Capítulo XXVI

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Malia lloró en silencio en el rincón del aula vacía por unos minutos hasta que simplemente paró. Se sacó las lágrimas de la cara, salió del aula y empezó a correr hacia la salida del colegio.
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Pasaron dos períodos y el timbre del almuerzo sonó. Se notaba en todo el rostro de Scott su tristeza. Guardó sus libros en su casillero y se apoyó contra él de espaldas, estaba muy dolido y no podía ocultarlo ni soportar a sus amigos preguntándole que sucedía.
—Scott! Te busqué por toda la cafeteria!—dijo Stiles corriendo hacia él—. Qué te pasa?
Scott no dijo nada.
—Davina desapareció, Scott. Vamos a buscarla y luego hablamos de lo que te pasa, ok?— dijo su amigo entendiendo que el alfa no quería hablar.
—¿Cómo que desapareció? ¿Dónde está Malia?¿Le avisaron?— de pronto su cara triste se transformó en una alterada.
—La última vez que la vi tenía que hablar con vos, ¿te dijo adonde fue?
—No, no lo hizo.
—Voy a llamar a Kira, quizás ella sabe.
Luego de la llamada que resultó inútil los amigos se dirigieron a la casa de Malia para buscar cosas para olfatear, con la ayuda de Liam.
—¿Estás seguro de que no sabes dónde está Davina?— preguntó Stiles acusando ya que Lydia le había contado de su relación.
—Seguro—dijo Liam—No la veo desde ayer. ¿Creen que está bien?—
—Lo estará cuándo la rescatemos.
—¿Fue Theo?
—Probablemente.
—Es mí culpa, tendría que haberme asegurado de que esté bien muerto— se lamentó.
—Probablemente.
—Liam, ¿Ya tienes su olor?— preguntó Scott que ya estaba listo.
—Eso creo, sí— respondió seguro con la última palabra.
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Malia conocía el olor de su hija, pero decidió confiar en las instrucciones que Theo le había dado por teléfono, él le dio una dirección en la que arreglarían un trato para recuperar a Davina. Malia sabía que Theo tenía malas intenciones, pero prefirió no poner en riesgo la vida de su hija ni de sus amigos por lo que optó no decirle a nadie. Sabía que se enterarían en algún momento, y que Scott correría a rescatarla, por eso lo dejó con el corazón roto, para que no la siga.
Luego de un largo viaje, Malia llegó al lugar donde Theo la citó. Era una casa grande con un extenso jardín, Theo le había pedido que toque timbre y se encontrarían en la casa, pero Malia no quería ser engañada por él, así que rodeó la casa por el jardín buscando el aroma de su hija, pero no lo encontró, ni al de ella ni al de Theo. Había algo tapando su olor, uno más fuerte, Malia se concentró en él y se dio cuenta que el olor era el de la planta que estaba enredada a las paredes de la casa, probablemente Theo la había puesto ahí a propósito. Tocó la planta y no le hizo nada, la agarró y empezó a trepar a través de ella hasta llegar a una ventana, no estaba totalmente cerrada por lo que pudo abrirla y entrar en la casa. Una vez dentro se concentró de nuevo en buscar el aroma de su hija, y lo encontró.
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Scott y Liam iban en el auto de Stiles con las cabezas hacia afuera buscando el aroma de las chicas Tate.
—Vuelve a girar a la izquierda—pidió Liam.
—Ya lo hice tres veces y siempre volvemos al mismo lugar, su casa. Scott, ¿tienes algo?
—No, no están aquí. No en Beacon Hills.
—Está oscureciendo, quizás debamos seguir por la mañana—dijo Stiles por más que sabía la respuesta de Scott.
El teléfono del alfa sonó en ese momento y miró la pantalla de su celular "Davina".
—Para el auto, Stiles—dijo exaltado.
El auto frenó y Scott bajó bruscamente.
—Davina, ¿Dónde estás?
Equivocado, McCall—dijo la voz del otro lado del teléfono.
—¿Theo?
Correcto. Tengo a tus chicas, Scott. Si las quieres recuperar puedo decirte dónde están. Pero ven sólo.
—Está bien— accedió Scott.
Unos minutos más tarde la conversación terminó y Scott volvió al auto.
—Están bien. Malia y Davina, están bien, no fueron secuestradas.
—¿Dónde están?—preguntó Liam.
—No me dijeron pero al parecer Davina perdió el control y volvió a ser coyote, Malia se la llevó en un viaje en el auto para hablar con ella—mintió Scott.
—Bueno, los dejó en sus casas. Yo voy a decirle a Lydia que todo está bien y de paso...
—Stiles!—gritó asqueado Liam y el humano sonrío.
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El corazón de Malia latía muy fuerte y sentía que cada paso que daba se escuchaba por toda la casa. Estaba muerta de miedo, no quería encontrar a su hija lastimada y mucho menos que Theo la vea, se enoje y mate a Davina.
Atravesó la casa con cuidado hasta llegar a la habitación de donde venía el olor, tomó aire y abrió la puerta. Afortunadamente, Davina estaba allí, con vida, sentada en una cama individual, se paró y corrió a abrazar a su madre.
—Sabe que estás aquí— dijo susurrando entre lágrimas—Acaba de irse, pero te vio por la ventana.
—Tenemos que irnos, rápido.
—¿Y si está afuera esperándonos?
Malia agudizó su oído para escuchar si había una respiración cerca, pero pudo escuchar más que eso.
No me gusta tu interés hacia mi hija—escuchó a Theo desafiante.
No eres su padre—era la voz de Scott. Él estaba en la casa y ahora todo tenía sentido, Theo no quería lastimar a Davina, quería el poder de Scott.
—Tienes que irte—mandó tirándole las llaves de su auto.
—¿Que hay de ti?— preguntó preocupada.
—Tengo que hacer algo, sólo ve al auto y llama a Liam, dejé mi celular dentro.
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Davina logró escapar por la ventana y corrió hasta el auto, entró y puso seguro en las puertas, abrió la guantera y tomó el teléfono de su mamá. Con nervios buscó el teléfono de Liam y llamó.
—Liam!—exclamó cuándo finalmente la atendió—Mi mamá está en problemas, tienes que venir.
—¿Donde están?—preguntó preocupado.
—No lo sé. Está oscuro, no hay nada alrededor. Sólo la casa donde están mi mamá y Theo.
Voy a intentar rastrear la localización, prende el GPS.
Gracias, Liam.
Por nada, ponle seguro al auto para que nadie entre.
Okay.
Colgó y puso seguro a las puertas. Antes de apagar las luces metió su mano en el bolsillo de su campera negra y sacó un marco de fotos.
En la foto se veía a un niño de unos 7 años junto a unos ancianos que podrían ser sus abuelos, sosteniendo un pincel con una gran sonrisa. Por alguna razón esa foto le llamó la atención a Davina y la tomó del cuarto, no sabía quienes eran pero estaban felices. y se acostó en el asiento de atrás tapándose la cara con el abrigo que tenía.
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Desesperada Malia corrió por los pasillos de la gran casa buscando a Scott y Theo, pero sus voces hacían eco por todo el lugar y no podía descubrir de donde provenían. Nerviosa, colocó sus manos alrededor de su cabeza e intentó calmarse y concentrarse en seguir el olor de Scott, le costó pero logró encontrarlo. El aroma la llevó hasta unas escaleras que bajaban hacia el living, ya escuchaba con más claridad la pelea entre Theo y Scott que había pasado de verbal a física. Malia entró a la cocina y abrió una puerta que llevaba a un sótano.
Ahí estaban Theo y Scott luchando, Malia no dudó un segundo y se abalanzó sobre Theo, pero él se defendió empujándola hacia las escaleras dónde se golpeó la nuca con un escalón, y quedó inconsciente por unos minutos.
—Malia!— gritó Scott al verla caer y corrió hacia ella.
Theo se tiró sobre la espalda de Scott y lo apoyó contra la pared dejándolo inmóvil.
—Muere, muere— le susurró en el oído e inmediatamente le clavó las garras en la garganta. —Es mi turno de ser el alfa.
Scott cayó al suelo moribundo y el brillo rojo de sus ojos se fueron apagando.
Malia despertó lentamente y atontada, el sótano estaba tranquilo.
—Scott?— llamó confundida al no ver ninguna pelea y se paró con ayuda de la baranda de la escalera. Una vez de pie vio una figura en el piso. —Scott?— repitió, está vez con la voz quebrada.
Se dirigió tambaleándose hacia la figura y la movió para ver que se trataba del cuerpo de Scott. 
Los ojos se le llenaron de lágrimas y se apoyó en el cuerpo abrazándolo.
—Lo siento mucho, Scott. Te amo, por favor despierta.

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—Gracias por venir, Liam— le agradeció Davina luego de dejarlo entrar al auto y él sonrió.
—¿Que está pasando ahí adentro?
—No tengo idea, no me animé a entrar.
—Si quieres puedo ir a ver.
—No!— gritó poniendo su mano sobre la de él para evitar que se mueva. —No me dejes sola acá.
—Está bien, me quedo.
Se quedaron mirándose en un silencio incómodo por unos minutos, hasta que Liam notó algo.
—Ahí está Malia— dijo señalando por la ventana.
—Está cargando algo...
—Vamos a ayudarla.
Ambos jóvenes bajaron del auto y corrieron hacía Malia, quien estaba destrozada. Se arrodilló y dejó caer a su lado el cuerpo de Scott.
—Perdón, no pude hacer nada.
Liam quedó paralizado mirando el cadaver de su alfa mientras que Davina abrazaba a Malia y lloraba con todas sus fuerzas.
—¿Qué... qué pasó?— preguntó Liam.
—Fue Theo, era todo una trampa.
La furia invadió el cuerpo de Liam y sus ojos se pusieron a brillar de color amarillo.
Davina se apartó de Malia y se acercó a Liam.
—No hay nada que podamos hacer. Ya se ha ido—le dijo tratando de calmarlo y lo envolvió en un abrazo que el respondió con fuerzas dejando que su ira se vaya.
Así quedaron los tres en el frente de la gran mansión llorando la pérdida del héroe de Beacon Hills.

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Hola!! Mil perdones por no actualizar, se me rompió la computadora y me cuesta mucho escribir desde el celular.
El próximo capítulo es el último. También les pido perdón por matar a Scott. No me odien💔

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