"Se volvió a morder la lengua para que no se le saliera la verdad por las tantas goteras que tenía en el corazón."
(Gabriel García Márquez)
POV HYUKJAE.
Mis planes de olvidar lo que acababa de pasar, encerrarme en mi habitación y dormir profundamente para no pensar, se desvanecieron entre mis manos abiertas, el largo suspiro de mis labios y la pequeña y solitaria lágrima que recorrió desde mi mejilla, mi mandíbula marcada hasta perderse en la piel de mi cuello. Lentamente, casi temiendo ser sorprendido por alguien, salgo del ascensor y camino los pocos pasos hasta la puerta de mi habitación. La miró, y no sé porque me da miedo tocarla, atravesarla. Siento que su oscuridad planea consumirme. No puedo y no quiero entrar ¿para qué? Sé perfectamente que no podre dormir y qué tengo pavor a quedarme solo, en el silencio y entre cuatro paredes asfixiándome. Entre espejos ocultos por mantas, para no ver mi lamentable aspecto.
<<Has cambiado tanto...>> su voz lastimosa vuelve a susurrarme en mi mente.
Asiento una vez más, lo he hecho y de qué manera. He cambiado tanto que ni yo mismo ya logró reconocerme, no sé qué esperar de mí. Cada día al despertar me pregunto, con miedo, qué será de mí. ¿Podre controlar a mis demonios? ¿Seré capaz de atreverme a dar el primer paso a mi venganza? ¿Cómo se supone que me acercaré a alguien que odio, que repelo, que me da asco si quiera mirarla? ¿Puedo sobrevivir un día más? quien iba a imaginar, cuando mi mirada cruzo por primera vez con la de Donghae, que yo estaba condenándome, aceptando ser parte de las personas que recorren el camino de la depresión, la soledad y el miedo a sí mismo. Tal vez y sólo tal vez si yo no me hubiera acercado, si yo no le hubiera pedido su número, si en aquella broma que le hice con Junsu yo no hubiera ido detrás de él al verlo irse corriendo, hubiera evitado esta catástrofe en mi vida. << ¡No!>> una voz temblorosa y triste grita en mi alma <<Pasaría, tenía que pasar... ustedes estaban destinados>> pienso que el destino es bastantemente jodido con algunos pobres inocentes. ¿Por qué hacernos sufrir de esa manera? No es justo, nunca lo ha sido, el amor es una mentira, una completa farsa. Lo detesto, odio recordar las veces en que le dije que lo amaba, odio recordar que fue esa palabra "amor" la que nos hizo atrevernos a atravesar la línea del límite, la que nos llevó de la amistad a algo más. ¿Por qué simplemente no pudimos aceptar tener una amistad? ¿Por qué? Miró la puerta con rencor, con ira, como si fuera él quien estuviera en su lugar, mirándome con sus ojitos de cachorrito mientras sus delgados y rosas labios me suplican perdón, me gritan que desean volver a mis brazos. No, no, no.
<<No puedo aceptar dejarte ir>> su voz vuelve a burlarse de mí, cínica, segura, chillona. La charla de hace unos minutos atrás vuelve rápidamente a mis memorias. No, detente, grito desesperadamente. Trato de pararlas pero me es imposible. Su voz canta y canta sin parar que me sigue amando, que piensa recuperarme. No quiero más ilusiones, más promesas al aire. No quiero ya nada que venga de él. En este momento, entre la realidad y las ilusiones de sucesos distintos, de una vida a su lado cuando la pregunta << ¿Has pensado... que hubiera pasado si hubiéramos vuelto... si me hubieras perdonado a tiempo? >> choca como pelota de un lado a otro entre los recuerdos. Saboreo su sabor dulce, lleno de anhelo, de melancolía. Ojala fuéramos aquellos hombres que ríen, que se abrazan, que se aman con besos, con caricias, con susurros amorosos. Ojala fuéramos ellos y no estos que luchan día con día a no desmoronarse, a no matarse a golpes, que lloran cuando piensan que nadie los ve, que gritan en la oscuridad, que se odian. Ojala no fuéramos estos hombres que se extrañan, se anhelan pero ya no se pertenecen y nunca lo harán. Que ya es imposible regresar.

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AMOR DE TRES. [EunHae]
RomansaVAMOS A ROMPER. Esas palabras que nadie quiere escuchar de la persona más amada. Palabras que dañan y terminan con todo lo hermoso que existió y pudo haber existido estando juntos. Escucharlas es como si te clavaran un puñal directo al corazón.