Capítulo XXV

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 La primera vez que Scott y Malia durmieron juntos terminó en un drama cuando Kira anunció su regreso en la mitad de la noche, esta vez ya tenían la bendición de Kira y nada se les interponía, uno podría imaginar que iban a despertar como lo hacen los actores en las películas, por los sonidos de los pajaritos en la mañana y la suave luz del sol acariciando sus rostros perfectos y peinados.  

Pero la realidad fue muy distinta.

Despertaron por el irritante sonido de la alarma de Scott cuando el sol aún no terminaba de salir. Scott salió de la cama alborotado para apagar el despertador que estaba sobre la cómoda. Desafortunadamente su pierna quedó atascada en la frazada y se cayó haciendo que toda la manta se caiga al suelo y Malia lance un gruñido. Scott se disculpó torpemente y finalmente apagó la alarma.

—Odio el colegio— se quejó Malia agarrando una almohada y apretándola en su cara despeinando aun más sus alborotados cabellos.

—Es el último año— intentó animarla Scott mientras abría su armario.

—Si apruebo— agregó la muchacha sacando la almohada de su cara mientras acomodaba su pelo hacia atrás con la mano izquierda y miraba hacia abajo. 

Scott la miró con lástima y se acomodó a su lado.

—Vas a lograrlo, Mal.

Malia frunció el ceño y luego volteó la cara para mirar a Scott.

—Pásame mi celular, quiero ver si Davina me escribió— pidió ignorando lo que Scott le dijo, quién confundido abrió grande los ojos y lentamente se estiró hacia la mesa de luz para agarrar lo que su novia le pidió.

Malia revisó su celular y Scott se metió en la ducha.

Luego de que ambos se vistieran y desayunaran partieron hacia el colegio en el auto de Malia.

Cuando terminó de estacionar, Malia miraba por la ventana preocupada.

—No vienes?— preguntó Scott ya fuera del auto inclinando su cabeza por la ventana.

—Hay algo mal— dijo Malia sin darle la cara.

—Con qué?

—No sé. Tengo un mal presentimiento.

—Si es sobre Davina, Lydia la adora y no le va a sacar los ojos de encima. Está en buenas manos y en unos minutos ya la vas a ver.

—Tienes razón— fingió una sonrisa y bajó del auto.

Malia entró al colegio buscando a Davina pero el timbre sonó y a su hija no le gustaba llegar tarde a clases por lo que prefirió buscarla en el recreo.

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—Lydia!— llamó Malia desde el otro lado del pasillo—. Dónde esté Davina?

—No sé. Hoy no la vi—dijo guardando sus libros en el casillero.

La cara de Malia se desfiguró—. Cómo que no la viste? Se quedó con vos anoche—

—No. Stiles la llevó a tu casa cuando terminamos de estudiar.

—Pero ella me dijo que se quedaría con ustedes— dijo nerviosa metiendo la mano en el bolsillo y sacando su celular—. Me mandó esto.

Malia le acercó el celular a Lydia mostrándole el mensaje que Davina le había mandado, la pelirroja agarró el celular y lo miró con atención.

—Esto fue enviado cuando Stiles ya había regresado a casa.

—Entonces dónde está?— levantó la voz llamando la atención de más de un alumno. Sus ojos empezaron a brillar en un tono azul claro.

—Voy a hablar con Stiles por si vio algo sospechoso en tu casa. Malia, trata de controlarte.

La mujer coyote lanzó un gruñido y se alejó. Corrió desesperada por los pasillos del colegio hasta llegar al patio. Tomó su celular y marcó el número de Davina. 

Las primeras cuatro veces nadie atendió, hasta que finalmente una voz masculina le respondió del otro lado del teléfono.

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—Scott, tengo que decirte algo— le dijo de atrás Stiles agarrándole el hombro.

—Yo también, te lo quise decir antes pero Lydia te alejó de mí.

—Scott...

—Malia y yo finalmente estamos juntos— le interrumpió con una gran sonrisa.

—Felicitaciones, ahora lo mío— contestó sin mostrar emoción—Da...

—Perdón Stiles, pero tengo que hablar con él— dijo una furiosa Malia empujando a Scott a una de las clases vacías.

—Que pasa?— preguntó Scott cuando quedaron solos en la clase.

—Descubrí que está mal— respondió Malia intentando mantener la calma—. Me dí cuenta que no te amo. El sentimiento de "amor" que te describí ayer se fue cuando terminamos de tener sexo. Creo que solo quería acostarme con vos.

Scott se encontraba sentado sobre uno de los bancos mirando el suelo con los ojos llorosos.

—Así que esto terminó, no?— le preguntó la chica mirándolo desde la esquina de la sala.

—No, te parece?— respondió sarcásticamente levantando violentamente su cabeza para mirarla. Se alejó de la mesa y se dirigió hacia la puerta, pero antes de salir acercó su rostro al de Malia—. Puedes escuchar el sonido de mi corazón rompiéndose?

Malia negó con la cabeza y el alfa salió de la clase cerrando la puerta con un golpe. Apenas quedó sola, Malia se apoyó contra la pared, tapó su boca con la mano y dejó que todas las lágrimas que contuvo caigan.

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Ups, volví a matar a scalia. Me odian?

Quería subir este capítulo ayer pero me dí cuenta que estuve usando mal las líneas de diálogo y tuve que regresar en todos los capítulos para corregirlo.

Les aviso que publique una nueva historia o "blog" para que lo que esten interesados puedan saber más de mí. Se llama "Esta soy yo", no voy a subir seguido y probablemente lo use para quejarme de algunas cosas que me parecen injustas (ejemplo: el miedo en la calle, que estoy trabajando en ese capítulo todavía) o contarles si me pasó algo importante (triste, feliz o lo que sea).

Bueno, les deseo un buen día :)


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