33. Suplicas

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Lunes: 16 de Mayo.

En la tarde del mismo día mientras regresaba del colegio, el autobús se llenó.

La masacre pública se hizo presente y cuando quise bajar, no, esta vez no me caí.

La mano de Matías apareció frente a mí ayudándome a bajar.

— ¡Matías! —Grite cuando por fin abandone el autobús.

—No grites —Se quejó Matías.

—Gracias y perdón —sonreí

—Liza cuantas veces tengo que decirte que no digas tonterías—Me volvió a golpear en la cabeza

¿Se le hará costumbre golpearme?

—Pero si no hice nada —me queje por el golpe.

—Me pediste que sonriera esta mañana —Se giró y camino en dirección a su casa.

Bueno, me imagino, porque siempre llega por esa dirección.

—Matías, llévame a tu casa —Le suplique.

—No —respondió cortantemente.

—Por favooorrr —Suplique aún más mientras jaloteaba tu brazo.

—No y punto —Respondió Matías a mis suplicas.

—Por favor, aparte tú conoces la mía, dime que si —Jaloteaba su brazo y le hacía cosquillas

—Está bien, pero no molestes más —Respondió molesto y fastidiado.

Alejándose de mí e invitándome a seguirlo.


PD: Espero te haya gustado

Bye

¡Matías,Sonríeme Por Favor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora