Capítulo 11: "Pequeña sonrisa"

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Abriste los ojos lentamente y un leve dolor de cabeza te embargó. Gemiste ligeramente y te tocaste la frente y sobaste tus ojos, volviste a abrirlos y te diste cuenta que todo estaba oscuro. Te sentaste y viste la ventana que estaba a tu lado, entonces recordaste donde estabas.

Miraste a todos lados, la luz de la luna entraba e iluminaba ligeramente la mitad del lugar. Un ruido te hizo sobresaltar y te arrimaste apoyándote en la esquina, sentada sobre el colchón.

– Lo lamento otra vez.

Era Bucky. No lograbas ubicarlo, por la ligera oscuridad, pero si reconocías perfectamente su voz. Recordaste cuando intentaste irte y él te detuvo, como forcejeaste y luego él empujó contra la pared y te golpeaste.

– ¿Por qué no dejas que me vaya?

– No puedo.

– Pero, ¿por qué? Yo no hice nada.

– No quería involucrarte, pero ya estas involucrada.

Recordaste aquella vez en el museo: Y usted señorita, nos acompañará, está en calidad de detenida mientras duran las investigaciones. Te iban a arrestar, te encerrarían y perderías de todas maneras tu trabajo. Permaneciste en silencio, pensando en las consecuencias de perder tu trabajo. Te gustaba, era tu vida y ahora lo perdías todo.

– ¿Qué hacías en tu trabajo?

La voz de Bucky te sacó de tus pensamientos. Intentaste buscarlo con la mirada, pero solo escuchaste unos pasos, luego después de unos segundos se sentó en el suelo a unos metros, frente a ti, apoyando su espalda en el sofá. La luz alumbraba ligeramente su rostro.

– Trabajo... – hiciste una pausa, si la situación era tan peligrosa como te lo había dicho Bucky, entonces era obvio que ya no tenías trabajo – trabajaba en la biblioteca del congreso. El señor Morgan es el encargado de dirigirla y mi jefe. Mi trabajo consistía en recibir diversos libros que nos envían otras bibliotecas u organizaciones, catalogarlos, almacenarlos si son muy antiguos y distribuirlos en sus respectivas áreas. Además, hacía traducciones de algunos documentos y manuscritos que el señor Morgan me encargaba.

– ¿Qué idiomas hablas? – Bucky preguntó.

– Inglés, portugués y francés. Estoy aprendiendo ruso. Manejo un buen vocabulario, pero mi pronunciación es muy mala.

– То, что вы любили о вашей работе. (¿Qué es lo que más te gustaba de tu trabajo?)

Sonreíste al escucharlo hablar ruso, lo hablaba perfectamente. Dudaste unos segundos en hablar, pero pensaste rápidamente que palabras decir y le respondiste.

– Будучи окруженным книгами, я мог прочитать любой из них, а также является ли литература, наука, история была библиотека газеты. Вы можете узнать много из газет и старых журналов. (El estar rodeada de libros, podía leer cualquiera de ellos, ya sea literatura, ciencia, historia, además, había una hemeroteca. Se puede aprender mucho de periódicos y revistas antiguas)

Habías hecho algunas pausas en tu conversación, pero al terminar de hablar notaste que Bucky solo te observaba.

– Te lo dije, mi ruso es malo – sonreíste y apoyaste tu cabeza en la pared.

– Lo noté, pero entendí todo lo que dijiste.

Notaste que una ligera sonrisa se dibujaba en los labios de Bucky, era la primera vez que lo veías sonreír. Sonreíste.

– Tu ruso es perfecto, supongo que lo habrás aprendido en el ejército.

– No lo recuerdo.

Y era verdad, no recordaba cuando había aprendido a hablar ruso, pero si recordaba algunas de las órdenes que se le asignaban y esas extrañas palabras que pronunciaban para controlarlo. Había sido una máquina, una máquina que podían utilizar cuando quisieran, sin pensar si lo lastimaban o no.

Lo viste nuevamente serio, la sonrisa se había desvanecido y ahora tenía la mirada perdida. Una parte de ti estaba preocupada por tu situación y la otra se preocupaba por la situación de ese hombre que estaba sentado frente a ti.

– ¿Qué fue lo que te hicieron Bucky?

Bucky te miró, sabía que te habías dado cuenta de su dolor. No respondió. No era capaz de compartir toda la tortura que sufrió.

– Estabas en busca de recuerdos, por eso fuiste al museo, ¿verdad? – dijiste. Bucky te miró, podías notas dolor en su mirada, había sufrido y estaba sufriendo. – No sé exactamente lo que te hicieron o lo que hiciste, pero puedes confiar en mí. Lo poco que te dije, te ayudo a recordar, ¿no? Así que supongo que si compartimos información, podrías recuperar tus recuerdos. No sé cuánto tiempo permaneceré aquí ni cómo lo haré, pero te ayudaré a recordar quien eres.

Bucky por primera vez se sintió tranquilo, calmado y ligeramente confundido. En tres meses había estado solo, intentando dormir, pensar y sobretodo recordar, y no entendía como una completa extraña había llegado a su vida, pero sus palabras lo tranquilizaron e hicieron que en él creciera una ligera esperanza de que pudiera recuperar sus recuerdos.

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¡Libre de tareas! Wujuuuuu ♥_♥

Gracias por leer y votar. Muack!!!

#TeamBucky =)

Debes recordar quien eres - Bucky Barnes (Sebastian Stan) y tú - CA3: Civil WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora