Te amo. Te odio. Te amo. Te odio. Te amo. Te odio.
¿Porqué no puede ser suyo?
Misa se despertaba todos los días se despertaba gravitando alrededor de Light, todo lo que tenía, cuerpo, corazón y alma solo para él, no pensaba en nadie más que él así que, ¿por qué tenía que sufrir de esa manera? Por supuesto que verlo con otra mujer besandose la destrozo, ni siquiera podía pensar en obtener una explicación, sus ojos no le mentían y no había forma de sacarse de la cabeza la imagen de el abrazado y metiendo la lengua hasta el fondo de la garganta de...de...pues de la supuesta señorita. No podía considerarla una señorita sí se mete con el novio de otra.
Así que así es como ella llego hasta la entrada del edificio del mejor amigo en común de ambos, Lawliet, bueno, lo considero mucho tiempo, tal vez no era justo ponerlo en la encrucijada de elegir darle la razón a uno o al otro pero tampoco tenían muchas opciones, la hermana de Light definitivamente no era una opción y Matsuda con lo torpe que es se lo terminaría contando a todo mundo.
Bien, pronto cumpliría 3 años de noviazgo con él, la pareja dorada de la preparatoria. Por supuesto Misa siempre fue la popular, la mas bonita, la reina del baile, capitana de porristas, adorada por todos, participando en todas las actividades extracurriculares, que eran alimentadas por el aumento de sus calificaciones bajas, excepto por francés, algo que agradecer a sus padres, la inscribieron a varios idiomas desde pequeña. Y Light, bueno, no era el más popular, pero sus buenos modales, y la posición privilegiada de su familia le ganaron un pase de atención, además el ocupaba el segundo lugar de las calificaciones, solo siendo superado por Lawliet.
Ella consideraba que hubo click entre los dos aquella ocasión en que derramo accidentalmente su café sobre él, es decir, el de inmediato se disculpo con ella y le sonrió, una sonrisa coqueta, claro que sí, así que en realidad no tardo mucho en volverse su novia gracias a sus increíble a habilidades persuasivas y de seducción. O por lo menos eso creyó, no es que no hubiese escuchado los rumores de él continuaba viendo otras chicas, pero por favor, teniéndola a ella de novia, ¿en serio?
Siempre tuvo buenas intenciones, ¿no?, bueno ella puede jugar un rato a la villana esa noche, la santidad no es su lema, paga moneda con moneda.
-Misa, es un poco tarde para estar aquí- Lawliet estaba sentado frente a su computador mordisqueando su dedo, mientras la miraba fijamente.
-Sí, bueno, no tenia a donde ir, mis padres han vuelto a viajar y me he dejado las llaves dentro de la casa-Ella paso a sentarse con total confianza en el sofá, después de que Watari, el mayordomo de Lawliet le dirigiera a la habitación de Ryuzaki- No podía llamar a un cerrajero, una chica como yo, sola, y con un hombre que no conozco, mala combinación- Se quito el abrigo revelando un top branco que hacía juego con su piel lechosa- Así que espero no te importe dormir conmigo hoy.
El tono inocente que trato de impregnar en su última oración habría resultado de no ser por que su mirada definitivamente no lo fue, oh bueno, la ignorancia no es algo que Lawliet valore de todos modos. Se limito a asentir hacia ella y volver la atención a su computador. Misa saco su celular y entro a su instagram, reviso el perfil de la susodicha de antes y abrió su historia recién subida donde estaba en un restaurante, no mostraba la cara de la persona con quien cenaba pero el anillo en la mano fue un regalo, y muy costoso, de parte de ella por su tercer aniversario. Respiro fuertemente aun mas decidida que antes, porque Misa no era ajena a la atracción de Lawliet hacia su cuerpo, incluso se lo dijo en dos ocasiones antes de empezar a salir con el castaño, así que no debería ser difícil, la moral de pelinegro nunca ha sido precisamente la mas alta.
-¿Te importa si uso tu ducha?- Preguntar estaba de más porque ya tenia una toalla en mano y buscaba la camisa que usaría para dormir en el armario del Lawliet, pero debía tener su atención, hacerle entender sus intenciones.
-Adelante- Apenas y la miro, pero el brillo en sus ojos cuando capto que ella estaba solo en ropa interior no se le perdió.
Atención ganada, entro a la ducha donde se quito la ropa interior color rosa pastel, eso si no fue intencional, siempre elige conjuntos bonitos, hizo un pequeño escaneo del baño, y no tardo mucho, puesto que ya se había bañado antes de salir, pero no hay mejor provocación que salir en toalla y ponerse la ropa del hombre frente a el, ella podía jugar un poco con el hecho de qué el no parecía prestarle atención y apoyarse en la ignorancia de pensar que el no la vería. Decidida al 100%. Saliendo de la ducha camino a la cama donde soltó la toalla dejándola encima, procediendo a vestirse sin dirigir ni una sola mirada siquiera de reojo hacia el pelinegro.
Tal vez habría visto su mirada siguiendo cada uno de sus movimientos, Lawliet no era tonto y entendía lo que Misa hacia, lo que no comprendía era el por qué. Nunca se guardo sus sentimientos para si mismo, y fue claro con ella, se enamoro de su personalidad refrescante, de su carisma y optimismo, de su inocencia seductora y acepto cuando ella prefirió a Light, porque el amor no era su principal búsqueda, solo una eventualidad que se le atraveso, 3 largos años, y ahora tenerla de frente actuando de una forma nueva frente a él logro sacarlo de sus deducciones.
-¿Tienes mucho trabajo o me podrás acompañar? Me gusta que me acaricien el cabello para dormir- Eso si salio natural su sonrisa tierna practicada todos los días frente al espejo.
Sus esperanzas fueron recompensadas cuando Lawliet se levanto de la silla caminando hacia la cama, ella se metió bajo las sabanas palmeando su lado derecho y una vez que estuvo lo suficientemente cerca, jalo de su brazo haciendo que cayera sobre ella y finalmente plantadole un beso aparentemente tímido, sus manos lo mantenían sujeto por la camisa. Puede ser una mala idea, pero es la mejor mala idea que ha tenido. En ese momento no pensaba llegar mas que un faje, pero cuando pensó en que Light beso a esa chica de la misma manera, y a otras tontas, y se acostó con ellas reacio a estar con ella, se lleno de coraje y rabia. Que tonta debió pensar que fue.
-Quiero tu permiso Lawliet-Ella se separo de él apenas unos minutos después-Quiero estar contigo esta noche.
-Ya veo-El no se movió de su lugar, solo la vio fijamente, su pecho agitado, el cabello mojado y expandido por la cama, su camisa en ella y las piernas apenas abiertas frente a él.
Y Misa no espero otro tipo de respuesta, es Lawliet, así que lo atrajo a seguir besandose, fueron unos largos minutos así, y mentiría si dijera que no le estaba gustando, porque la verdad es que sí, y mucho, ya se se en tía ansiosa, con Light tenia suerte de tener sexo una vez cada 4 meses. Así que no podía sentirse culpable de encontrarse deseando que Lawliet se hundiera ya en ella, no quería perder mas tiempo así que le quito los pantalones casi desesperada. Y ambos sucumbieron a sus deseos esa noche.
Se sintió como el cielo, no fue pasión, fue algo más, como si tomaran de un dulce jugo. Nadie podría saber la revelación de esa noche, lo que descubrió esa noche de sus sentimientos, la dedicación y adoración con la que Lawliet la toco y acaricio, se sintió verdaderamente querida y no se sintió mal cuando el le dijo tantas cosas de amor durante toda la noche, no cuando la abrazo hasta que se quedo dormida, la trato como a una muñeca de.porcelana asegurando que guardaría esa noche como su momento mas preciado. No, no se sintió mal tampoco cuando al día siguiente llego de la mano de Lawliet a la escuela y en su coche negro conducido por Watari, tampoco cuando le aviso a Light que ahora andaba con Lawliet. Fue un acuerdo casi tácito, por lo menos para ella, cuando antes de ir a la escuela despertó y le dio un suave beso a Lawliet quien estaba frente a su computador leyendo, no necesito preguntar, hace mucho tiempo ella conocía sus sentimientos, casi se rie cuando Watari entro justo en ese momento del beso con el desayuno para ambos, le dio los buenos días muy feliz hablándole con mucha mas confianza y pidiéndole que por favor cuidara bien de ella. Lawliet no negó nada solo asintió ante la mirada perpleja de Watari que parecía no poder moverse por un minuto y después también sonrió.
Había estado corriendo tanto tiempo de esos sentimientos, porque el pelinegro no se veía como un príncipe azul pero definitivamente era mucho mejor. Se sentía correcto, se sentía bien, y no le importo por primera vez lo que los demás pensaran y dijeran de ellos. Porque era feliz, y eso nadie se lo podría quitar.