Epílogo

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Los recuerdos aun vivían en sus mentes, tampoco sus cuerpos podrían olvidar, jamás por voluntad propia, aquel sentimiento. Un hermoso omega entrando nervioso del brazo de su padre, vestido completamente de blanco y con las piernas temblorosas como gelatinas, recorría la alfombra mirando al final del pasillo a su alfa, Jungkook, siempre había sido tan hermoso, verlo con esa hermosa sonrisa y con sus ojos tan brillantes y llenos de amor lo hicieron temblar aún más, su pequeña hija derramaba pequeños pétalos en el camino. Todos los allegados permanecían de pie junto a los asientos de alado, sin embargo, parecía que el mundo se sumía en su alfa y él. Había llegado el momento, el momento de tomar su mano, el momento de decir una vez más cuanto se amaban el uno al otro, cuanto debieron pasar para llegar hasta aquí.

Ese "Si acepto" mutuo y desde lo más profundo del alma siempre quedará grabado en sus corazones.

Habían pasado nueve años desde que tomó la decisión de casarse con Jeon Jung Kook, definitivamente esa fue la mejor decisión de su vida, el alfa era un esposo excepcional, padre responsable y amoroso. Su hija, Nael, los amaba, ellos también la amaban incondicionalmente. Con el pasar del tiempo del tiempo iba dejando de ser una niña. Tenía quince años ya. Tae nunca cambiaría de opinión, su hija es la más hermosa e inteligente. Aunque si berrinchuda y muy mimada por toda la familia, pero esa pequeña parte de la vida estaba bien, porque incluso así, ellos habían criado a una gran persona, lo sabían, el omega lo sabía.

-Tía Jennie-Nael gritó fuerte llamando a su tía- Lisa robó mi cuaderno otra vez, ¡controla a tú pequeño demonio ¡

Jennie había dado a luz a una pequeña, muy hermosa, la llamaron Lisa.

-Lisa. -dijo Jennie inclinándose a la pequeña que sostenía cautelosamente el cuaderno alejándolo de la vista de su madre. - devuelve a tu prima Nael el cuaderno. -siguió tratando de no sonar como una reprensión.

-No..cuaderno tiene princesa, m..me g.. gusta princesa. -de pronto parecía que Lisa se pondría a llorar.

-Mira Lisa-Nael se arrodilló a la altura de la pequeña, no le gustaba que sus personas amadas se sintieran tristes, así que debía tomar una decisión. -te compare otro ¿sí?, pero ese es mi cuaderno del instituto y lo necesito mucho. -uso una voz suave, tratando de hacer comprender la importancia del objeto.

-Te doy si das pastelito. -Lisa sonrió ¿acaso era genético ser tan manipulador?, Todos sabían que ella era una viva copia de Jennie, ella estaría pensando ahora "la eduqué bien, me siento orgullosa". -de cocho...late. -claramente genético.

-Está bien, ahora devuélveme el cuaderno. -respondió Lisa con una sonrisa, la pequeña bebé era tan adorable, no podía decir que no a esa ternura.

La pequeña Lisa tedió el cuaderno de princesas a Nael para que lo tomara, después de todo tendría algo a cambio.

-Eres un pequeño demonio manipulador. -Nael despeino los cabellos de la niña con una sonrisa amable.

-Por qué hay gritos tan temprano cariño, sabes que Tae está en cinta y le estresa todo. -la voz del alfa se escuchó desde la altura de las escaleras, parecía recién levantado de la cama, lo estaba, despeinado y a penas vestido, con ojos cansados pero felices.

Nael sabía que su papá odiaba que hicieran enojar a Tae, el que terminaba golpeado era él, su papá omega se volvía un poco agresivo con su papá alfa, y este sólo atinaba a bajar las orejas y la cola al ser regañado, parecía un cachorrito, pero aun así seguía a su omega gruñón a todos lados.

-Lo siento papá. -de disculpo Nael un poco preocupada de hacer despertar a Tae.

- Está bien princesa, tu hermanito vendrá pronto, así que no hagamos enojar a mi dulce omega ¿sí?

SURVIVE WITHOUT YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora