AMOR DE TRES. [EunHae]

Capítulo especial:

Mundo Paralelo.

Paradoja del amor:

Aquella persona que te hace feliz

También es la que más te hace llorar.

¿Entonces... aceptas? –volvió a preguntar Donghae, con su voz temblorosa y sus rodillas un poco doloridas por la posición en que estaba.

No sabía cuánto tiempo había pasado pero se le estaba haciendo eterno, el silencio y la mirada confundida de Karla lo estaba matando. Tenía claro que esto que estaba haciendo era una locura, una estupidez pero era la única forma de huirle a sus verdaderos sentimientos. Era la única manera de escapar de ese amor que él sabía no estaba bien sentir. Y apretujándose el corazón, armándose de valor y dejando de pensar en el daño que causaría tomo la decisión y aquí estaba, frente a ella. Una hermosa mujer que había conocido hace un año atrás, pidiéndole matrimonio.

Cuando la vio llegar junto a él pensó en huir y desechar la absurda idea de unirse a una persona que quería pero no amaba como para ofrecerle una vida juntos. Estuvo a nada de ponerse de pie, dar la vuelta e irse antes de que ellos lo vieran pero no pudo. Su consciencia apareció susurrándole que casarse con ella era lo mejor. Sus miedos lo dejaron inerte y todo lo que pudo hacer en ese momento fue esperar... esperar mientras bajo la mesa apretaba sus puños mientras sus piernas temblaban y sus manos sudaban. Él sabía lo que esto ocasionaría. Estaba consciente del daño que le haría a él. Y sobre todo sabía que usarla para ocultar su verdadero yo, no era lo mejor. Lo sabía, claro que sí pero no le importo. Trato de no pensar en eso. Y en silencio lo único que podía hacer era pedirles perdón a aquellas personas que estaban cada vez más cerca de él.

Y cuando los tuvo frente a frente él los miró en silencio. Primero se concentró en su mejor amigo... En Hyukjae. Él le sonreía de aquella manera que le encantaba, lo miraba de esa forma que lo hacía perderse en un mundo hermoso y prometedor. Entonces él también le sonrió y planto sus pies al piso para evitar acortar la distancia que los separaba. Trato de aparentar lo más que pudo, se esforzó para que su sonrisa llegara a sus ojos y así su amigo no se diera cuenta que por dentro algo pasaba, algo se rompía. Algo lo estaba destrozando. Y pestañeó cuando sintió el picor de las lágrimas. Entonces la miro a ella. Esa hermosa mujer que también le sonreía con sinceridad, con coquetería y emoción. Ella, su novia desde hace medio año y pronto su esposa.