AMOR DE TRES. [EunHae]

Capítulo 35. "Perdedor"

Te odio, Te odio como no tienes una idea, pero te necesito, te necesito a pesar del daño que me has hecho—susurró Yan, al contemplarla durmiendo profunda y tranquilamente.

POV YAN.

Apoyada sobre la ventanilla y con los ojos cerrados, escucho la voz molesta de mi mamá. Sus reclamos llenos de frías palabras. Su notable descontento al saber que no estoy volviendo a México. Que he decidido dejarlo todo por ella. Me reclama el haber roto la promesa que le hice antes de viajar a Corea. Vuelve a gritarme "Te mande a Corea para olvidar y sanar, no para que vuelvas a lo mismo". Quiero defenderme pero sé que con ella eso es caso perdido. Por eso me mantengo apretando los labios y escuchándola, mientras intento imaginarme que pasara conmigo a partir de ahora, porque sé que está decisión cambiara mi vida, drásticamente si puedo decirlo, lo siento, una voz en mi mente me lo susurra. ¿Pero qué? Intento averiguarlo. Sé que mis amigas tienen razón, esto es un gran error. Pero no podía irme, no podría vivir con la angustia de no saber qué había pasado con ella realmente, con la culpa de no estar a su lado cuando más me necesitaba como parecía jurarme Eunhyuk.

Un suspiro cargado de decepción y locura, sale de mis labios. No he aprendido nada, sigo siendo la tonta que esta para ayudar a otros pero que nadie está para ayudarla a ella. ¿Ay, Yan cuando entenderás? Me recrimino.

--... Al final terminas haciendo lo que quieres, entonces para que me llamas siquiera—mi mamá continúa--. Has lo que quieras, Yan.

--Mamá...--murmuró ahogadamente--. Ella me...

--No me interesa lo que tengas que decir de ella. Ya lo hiciste ¿no? Ya perdiste el avión. Yo no puedo hacer nada. Pero una cosa si te digo, Yan, no quiero que vengas a mí llorando cuando te des cuenta que quedarte a su lado fue un gran error. No estaré para ti cuando ella vuelva a fallarte.

--Mamá...

--Avísame cuando ya vengas de regreso—sisea antes de colgar.

Ni siquiera intento mostrarme sorprendida por su rechazo, su frialdad y la falta de su apoyo. Ella siempre ha sido así conmigo, tan fría y desinteresada en mis planes, en mi vida. Suspirando una vez más, guardo el móvil en el único bolso que sobrevivió a esta locura y miro el paisaje que vamos dejando atrás. He perdido la noción del tiempo desde que hemos salido del aeropuerto y en silencio—sin contar mi intento de charla con mamá- hemos recorrido Seúl. ¿Dónde vamos? Quisiera preguntarle al hombre que se dedica a manejar. Pero me da un poco de miedo hablarle o moverme. Así que conformándome con su amigable "Eunhyuk me ha mandado a recogerla" me desparramo en el asiento y pego la sien a la ventanilla, mirando de reojo las calles transitadas de Seúl.