La cortaba con ímpetu, desgraciada, le deja un olor asqueroso en sus manos y es una fastidio cuándo sus uñas huelen a la condenada cebolla, encima se le corre el rimel con las lagrimas que se le escurren, odia su vida y a la maldita cebolla...¡se corto! Ahora no solo olía horrible, lloraba, ¡no señor!, también su dedo indice sangraba, moriría desangrada, ya veía en las noticias los titulares de "La famosa, hermosa, ardiente, sexy idol Misa Amane muere por hemorragia".
Se tiró al suelo sujetando su dedo envuelto en el trapo de la cocina, cerro los ojos esperando su final, el dolor era tan intenso que empezó a gritar y gemir del mismo, empezó a murmurar disculpas por todas las actrices de las que hablo mal, por todas la maldades que hizo de niña, pero eso no evitó que volviese a maldecir a la cebolla, la odiaba con toda su alma, claro, tan blanca y perfecta pero en cada rebanada destila el odio hacia la humanidad o tal vez envidia, sí, eso era, la cebolla le tenía envidia por ser más hermosa y pura...bueno, lo último ya no tanto, pero no encontraba otra explicación, la cebolla es repudiada por todos pero ella es amada, aclamada, idolatrada y ahora la cebolla acabaría con su carrera dejandole una cicatriz en su dedo.-Moriré sola, solita, ay que dolor, Misa Misa morirá hoy-Lloró desconsolada retorciéndose en suelo.
-Señorita Amane-Llamó Watari quien acababa de llegar para hacerle compañía por ordenes de L-¿Otra vez se corto?
-Ay Watari-Ya le hablaba con más familiaridad-Misa le desea una vida prospera, que encuentre una buena mujer, que cuide de L y nuestro hijo...morí-Cerro los ojos quedándose quieta.
-Señorita Amane-Le extendió la mano ayudandole a levantarse-¿Que hizo que se acercara a la cocina después del último incidente?
-¡Ah pues Misa quería sorprenderlos con una deliciosa comida nutritiva!-Sonrío tierna mente tomando asiento con Watari echándole alcohol-¡Duele, duele!-Se quejó, agradeció al cielo cuándo le puso la vendita.
-El joven Ryuzaki dijo que contrataría una señora para ello, usted no debe descuidarse de esta manera-De una manera amable le hacían alejarse de la cocina y no es que no cocinase rico(solo los postres le quedan deliciosos) pero siempre termina haciendo una batición o dramatizando cualquier cosa.
Misa frunció el ceño haciendo un mohín, se dejó guiar por el anciano a la habitación del bebé pues alegó que el terminaría de cocinar. Giro levemente señalando la cebolla a la que apenas le había hecho un ligero corte amenazándola haciendo como que cortaba su cuello con su dedo.
Hace tres años que se casó con L, y ahora tenían un hermoso niño de 5 meses de nacido, cabello negro, ojos negros, piel blanca, una mini copia de L pero con los rasgos finos de Misa.
-La verdad que Misa no entiende porque la cebolla le odia tanto-Le hablo al bebé cargándolo para darle pecho-Pero me las va a pagar, ¡ah!, y también tú papá por no mandarlas a la cárcel después de tantos intentos de matarme.