Edward & Harry.

Capítulo 46.

Home - One Direction.

Louis sonríe, toma el pañuelo blanco de la mesa y se cubre el rostro con éste. Edward le toma la mano y le roza los labios contra sus nudillos.

— Anda, bebé bonito — insiste. — Dime que sí.

— ¿Decir sí a qué? — finge estar desentendido y Edward suspira exasperado.

— Ya sabes — aprieta los labios. — A irnos a Florida; juntos y planear nuestra futura familia.

Louis entrecierra los ojos, le da una palmada en la mano y se ríe, contagiando a Edward.

— Deja ya de bromear con eso — regaña. — Lo dices como si fuera tan sencillo, como si faltara muy poco para eso; Edward, no sabemos que pueda pasar.

El chico alto borra sus sonrisa y agacha la mirada, Louis se siente mal al instante.

— O sea, no ahora; amor, somos muy jóvenes para tener hijos. Ni la Universidad hemos iniciado.

— No — suspira y le da un sorbo a su copa de vino tinto. — No me refiero ya, ahorita; en cinco minutos. Y no bromeo Louis, para nada. Quiero pasarme la vida contigo.

Los ojos de Louis se iluminan como árbol de navidad; Edward le acaricia la mejilla y para no decir nada más y guardarse las palabras emocionadas, Louis también bebe del vino oscuro y luego se limpia la comisura de la boca con el pañuelo.

— Su cena está lista — anuncia el mesero. — Que lo disfruten.

Coloca las bandejas de sushi en los respectivos platos y Louis le regala una sonrisa amable.
Toma el primer trozo y se lo da a Edward en la boca con ayuda de los palitos de madera.

— Tengo que admitir que me da miedo — dice y traga su comida. — El hecho de que me hables de todo eso, me asusta.

Edward lo mira con adoración y le aprieta la mano izquierda.

— Nunca te presionaría Louis, porque no quiero que tomes decisiones a la fuerza.

— Lo sé, amor. Pero hablar de hijos y todos esos compromisos es algo mayor, es algo más fuerte.

Edward hace una mueca debajo de aquel pañuelo blanco con el que se limpia los labios.

— Bien — se resigna. — Hablemos entonces de qué piensas hacer hasta el próximo examen de la Universidad.