AMOR DE TRES. [EunHae]

Capítulo 07. "Lo siento..."

No importaba lo mucho que lo pensara e intentara recordar, mi mente no se aclaraba. No llegaba a entender como había terminado con una mujer en la cama o más bien como o en qué circunstancias la había conocido. Peor aún era no recordar si había cometido el error de hablar de más. Ella era una fan...ella me conocía...y ella era...Ahhhh. Estaba en serios problemas.

Desde que la vi salir por esa puerta no he podido hacer algún movimiento o responder al móvil. Mi mirada está perdida en el televisor apagado que hay frente a mí y mi cuerpo frío e inerte en la orilla de la cama.

No sé qué hacer o cómo reaccionar.

Me siento confundido, enojado y estúpido.

Me siento como el hijo de puta más grande del año cuando lo recuerdo a él.

Deseo escapar, no ver a nadie...olvidar para no tener que enfrentar mi realidad, no tener que enfrentarlo a él.

Pero sé que aquello es imposible.

No hay lugar existente para esconderme y tampoco hay tiempo para doblegar y tirarme en un mar de llanto. Tal vez tampoco exista la excusa o una disculpa para lo que hice. Quizá con esto Dios quiso demostrarme que lo mejor era ponerle fin a ese amor que nunca podría salir de la oscuridad y que tantos problemas, más que felicidad, le daba a mi vida.

Sólo tal vez esto era una señal.

Y ahora ya nada importaba, yo lo había jodido todo. Si Hyukjae pensaba regresar a mí ya era demasiado tarde. Yo había fallado y eso ni él ni yo lo perdonaría. Y quiero pedirle a Dios tiempo, tiempo para reprocharme, para aceptarlo y para tener el valor de confesárselo.

Las lágrimas caen pero me las limpio con enojo. No debo llorar. No tengo derecho a hacerlo cuando fui yo el culpable de esto. Cuando por orgulloso ignore el llamado de Hyukjae y decidí divertirme como pocas veces lo hacía y sin pensar en las consecuencias. No puedo llorar cuando yo mismo dibuje mi destino. No puedo. Pero me es inevitable parar de hacerlo. Ellas siguen cayendo y el dolor aumentando.

No lo quiero perder pero sé que lo haré.

Lo amo pero él no me perdonara.

Y no quiero mentirle, nosotros no somos así. Mala o buena, dolorosa o alegre siempre nos decimos la verdad. Pero ahora no sabía cómo decirlo, como confesarlo sin dañarlo.

Lo conozco como la palma de mi mano y sé que por mucho que le explique, le diga y le ruegue él no entenderá. Me odiara y me dejara.

Mi cuerpo se dobla ante tanto dolor y vulnerabilidad y las lágrimas se convierten en un llanto ruidoso. Y un momento después escucho la puerta abrirse y sin mirar quien ha entrado, limpio las lágrimas y oculto mi rostro.

Pasos se acercan. Murmuros y luego unos brazos arroparme.

Conozco esos brazos cálidos, ese perfume, ese calor...sé quién ha venido a mí.

--Yo...--trate de hablar más el llanto me lo impidió.

--Tranquilo... cálmate y dime que ha pasado, ¿vale?

Yesung me soba la espalda y es paciente de mi estado. No me pregunta ni dice nada. Él me arropa y me protege con sus pequeños pero cálidos brazos. Te todos los chicos él es el único que ha venido. Que sin gritarme o llamarme la atención me ha abrazado.

Y yo sé que ni siquiera merezco lo que él hace por mí, pero soy tan hijo de puta que necesito esto. Necesito a alguien de mi lado, a alguien que me entienda y me proteja y que me asegure que todo está bien. No quiero y no puedo estar solo, no en esto.