La preparatoria West Hill a diario, disfruta de los gemelos Styles peleando por el presidente del consejo estudiantil; Louis Tomlinson.
#72 en General Fan Fiction - 09/05/17
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"Son más de las dos de la mañana y no puedo dejar de pensar en ti."
"¿Puedo ir a visitarte?"
"En la madrugada es mejor"
Louis reniega al escuchar su celular vibrar en su mesa de noche. Golpea la almohada y lo toma dándose vuelta en la cama.
Abre la conversación y sus pantalones de dormir se aprietan solo de ver la foto que Edward le ha mandado. Adormilado sonríe y teclea rápidamente.
"Pero tengo sueño, y mañana hay que ir a la escuela"
Edward no demora ni treinta segundos en responder.
"A la mierda la escuela, anda, déjame ir ahora"
Louis suspira y lo piensa hasta que se le da la gana de responder nuevamente.
"Aquí en diez, y la ventana estará abierta"
Guarda el móvil en la gaveta y se levanta para ir al baño. Se lava el rostro y una vez más los dientes, deja la camiseta y los pantalones en el suelo, y se muerde la lengua frente al espejo. Decide quitarse la ropa interior y luego va de puntillas hasta la ventana trasera; la cual abre y su piel entera se eriza al sentir el fresco aire.
Vuelve a acostarse en la cama, yendo antes a cerrar la puerta de su habitación y después se acuesta boca abajo y cubre solo la mitad de su cuerpo con las sábanas.
Cuando va a quedarse dormido otra vez, escucha el ruido del árbol crujir y luego el aire deja de entrar por la ventana ya que Edward la ha cerrado. Cierra los ojos cuando el chico de tatuajes le recorre los muslos con las manos y se sube a horcajadas sobre él.
Está duro y Louis ya puede sentirlo.
– Hmmm... — le susurra en el oído y su voz ronca viaja hasta su propia polla. — Me ahorraste lo de la ropa, bebé bonito.
Edward le quita las sábanas que cubren parte de su cuerpo y baja besando su espalda mientras Louis se muerde los dedos. Pronto siente la lengua del más alto en su estrecha entrada y se pone en cuatro. Gime cuando siente los dedos del otro rozarle esa zona y sus ojos se ponen en blanco al sentir su lengua jugar.
Cuando Edward le da la vuelta minutos después, lo besa con la lujuria notoria en los ojos abiertos; sin dejar de ver al delicado Louis.
— Jamás me había sentido tan caliente — murmura y le pone los dedos en la boca. — Voy a follarte muy duro, bebé. ¿Me entendiste?
