SURVIVE WITHOUT YOU

2. Siempre cerca

Absolutamente Tae era un ángel, un hombre muy hermoso de sentimientos, tan bonito, pero nadie se daba cuenta, porque eran tan superficiales que les importaba mucho el físico. Tae empezaba a preguntarse si realmente sería querido algún día, tenía esa vaga impresión de que sería el tío solterón y rico de la familia, y aunque no le desagradara la idea le ponía un poco triste y lo hacía sentir un tanto solitario.

-Noona basta ¡ya! Me haces cosquillas - Cuando Tae había llegado llorando a casa su hermana lo vio con preocupación, odiaba ver esa carita en su pequeño hermano al cual amaba mucho en el mundo, sabía que su pequeño hermanito era un ángel y quería protegerlo de todo, pero desde que terminó el instituto su protección estaba fallando un poco, talvez bastante y eso le angustiaba en demasía.

Le tomo en brazos y le hizo muchas cosquillas, Tae era muy tierno y adorable. Rose hacia todo por ver sonreír a su pequeño, trataba de ser muy cariñosa con él, a pesar de que con las demás personas era un tanto brusca, con su hermano le nacía ese carácter que nadie más podía ni imaginar, pues claro, como ella lo conocía demasiado y sabía que en este mundo no podría haber alguien más dulce que su hermano.

-Me encantan tus mejillas regordetas- su hermana besaba sus mejillas y las jalaba, estaban rojas como un tomate, era inevitable no querer morder o pellizcar aquellas mejillas, eran tan tentadoras para cualquier amante de la dulzura en persona y Rose era fanática de aquellos abultados cachetes.

- ¡Basta Noona! -gritaba Tae riendo a carcajadas por las cosquillas que le causaba su hermana, había veces en la que su hermana lograba hacerlo reír hasta las lágrimas por las cosquillas y era una buena forma de despejar sus tormentosos días, por ese hecho, Rose era una de sus personas favoritas en este mundo, porque que ella buscaba la manera de verlo feliz.

-No, hasta que dejes de llorar y le cuentes a tu hermanita que es lo que pasó. Sabes que ella se las verá con cualquiera que se meta contigo. -de manera literal, desde que Tae había sido un niño Rose se encargaba de los trabajos sucios contra aquellos rufianes que herían a su hermanito, por eso la consideraban un alfa muy violenta, y por ese mismo hecho pocos se atrevían a acercarse a su hermano.

Tae no le quería decir que los amigos de ella eran los culpables, porque que ella los apreciaba, y no quería que su Noona lo despreciara por decirle, realmente estaba aterrado de que Rose se enterara, muchas veces ella trato de presentarle a sus amigos, pero aquella chica no sabía que ellos eran los que atormentaban a Tae, por eso el azabache pasaba de largo aquellas invitaciones a salidas con los amigos de su hermana.

-Solo me fue mal en una prueba Noona, es todo. -Tae debía mentir, siempre debía mentir, ya era costumbre para el guardarse aquel dolor tan profundo, sabía que estaba haciendo mal, el entendía que si te guardabas tus problemas algún día sólo explotarías y ya. Tae había escuchado que muchos jóvenes habían acabado con sus vidas por problemas similares al suyo, pero no quería sucumbir ante la debilidad, no les daría el gusto a esos malditos de verlo muerto.

Ella lo miró con duda.

- ¿Cómo es eso posible si tú eres todo un erudito? Eres el más inteligente de todo tu instituto. -Tae también era envidiado por su amplia inteligencia, y eso hacía que más personas lo odiaran, era uno de los mejores del instituto, lideraba la cabeza de las calificaciones, aunque en deportes estaba en segundo lugar, a pesar de su estado, él se esforzaba mucho, los profesores le tenían mucha consideración, había participado en concursos internacionales de Matemática y tiene un IQ muy alto a nivel de Corea. Todo eso es miel para las abejas que querían molestarlo debido a la envidia.

-Es que no me preparé Noona. - más mentiras, y dolía, dolía mucho mentirle de aquella manera, dolía no poder decir lo que le pasaba por que tenía tanto miedo y se estaba cansando de estar asustado todo el tiempo.