Please Don't

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Caminan juntos por el mismo lugar que antes solían visitar los dos, se toman la mano frente a él ignorando por completo aquellos sentimientos que poco a poco crecieron destruyéndolo por completo.
Usaba su camisa como si nada, sin saber los sentimientos que eso le causaba.
Lastimado corazón. Light con una enorme sonrisa a lado de la despampanante rubia, la chica levanto su mano mostrando un anillo con un pequeño diamante de diseño precioso.

-¿Qué...es esto?-Pregunto Lawliet confundido.

-¡Nos vamos a casar!-Exclamo Misa corriendo a abrazarlo alegremente-Y queremos que seas el padrino.

Light asintió acercándose a darle una palmada mientras asentía murmurando lo feliz que estaba.
L solo los señalo preguntando si en verdad se casarían, oh, su corazón parecía haber parado de latir, que infelicidad tan indeseada, traicionado, así se sentía aunque no tuvo nada con esa persona. Pero le ama, y esos sentimientos debían ser eliminados, tenía que hacerlo por el bien de su amistad.

Apenas habían pasado dos semanas, verlos comiendo, mirando películas juntos, durmiendo en la misma cama, incluso tomando duchas juntos le enfermaba. Ah, aún podía sentir su esencia en su auto, cada vez que le llevaba a algún lugar.

-Mira esté vestido-Le sonrío Misa, una sonrisa que le daba celos-Es precioso, ¿crees que se me vea bien?

...A ti todo se te ve bien Amane-Forzó una sonrisa que salió más como una mueca.

-¡Tienes que aprender a sonreír!-Le tomo las mejillas estirandoselas-Vamos, me voy a casar, sonríe.

-¡Basta!-Le dio un manotazo haciéndola retroceder-Discúlpame-Susurro arrepentido.

Misa negó con la cabeza dándose la vuelta y yéndose a buscar a Light, se sentía ofuscada de que ahora Lawliet la tratará tan mal, le dolía la situación pues siempre fueron tan unidos. Los tres se conocieron durante la primaria y desde entonces se hicieron inseparables, debió imaginar que un matrimonio de dos en un grupo de tres no funciona.

-¿Qué te pasa?-Le pregunto Light-Hasta yo he notado que estás raro, sabes que seguiremos siendo amigos aunque me case.

-Tsk, no es tan fácil.

Dejarle no es fácil, su sonrisa, su aroma, el asiento de copiloto que siempre ocupa, la toalla que usa, las hebras de cabello que se quedan en el cepillo, la ropa, todo, no sabía porque, no lo sabía, justo ahí donde dejó su corazón.

El día tan esperado de la boda. Misa lucía radiante, con ese vestido resaltando los atributos que el tanto disfrutaba, su cabello de oro enrollado en su coronilla, sus rostro con poco maquillaje, tan perfecta para él ¡Tan malditamente perfecta!

-¡Lawliet!-Misa le llamó haciendo señas con su mano en la que ahora cargaba el anillo representando su matrimonio-¡Vamos a tomarnos una foto los tres!

Bien, si eran felices pues el debía ser feliz por ello. Se acerco sonriendo tristemente, se posiciono a un lado de ambos. Observó con los ojos entrecerrados invadidos de celos como la rubia le peinaba el caballo a Light quien le dio un beso en la nariz haciéndola reír, se acomodaron para la foto, que patético se debió haber visto, Misa en medio tomándolos a ambos de los brazos, apoyando su cabeza en su ahora esposo y Lawliet en una esquina  con un intento de sonrisa.

En la noche decidió irse antes, llevaba la foto de los tres, estando solo lloró, dejó salir todo el sufrimiento que contuvo durante varios meses de agonía ayudando a preparar la boda viéndolos emocionados. Las lagrimas cayeron sin detenerse un solo instante, miro la foto una vez más antes de decidir romperla, uniendo ambas partes como desearía que hubiese sido el final de esa boda.

Lawliet y L consumando su matrimonio y Misa a lado apoyándolos en todo.
Que lamentable.

Love AnywayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora