15 días pasaron desde la llegada del profesor nuevo. 15 días llenos de constante nervios durante la materia de Historia. Pero nadie lo sentía más que la joven ____.
El primer día se sintió como infierno, un infierno que se fue repitiendo mañana tras mañana. El profesor Marshall era completamente indiferente a toda persona que se cruzara por su camino, a excepción de ____. Su insistente y penetrante mirada lograba su objetivo. Intimidarla. Si no fuera por la presencia de su querido amigo Finn y su parentesco con el serio profesor, probablemente decidiera cambiarse de clase. Lo que menos quería era seguir aguantando las constantes miradas que se fijaban indudablemente en ella.
Está vez, la clase se encontraba en completo desorden. Los jóvenes platicaban en voz alta, algunos jugaban con lo que tuvieran a la mano y la gran mayoría de ellos se encontraban dispersos por el salón a su antojo. El ruido era intenso y todo esto a causa de la profesora de física que ese día falto a clases. ____ se empeñaba en lograr terminar con la lectura de su libro pero sus compañeros penetraban la música de sus audífonos haciendo que está se harte completamente de eso. Sin pensarlo dos veces, cerró su libro y dejando sus audífonos de lado, salió del salón sin avisar.
Pensó en la pereza de caminar hasta la biblioteca. Era el único lugar que se le ocurría para poder leer tranquilamente pero está se encontraba a 2 edificios después del suyo.
Caminando por el último pasillo que la llevaría directo a la puerta de su destino, unos pasos de más, comenzaron a hacerse presentes. Al mirar sobre su hombro, los pasos cesaron, el pasillo se veía completamente vacío y un enorme silencio lo inundó.
Desconfiadamente prosiguió su camino. Quizá la imaginación de la chica le estaba haciendo una mala jugada, pero los pasos no se detenían.
Dio media vuelta completamente.
Nada.
Dos veces le bastaron. Los pasos seguían ahí, pero ella seguía su camino, ya no prestaba atención a lo que escuchara.
<<Me estaré volviendo esquizofrénica>>
Por fin se encontró frente a la enorme puerta de madera. Con letras doradas en la parte superior se leía "Biblioteca". Dentro estaba todo completamente vacío. La biblioteca no era un lugar a donde los jóvenes les gustara ir, y la encargada raramente estaba ahí, solía fugarse con su novio y dejar la biblioteca sola. Esta no era una excepción.
____ atravesó los altos estantes repletos de toda clase de libros; buscando entre ellos, uno en especial le llamo la atención. Se titulaba "Agria Obsesión".
Inmediatamente se dirigió a una de las mesas de la biblioteca comenzando a leer el extraño libro que había recién encontrado.
No era un libro muy grueso. Trataba sobre una chica que al mudarse, su vecino se enamora de ella a tal grado que se obsesiona. Pero era una obsesión enfermiza. La chica vivía bajo las constantes amenazas del vecino que la obligaba a que estén juntos.
Tan concentrada se hallaba en su lectura que no se percató de que los mismos pasos que la seguían por el pasillo, se acercaban lentamente a ella por detrás.
-Señorita ____
La imponente voz del profesor Marshall la devolvió a la realidad, aunque no se atrevía a despegar la vista del libro.
-¿Qué hace usted aquí? ¿No tiene clase?
-mi profesora de esta clase no vino, mis compañeros estaban haciendo mucho ruido y vine aquí para poder leer- evidentemente estaba nerviosa, pero su voz fingía ser muy serena.
Marshall dio unos cuantos pasos más hasta quedar a centímetros de la chica.
-y ¿Qué está leyendo?- al volver a hablar, ____ escucho la voz en su oído. Marshall se había inclinado hasta la altura de su hombro y apoyaba su barbilla en él.
-se titula "agria obsesión"- la cercanía de su profesor ciertamente la incomodaba. Trato de apartarse un poco de él, pero solo logro que este girara su cabeza y la mirara directamente a ella en la misma posición desde su hombro.
-¿sobre qué trata?- la respiración del mayor chocaba vagamente en el cuello de la estudiante por la cual paso un choque eléctrico al sentir el efímero contacto.
-lo siento profesor, tendrá que esperar usted a leerlo-____ cerro el libro que sostenía entre sus manos y en un rápido movimiento se puso de pie, dispuesta a salir lo más rápido posible del lugar.
Pero no sucedió.
El brazo de Marshall impedía el paso de la joven e instintivamente se echó para atrás topándose con la mesa en la que había estado leyendo segundos atrás. De un momento a otro, ya estaba acorralada contra la mesa por su profesor Marshall que la miraba expectante.
La chica cerró los ojos fuertemente esperando el siguiente movimiento del pelinegro e inmediatamente sintió sus labios contra los suyos. Su profesor la estaba besando. Aun así, no correspondió. Estaba totalmente estática, no tenía el valor para hacer el intento de moverse o mínimamente abrir los ojos.
Finalmente Marshall se separó, su rostro mostraba disgusto. ____ seguía con los ojos cerrados, pero las siguientes palabras de su profesor la alertaron.
-abre la boca.
____ negó con la cabeza baja. Trataba de encogerse en sí misma.
-supongo que no te importara ver a tus padres decepcionados.
Finalmente. ____ abrió los ojos como platos al escuchar eso. Marshall sonrió de lado al notar esto, había encontrado su punto débil.
-Recuerda que no solo soy tu profesor. Soy el tutor encargado de esta generación y será muy fácil hacer imposible tu ingreso a la universidad. Tus padres han trabajo muy duro para que asistieras a esta preparatoria y sería injusto mandar todo por la borda al final ¿no crees?
Era cierto. Sus padres carecían de dinero, la gran mayoría lo invertían en la educación de ella. Es por esta misma razón que jamás había bajado en sus notas, no podría hacerles algo así a las personas que tanto se han preocupado y sacrificado por su futuro.
-será mejor que hagas lo que yo diga, así que volveré a repetirlo. Abre la boca- esta vez Marshall hablo en un susurro sobre su oído.
Resignada. ____ acato la orden del mayor y mientras lentamente abría su boca, reflexionaba sobre lo que estaba pasando.
Marshall la beso sin pensarlo. Su lengua recorría el interior de la chica con deseo. Y con ese contacto, ella supo que su vida dejaría de ser la misma desde ese instante. Ahora ya no le pertenecía, estaba bajo la orden del pelinegro y no podía hacer nada para impedirlo. No se atrevía ni a moverse en ese momento, menos podría hablar sobre ello. Se sentía mal. Ella estaba enamorada de Finn, y la oportunidad que alguna vez pensó tener ahora se hallaba totalmente fulminada. No sabía de qué era Marshall capaz y le asustaba pensarlo.
El tiempo que paso para ella fue una eternidad. El aire le faltaba pero Marshall no se detenía. Pensó que nunca acabaría, hasta que al fin sucedió. Ambos se separaron dejando un hilo de saliva entre ellos.
-Buena chica
Y con estas palabras y una sonrisa, el profesor salió a paso lento del lugar.
La puerta sonó al cerrarse y hasta ese momento, ____ se dejó caer sobre sus rodillas en el suelo. Su cuerpo temblaba y respiraba con dificultad. Sin poder evitarlo, lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, una tras otra. Se abrazaba a ella a causa de los escalofríos intentando aminorarlos.
Y ahí permaneció. Sollozando en silencio en medio de aquella vacía biblioteca.