Capítulo 08.

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El chico de ojos azules trata de no reír al estar sentado en una silla frente a Edward. Controla sus expresiones faciales porque sabe que lo está retratando en un cuaderno de hojas blancas que tiene sobre las piernas.

La cara seria de Louis hace que quiera sonreír en grande, pero debe concentrarse en el dibujo y en obtener una buena calificación.

A Louis las dos horas se le pasan muy lentas, y a Edward le alcanza para completar las facciones más destacadas del chico; el resto lo terminará en casa.

Guarda el cuaderno mientras Louis se estira y toma su mochila del suelo.

— Quiero verlo — dice.

Edward niega.

— Aún no lo termino — camina hacia el pasillo y Louis va detrás de él. — Mañana, lo prometo.

— ¿Ya te vas? — pregunta viéndolo avanzar por el pasillo.

— Tengo ciencias — anuncia.

— ¿Y mi beso? — Edward frunce el ceño y niega. — ¡Estuve dos horas sentado ahí, me lo merezco!

Algunos estudiantes voltean a ver a Louis por el tono elevado de su voz y Edward pone el dedo índice en sus propios labios.
Se acerca al más bajo y lo toma del brazo.
Lo jala por todo el pasillo, hasta que se encuentran con la puerta de la bodega del conserje. Edward abre la puerta y deja que Louis entre primero.

Cierra la puerta y se encarga de que el cuerpo del más bajo se pegue a ésta. Sus manos van hacia los costados de su cabeza y se recarga en sus propios brazos. Louis sonríe, hasta que comienza a besarlo. Edward deja que le acaricie el abdomen con sus delicados dedos y él pega sus caderas a las del otro.

Sus lenguas comienzan una guerra, Louis la atrapa con sus dientes y decide darle una mordida ligera, Edward le pone las manos en la cintura y le muerde el labio inferior con una fuerza excitante.
Louis juega con el borde de la camisa del otro chico, subiéndola de vez en cuando y tocando la blanquecina piel cubierta de tatuajes. Edward se estremece al sentir el roce de los dedos de Louis con los huesos de su pelvis. El de ojos azules baja su vista cuando sus labios se han separado y observa la marcada "v" en la parte baja del abdomen del más alto.

Edward le pasa las manos por la nuca y sonríe cuando Louis busca de nuevo el contacto de sus labios. Ambos cierran los ojos y sus narices se rozan, después sus labios nuevamente y un beso lento comienza entre sus carnosas bocas. El chico de tatuajes deja que Louis le agarre las caderas y cuando sube las manos a su abdomen de nuevo, él lleva algunos de los cabellos de Louis entre sus dedos.

El de ojos azules, desabrocha los últimos botones de la camisa a cuadros que lleva Edward. Vuelve a pasar las manos por su ahora desnudo abdomen y tira de su labio inferior.

Cuando el timbre suena, los dos tienen que salir de su caliente y asfixiante atmósfera, Edward se separa, mirándolo con ojos oscuros y la respiración agitada. Louis se sonroja por completo al ver lo que ha hecho y le abrocha la camisa nuevamente.

— Te veo en el almuerzo — le dice Edward y él asiente con la cara ardiéndole. —

El chico sale y Louis suspira, comienza a aventar aire hacia su rostro con su propia mano, ondeándola de atrás hacia adelante.

— Oh, joder — cierra los ojos y comienza a reírse de si mismo segundos después.

Sale del pequeño cuarto y se dirige a su siguiente clase, toma asiento y trata de concentrarse, pero su mente solo puede pensar en el cuerpo de cierto chico lleno de tatuajes.

Es el primero en salir del aula al sonar la campana, caminando rápidamente se dirige a la abarrotada cafetería. Toma una bandeja y suspira al ver la larga fila que está hecha para tomar el almuerzo.

Edward & Harry. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora