Incoherente.

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Verse una vez más en el espejo le enfermaba a niveles que no podría haber imaginado, tal vez la antigua persona que era lo hubiese hecho pero el caso es que al fin se dio cuenta de que tan en serio se tomo su papel de niña rubia, hueca y tonta.

Con su cabello ahora de color negro rizado por la reciente película que filmo, sus ojos color ámbar, labios de un rojo intenso y la tez blanca como una muerta, caminó por el aeropuerto firmando autógrafos. Estuvo fuera de Japón por 5 meses, con tres vigilantes impuestos por L ya que esta bajo libertad condicional, un punto bueno de toda su farsa.
Se puso una camisa holgada azul, unos jeans ajustados blancos y unos tacones altos. Solo medía 1.63 centímetros pesando 42 kilos, un peso algo bajo pero normal para una idol. Llegó al edificio de L,otra condición impuesta: seguir viviendo con el y Watari.
Llevaba su maleta con pesadez, no quiso que la ayudasen, las subió por las escaleras el inicio con dificultad hasta llegar al elevador donde refunfuño lo agotada que está.

-La señorita Amane ha adelgazado 2 kilos según me informaron-Bien, pesa 40 kilos, pero no es anorexica solo que el apetito se le ha reducido después de darse cuenta que hasta sus pensamientos fueron estúpidos.

-Uhm sí-Cabeceo caminando segura, ya no dando saltitos como antes, algo que atrajo la mirada de cierto chico ojeroso sentado en su habitual silla que ahora la escrutaba con la mirada-¿Qué me ves Ryuzaki?

-Amane san ha cambiado-Murmuro comiendo pastel de fresas.

-¡Qué cosas tan graciosas dices!-Soltó una leve risa cambiando su expresión-Solo he decidido madurar y ser una nueva persona-Sonrío radiante.

-Eso me alegra para usted Amane San, te espero para cenar, debo hablar contigo.

Misa asintió, retomo el camino a subir las escaleras a su habitación con los pies adoloridos de usar tacones desde que tomo el avión de regreso. Llegando lo primero que hizo fue dejar su maleta en la cama, desnudarse mostrando su cuerpo delgado, un abdomen trabajado pero denotando unas cuantas costillas. Soltó un suspiro al verse en el espejo otra vez, sus atributos se fueron en cierta proporción, llegó al puesto 1 de los mejores cuerpos de japón pero en países extranjeros quedo en el 30, las expectativas son diferentes con las culturas.
Se dio un baño largo, enjabonando su cuerpo, su cabello lo ato en un chongo decidiendo no lavarlo. Al salir se puso un vestido holgado normal, renovó su armario quitando los vestidos góticos por unos frescos o seductores. Bajo con pesadez, acababa de llegar y lo único que quería era echarse una siesta.
La pequeña mesa contenía varios platillos en su disposición, solo dos sillas en los extremos, L ya sentado disfrutando de una rebanada de pastel con helado encima.

-¿La farsa se le acabo a Amane San?-Inquirió observándola acercarse a el.

-Gajes del oficio-Respondió sin ánimos tomando una pequeña rebanada del pastel de L con una sonrisa-Siempre supe que eras un pervertido pero encontrarte investigando todo mi pasado preguntando con mis antiguos amigos fue demasiado.

-Amane San siempre me ha interesado-Comentó con naturalidad-E incluso ahora quiero estar cerca de ella.

La ahora pelinegra lo escaneo sin pudor, soltó un suspiro acomodándose en su asiento, la tomo por sorpresa pero no la suficiente pues estaba acostumbrada a llamar la atención a dónde fuese.

-Así que de eso iba todo lo de los guardias y seguir viviendo contigo-Medito comiendo lentamente de los platillos las partes con menos calorías que vio-Vaya.

La verdad es que Misa siempre quiso conocer al hombre detrás del anónimo L, después de lo de sus padres le costo continuar con su vida puesto que se preguntaba porque L no juzgo al asesino de sus padres, siempre admiro como hacía la justicia pero tuvo que llegar Kira para hacerla en ese caso y sin embargo aun quería conocerlo y preguntarle directamente porque no le ayudo y ahora solo lo ve tan absurdo, las ganas se fueron quedando solo una absurda idea de divertirse con la farsa, una manera de probarse como actriz, pero tal como en aquel manga de Skip Beat dónde la protagonista Mogami se convertía en su personaje, ella se transformo en una chica hueca sin voluntad, de todos modos como idol no tiene tanta libertad y siempre ha sido amorosa, amable, humilde con sus fans o amigos pero de ahí a la actitud tan estúpida que tuvo solo se avergüenza.
Haciendo de la rubia tonta no levantaría sospechas, y Light no se sentiría amenazado por ella, poco a poco sus pensamientos se reemplazaron por los ilusos...tan patética se debió de haber visto.

-Amane San-Llamó su atención de nuevo el ojeroso con tranquilidad-¿Me permitiría mirar de cerca a la persona que hizo todo esto por mi?

-Jamás creí oírte decir algo tan egocéntrico-Admitió con indignación-Y me da miedo como puedes saber que hice todo para conocerte.

Por primera vez, lo vio hacer lo más parecido a una sonrisa, se vio como una extraña mueca en realidad pero fue suficiente para hacerla sonreír negando con la cabeza volviendo a su comida.
Hizo algo absurdo, por una causa absurda, actuó y pensó de manera absurda. ¡Qué incoherente actuó! Pero no se mataría pensando y disfrutaría de la cena en compañía de Lawliet.

Love AnywayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora