6. Días alegres

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- ¡Noona! -eran las 4am de la mañana, a las 6 debían estar listos para ir a la universidad. Tae había aceptado el ofrecimiento de una universidad en Seúl e iba a estudiar enfermería, iba a ser difícil ya que los doctores a cargo de la enseñanza eran un tanto estrictos, por suerte aquella universidad daba plazo a personas que iban a ser padres, cuando era necesario, todo estaba planeado, los seis meses que duraba su primer semestre los aprovecharía al máximo, descansará luego de eso para sobrellevar su embarazo ya que los últimos meses de gestación se vuelven un tanto cansados, le vendría bien tomarse unos meses de descanso hasta que nazca su bebé y un poco más de tiempo para cuidar de la criatura hasta que pueda dejarla a cargo de una persona especializada en cuidado de niños, sería algo así como una niñera. Y también tenía a Jennie, los dos cuidarían al bebé con un poco de ayuda extra.

-Ya voy-a esa hora Tae tenía grandes antojos, quería Ramen y pollo asado. - ¡joder dónde vamos a encontrar a estas horas eso, Taehyung!

-Noona-Tae seguí lloriqueando, tenía muchos antojos. Joder odiaba eso, y sobre todo odiaba los vómitos y mareos que traía consigo el embarazo, pero podía soportarlo todo por su criatura.

-Volveré pronto, voy a buscar por toda la cuidad en mi auto, no hagas nada para desesperarte ¿OK? Sólo espérame aquí y toma agüita.

Tae asintió, talvez estaba pidiendo mucho, pero los antojos eran demasiado, se prometió a sí mismo que después del embarazo haría ejercicio y dieta, ya no quería ser más "gordito". Pero en cierto modo era natural aumentar un poco de peso, sus caderas se ensancharon al igual que sus piernas y a veces le daba un tremendo dolor de espalda, tampoco podía dormir boca arriba como acostumbraba. Y Jennie se burlaba por la forma en la que comenzaba a caminar.
Tae se sentó en la mesa y empezó a jugar con el florero para tratar de distraerse de los malditos antojos, afuera hacía un frío terrible, era invierno y las calles estaban abarrotadas de nieve. Se preguntaba como su Noona lograría traerle comida y se sentía un poco culpable, justo tenía que darle antojos en horas que no eran muy convenientes. Se removió inquieto en la silla, miro su pansita, ya estaba levemente crecida y era fácilmente notable.

-Eres un glotón bebé-acarició dulcemente su vientre-esperemos que Noona venga pronto.

El tiempo pasaba muy lento y su Noona no llegaba, Tae estaba empezando a desesperarse, ya había acabado una jarra completa de agua he ido unas tres veces al baño por la ingesta de mucho líquido, dudaba en que beber demasiada agua le haría bien a su homeostasis corporal.

Pero como un ruego, por fin, su Noona llegó, con bolsas de comida, ni bien entro a la casa fue recibida por dos brazos que, un omega muy cariñoso le brindaba por alimentarlo a esas horas. El pecho de la omega se inflaba de orgullo por estar haciendo un buen trabajo como "padre" de la criatura. Tae no dudó en abrir las fundas de comida y devorarlas.
Al terminar de comer, ambos volvieron a sus habitaciones para descansar un par de horas y no estar tan agotados más tarde. Últimamente, Tae se sentía más cansado de lo normal por ende las horas de dormir para él eran sagradas, aunque había veces que por estudiar no podía dormir, pero aprovechaba los fines de semana para recobrar las malas horas de sueño.

La Universidad no estaba mal, había hecho amigos por todos lados, Yell, Sofía, Tiara, Xingú, Hoseok eran muy amables con él, no lo discriminaban, ni por el embarazo, que poco a poco iba notándose cada vez más, ni tampoco por ser gordito, cuando alguien quería burlarse o herirlo simplemente ese grupo de bestias. como solía llamarlo TaeTae, se ponían como locos, en especial Hoseok, que era un alfa muy amigable y risueño, pero cuando lo hacían enfadar realmente era aterrador. El Alfa tenía la costumbre de acariciar el vientre de TaeTae y decirle palabras graciosas y con una vos extraña al bebé, el omega simplemente reía, más cuando Jennie llegaba molesta y se armaba bronca con el alfa, Jennie era un poco, demasiado, celosa con Tae y en especial con "su" bebé. Pero aun así el grupo era muy unido y no había día en que TaeTae no riera. Poco a poco la tristeza se iba hasta el punto de dejar de existir, aun cuando sus cambios hormonales lo hacían sentirse un tanto deprimido nunca faltaba algún amigo suyo que le alegrara el día.

SURVIVE WITHOUT YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora