Debes recordar quien eres - Bucky Barnes (Sebastian Stan) y tú - CA3: Civil War

Capítulo 38: "Vida nueva"

El delicado silbido de al parecer un ave te hizo despertar. Giraste hacia un lado de la cama para estirarte. Abriste los ojos y viste como los pequeños rayos del sol entraban junto con un aire limpio a flores. Te levantaste y te acercaste a la ventana, no era la vista de la ciudad de Washington lo que observabas, sino árboles y gran cantidad de flores. Saliste de la habitación y bajaste por las escaleras. Al llegar al primer piso viste una sala pequeña, un comedor y a tu derecha la cocina. Había un hombre que al parecer preparaba algo, lo reconociste y sonreíste, era Bucky. Él giró para dejar algo en la mesa que estaba ahí y te observó.

– Buenos días... – dijiste sonriendo

– Buenos días ________ – respondió Bucky acercándose a ti y te abrazó. Lo abrazaste también y sentiste su aroma.

– ¿Dónde estamos? – dijiste separándote ligeramente.

– Es un larga historia, pero primero, debes comer – te respondió y te llevó a la cocina. Te sentaste en una de las sillas de la barra.

Viste a Bucky coger una jarra que tenía jugo de naranja y te sirvió un vaso. Te lo dio y lo tomaste. Viste que también te acercó un plato con algunas frutas. Tenías hambre, así que comenzaste a comer.

– ¿Te acuerdas de la cabaña que nos dio la Sra. Matilde? – preguntó Bucky mientras comías. Observó que lo miraste algo confundida, pero luego abriste los ojos sorprendida y asentiste. –Como dijiste que querías alejarte de todo, pues se me ocurrió que era una buena opción el venir aquí... Así que nos quedaremos por un tiempo.

– Pero... ¿Y Steve? ¿Y Tony?

– Shhh... – Bucky te tomó de la mano – No quiero que pienses en nada. Solo en este momento. Además, Steve es el único que sabe dónde estamos, así que no habrá problema.

– Gracias – dijiste y giraste en tu silla para observar el lugar. El lugar era hermoso y estaba muy bien organizado.

– Y, entonces... – Bucky se puso a tu lado – ¿Quieres dar un paseo? – asentiste ante la pregunta – Bien, entonces alístate. Puedes ducharte, y cambiarte. Traje algo de ropa.

– No me demoraré – dijiste y Bucky te vio tomar tu vaso de jugo y subir por las escaleras.

Bucky salió de la cabaña y esperó afuera. A pesar de estar en otoño, las flores aún mantenían su color y eso era tan agradable a la vista. Respiro hondo y botó el aire. Este cambio no solo era por tu bien, sino también por el de él. En todo este tiempo, desde que volvió a ver a Steve, no había tenido un momento así, el alejarse de todo y simplemente vivir una vida tranquila. Sonrío hasta que sintió una manos rodear su abdomen y un rostro asomarse por su hombro izquierdo.

Bucky tomó tu mano e hizo que te quedaras a su lado. Observaste la vista. Había un ligero camino rodeado de árboles y flores. Además, el sonido de las aves te hizo sonreír, era un canto muy hermoso.

Sin soltarte, Bucky comenzó a caminar y lo seguiste. Permanecieron unos minutos en silencio. Tú observabas los gigantes árboles, las flores, algunas plantas y Bucky te observaba. El mirar tu rostro era suficiente para él. Sonrió cuando giraste y le sonreíste. Lo soltaste y abrazaste su brazo de metal, apoyándote más a él.

– Aquella noche que me fui... ¿Cómo supiste que iría al departamento?

– Cuando leí tu carta fui a reclamarle a Stark, porque estaba seguro que él te había permitido el acceso a esos videos... Después, hablé con Steve y le dije que cuando te encontrara te llevaría a este lugar. Guardé ropa, me dio un vehículo y salí a buscarte. No sabía a donde ir y cuando me di cuenta ya estaba en el departamento.