"Escondió la depresión en una sonrisa, y la soledad en un "Estoy bien", aunque por dentro deseaba aceptar ese abrazo de él, ese abrazo que le prometía sanar todos los pedacitos de su alma rota"
(Ezequiel Campos)
POV YAN
Recorro la habitación de un lado a otro, murmurando cosas para mí misma y sintiendo las miradas de mis amigas siguiendo mis pasos. Me siento energética, imperativa, es como si mi cuerpo después de tanto descanso ahora me reclamara tener movimiento, darle más actividad hasta agotarlo. Tengo una sensación cosquillosa en las piernas, que me ínsita a continuar moviéndome y que es la misma que ahora me orilla a correr de un lado a otro, abriendo mi maleta, rebuscando mi ropa y corriendo al cuarto de baño para una ducha. No puedo detenerme.
--Oye detente—vuelve a gemir Mirta, creo que por décima vez.
La ignoro, tomo un par de toallas y regreso hacía el cuarto de baño.
--¿Nos quieres decir ahora que bicho te pico? ¿Por qué de buenas a primeras tanto efusividad en ti? Digo, no me quejo, pero es raro después de verte días tirada en la cama, mirando al vacío y teniendo esa expresión sombría, derrotada, que nos...--Escucho a Katü decirme con mucha curiosidad cuando paso a su lado.
--¡Ya no más!—exclamo al detenerme entre el par de camas que tenemos en la habitación. Las miró y sonrío, sonrío como hace días, meses no lo hacía. Las sorprendo, una vez más. Este día las he llenado de sorpresas. Me gusta, la sensación es buena. ¿Por qué me perdí de esto por tantos días? Ha, claro, lo recuerdo. Pero no, ya no más. Sacudo la cabeza, ensanchando mi sonrisa--. Y es mejor que comiencen a moverse porque esta noche saldremos de fiesta—muevo mis caderas sugestivamente, guiñándoles.
Katü golpea el colchón antes de ponerse de pie, caminar dos pasos hacía mí, plantarse de jarras, mirarme de pies a cabeza y exclamar:
--De acuerdo, terminemos con esto que me está dando un poco de miedo. ¿Qué te pasa ahora? ¿Así, sin más ya? Perdón, Yan, pero no te la compro. ¿Intentas, una vez más, engañarnos? Porqué si es eso de una vez te voy diciendo que...
--Para, para, para—la corto, riendo. Niego, suspiro, miro a Mirta y luego a Katü--. Pasa que ya está, ya ha quedado. El capítulo ha finalizado y es momento de escribir uno nuevo, uno que esté lleno de aventuras, que borre le pasado, que quite el sabor amargo de mi boca. Que sane las heridas de mi corazón. Ella me ignoro, ustedes la vieron, las pruebas han quedado grabadas. ¿Por qué debería seguir en la mierda por ella? Por alguien que ya ni siquiera me recuerda. No lo vale, ya lo entendí. Y lo siento, de acuerdo, lo siento mucho por darme cuenta casi cuando nuestra estancia aquí finaliza. Perdón por ensombrecer el viaje. Por hacerlas enfadar y preocuparse. Perdón por cada cosa estúpida que les he hecho. Las quiero, chicas, mucho. Y hoy, poniendo punto final a esta historia, quiero iniciar a escribir una nueva, una donde nosotras seamos las protagonistas ¿he? A qué suena genial. Lo sé, sé que he sido una hija de puta con ustedes. Pero ya no más. Yan-depresiva se termina aquí, vuelve a su cueva a ocultarse, a dormir un largo letargo. Ella ya no vale ni una lágrima mía. Mi corazón ya entendió que nunca fuimos algo para ella. Así que, chicas hermosas, vayan a arreglarse, a ponerse más guapas de lo que son, que estos últimos días que nos quedan, saldremos a divertirnos a lo grande.
Mirta también se levanta de la cama y se une a nosotras, estirando su mano toma la mía, me la aprieta suavemente, me sonríe.
--Me da tanto gusto escucharte, muñeca. Da miedo, no lo niego—se disculpa con una suave mirada, le restó importancia apretando su mano--. Pero es bueno, muy bueno que hayas decidido olvidarla. No lo merece, claro que no. Ella ya hizo su vida. Ahora te toca a ti. Ya no más Karla. Ahora son de mundos diferentes, no tienes por qué volver a saber de ella.

ESTÁS LEYENDO
AMOR DE TRES. [EunHae]
RomanceVAMOS A ROMPER. Esas palabras que nadie quiere escuchar de la persona más amada. Palabras que dañan y terminan con todo lo hermoso que existió y pudo haber existido estando juntos. Escucharlas es como si te clavaran un puñal directo al corazón.