Capítulo 21. "Así el amor se nos muere..."

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A veces la gente simplemente se cansa de ser siempre la herida, la llaga que punza, la costra que sangra

A veces la gente se harta, y simplemente opta por ser el arma, el filo, la bala...

<<Eduardo pacheco>>


Abrigada por su saco negro ella se recargaba en la pequeña barda, mirando hacia abajo. A miles de pasos imaginando que en un segundo ella podría dejar de sufrir, sólo tenía que coger coraje para subir sus pies a la diminuta barda y dejarse llevar por la brisa de la noche. Él a unos pasos detrás de ella, observándola mientras buscaba en su mente que decirle para terminar con el incómodo silencio que los rodeaba.

Por momentos quería decirle que no era solo culpa suya, que no tenía que seguir lastimándose así. Deseaba decirle que saliera adelante, que los malos momentos pasaban y que ella estaba perdiéndose una de las mejores etapas que una mujer pudiera experimentar. Y que más adelante incluso se arrepentiría por no saberlo aprovechar. Como le decían los chicos "tú y tus platicas motivacionales" pero no podía evitarlo. Su corazón de pollo era débil ante el sufrimiento de alguien más. Él quería ayudar pero sabía que no sería fácil, no después de como la habían tratado.

Soltó el aire que retenía, acercándose hasta ponerse a su lado y mirando hacia la misma dirección que los ojos de ella estaban.

--Entonces... --dudó, aferrándose a la barda fría --¿Cómo te sientes?

Sin mirarlo ella murmuró –No tenemos por qué hacer esto, quiero decir... No tienes que intentar acercarte a mí. Te agradezco que me hayas sacado de ahí, tenías razón al decir que el momento asfixiaba.

Leeteuk asintió, intentando calmar su respiración al estar tan cerca de ella. Ella lo ponía nervioso, sin razón alguna o quizá porque a pesar de todo ella seguía siendo una extraña. Aclarándose la garganta dijo:

--Ya sé que no es obligación mía hablarte, pero de verdad me preocupas Karla. Cada día vas peor. ¿Qué sucede? Ya sé que te he tratado mal, no lo voy a negar, incluso que en su momento te tome mucho coraje. Pero las cosas no pueden seguir así, comprendí que el error no solo lo cometiste tú. Y he visto lo mucho que te duele no tener a alguien de tu lado, las veces que tus ojos arden de furia cuando Donghae te dice algo o se te acerca y el temor y asco con que miras a tu hija. No puedo entenderte porque eres así, pero si brindarte mi apoyo. Que te apoyes en mí.

Y, sorprendiendo a Leeteuk, Karla dio como respuesta lo que él menos esperaba. Una carcajada corta y cuando pudo controlarse, ladeo el rostro para mirarlo y seriamente preguntarle:

--¿Y quién está para ti cuando lo pasas mal? ¿En quién te apoyas?

Aquello desarmo por completo a Leeteuk, dejándolo con el ceño fruncido y la mirada perdida. Con la respuesta clara martillando dentro de él, pero que por supuesto nunca lo aceptaría, mucho menos frente a una completa desconocida. Él guardo silencio.

--Tienes que dejar de hacer eso... --comentó ella entre un suspiro.

--¿El qué?

--Dejar que todos se apoyen en ti.

--Pero me gusta ayudar. Lo hago porque me nace del corazón y no por obligación.

--Yo creo que cada quien tiene suficientes problemas como para meterse en ajenos ¿no?

Leeteuk encogió los hombros –No lo sé. Por una larga temporada he sido líder, responsable de un grupo muy importante. No sé qué es eso de enfocarte en ti y olvidarte de los demás. Constantemente mi vida es dar todo para los demás aunque yo me quede sin nada. Tiene que ser así ¿no lo crees? Si me permito derrumbarme, Super junior se vendría abajo.

AMOR DE TRES.  [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora