Me prometiste amor eterno. Me prometiste tocar el cielo.
Me justaste que era el único.
Me juraste que nunca me ibas a dejar...
Y ahora tus promesas son simples palabras que dan vueltas en mi cabeza
Que suben y bajan y no sé cómo sacarlas de ahí.
Nos perdimos en el camino y ahora todo lo que pido es
Volver a ser la persona que más quieres en este mundo.
--¿Cómo te sientes?
Pregunta el medico que me ha atendido este par de días. Le sonrío y susurro un "Mejor". Byung Rim Je, mi médico, se ha portado muy bien conmigo. Es tan amable y comprensible. No me ataca con preguntas íntimas y no se molesta cuando me niego a contestar o ingerir alimento. El hombre me cae bien aunque parezca lo contrario. Él me sonríe de vuelta.
--¿Entonces puede ir a casa? –escucho a mamá preguntarle.
Él se gira a mirarla y asiente –Puede, pero eso si –gira de nuevo a mirarme –Hyukjae tienes que prometerme que intentaras recuperarte. Que pondrás todo de tu parte para salir de esto –no respondo, él suspira –Señora, él necesita cuidados especiales, preferible las veinticuatro horas del día. No voy a mentirle, su hijo no está bien.
--Lo sé, doctor –ella me miro con tristeza. Intento sonreír para, silenciosamente decirme que todo estaría bien, pero viendo que la sonrisa no llegaba a sus ojos y la forma dolida en que me miraba yo sabía que ni mamá creía que yo estaría bien. Sus ojos regresaron al doctor—Su hermana y yo lo cuidaremos, de eso no hay duda.
--Muy bien. Entonces iré a firmar los papeles de su salida.
Mamá asintió y en silencio vimos marchar al doctor Byung.
--Mamá...
--¿Sí, bebé? –llegó a mi lado y tomo mi mano fría y huesuda.
--Perdóname por esto, mamá.
--Está bien, bebé, juntos saldremos de esto. No te dejare solo, cariño.
De nuevo, digo hola al llanto amargo. Ella, conmovida, me toma en sus brazos y me arropa como cuando era un bebé asustado y con frío. Me acorruco en ella y lloro, escuchándola tararear.
Vuelvo a recordar el diagnóstico del doctor. Parece absurdo, tonto; algo imposible pero no, es la verdad. Yo estoy muriendo de amor. He entrado en una depresión que me está consumiendo día con día. Lo que paso conmigo en el escuadrón fue, como lo dijo el doctor: Te desconectaste para dejar de pensar y de sentir el dolor que la pérdida del amor te causo. Y aparentemente nada se podía hacer por mí, no había medicina o terapia que me curara. Sólo yo y la persona que me causo la depresión, podrían sanarme. Y ahora todo lo que quedaba, era descansar y luchar contra la depresión. Aunque no haya fuerzas para la lucha. Y todo lo que espero es que pronto Sang cumpla con su palabra y me llevé ante Donghae. Es todo lo que pido hoy.
--Vamos a casa, bebé. Nosotros te cuidaremos y veras que con nuestro amor lograras volver a nosotros.
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--¡Hyukkie! ¡Hyukkie! –cantó Sora, sus pasos apresurados se escuchaban hasta mi habitación.
Esperé por ella.
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AMOR DE TRES. [EunHae]
RomansaVAMOS A ROMPER. Esas palabras que nadie quiere escuchar de la persona más amada. Palabras que dañan y terminan con todo lo hermoso que existió y pudo haber existido estando juntos. Escucharlas es como si te clavaran un puñal directo al corazón.