al ingresar a su salón. Les sonrió a todos cuando le devolvieron el gesto alegremente- Tomen sus cuadernos que hoy retomaremos el tema de la escritura y oralidad

- ¿Vamos a escribir otra vez y leerlo frente a todos?- preguntó Gomi recostando pesadamente su cabeza sobre la palma de su mano y apretando los ojos-

- ¿Cuál es el problema?- le preguntó Hunter totalmente desconcertado-

- Solo a ti te gusta ese tema, cerebrito- respondió Gomi-

- Pues hoy les gustará a todos- intervino María- porque haremos la clase más dinámica. Se separarán en dos grupos- ordenó extendiendo sus brazos y luego separándolos ejemplificando la situación- y cada grupo deberá hacer cinco preguntas sobre lo que vimos hasta el momento y cinco posibles respuestas que crean pueda contraatacar los cuestionamientos del otro grupo...

La Lógica del Amor - MelepeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora