Partida Definitiva- Capitulo 19

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-Lamento que esto haya sucedido en un momento así- el señor Lich se puso de pie diciendo esas palabras.

-¿A que te refieres?- Pregunto Marshall

-Tendrían que partir ahora mismo.Entre menos peligro corran, mejor. Ya tengo preparado afuera un auto con un chofer de mi confianza para llevarlos directamente hacia su próximo destino. En avión es evidentemente más peligroso que los identifiquen. Espero no tengan problemas con eso.

-No... no, por supuesto que no hay ningún problema- se apresuró a responder el pelinegro- al contrario, muchísimas gracias por todo. 

Marshall sonreía al igual que el señor Lich, pero yo no podía. ¿Como podría? Probablemente nunca volvería a ver a mi familia, a Gumball... no volvería a mi casa. Por fin había conseguido crear un fuerte vínculo entre mis padres y estaba segura de que Gumball era la persona indicada para quedarse a mi lado ¿Y mi escuela? Ni siquiera tuve la oportunidad de conocerla, y me esforcé tanto para poder entrar a la universidad después de lo que sucedió... Eran tantas cosas que se esfumarían, tantas oportunidades, tanta vida. Me abrumó el pensar en todo aquello.

Corrí escaleras arriba hacia la habitación de Marshall escuchando sus gritos llamando por mi nombre. Me encerré en la habitación y cual niña pequeña me escondí bajo la cama cerrando los ojos dejando escapar pequeños sollozos.

<<No quiero irme. No quiero irme. No quiero irme...>>

-¡____! ¡____ abre por favor!- Escuche la voz de Marshall acompañada de golpes en la puerta llamándome.

Unos murmullos más y el sonido de unas llaves se presentaron antes de que la perilla girara por completo.

-____- No respondí- ¿Donde estas ____?- escuche sus pasos recorriendo la habitación por un par de minutos, y luego un suspiro frente a mi- Ahí estas... ¿Que haces ahí abajo? ¿Estas bien?- Hasta ese momento abrí los ojos encontrándome con los suyos viéndome preocupado- Ven pequeña, sal de ahí- extendió ambos brazos tomando mis muñecas halando de ellas lo suficientemente fuerte para deslizarme por la alfombra hasta quedar completamente fuera de la parte inferior de la cama. Una vez afuera, Marshall me abrazo fuertemente aun sentados en el suelo-Por favor, no vuelvas a hacer eso ____.

No correspondí el abrazo. En primera por qué no podía, la posición en la que me encontraba y lo fuerte que me estaba abrazando me lo impedía. En segunda: por qué efectivamente no es algo que le corresponda.

¿Como puede decir preocuparse por mi pero alejarme como si nada de mi casa, familia, mi escuela y mi vida? En definitiva no entiendo a este hombre.

-Hora de irse Marsh- Aquel hombre de canas verdes se paró al pie de la puerta.

-Si, vamos ____- Marshall tomo mi mano dispuesto a levantarse y salir de la habitación, sin embargo yo no me moví. Al contrario, me hice para atrás aun siendo tomada por el- ¿Pasa algo ____?

-No me quiero ir- Reproche al filo del llanto.

-Lo se querida, pero tenemos que- respondió Marshall.

Negué con la cabeza y ojos cristalinos sin dejar de verlo. El solo suspiro soltándome.

-Vamos- Se acercó tomándome en sus brazos cargándome estilo princesa.

De esa manera bajamos acompañados del señor Lich hasta la entrada del edificio donde efectivamente había un auto estacionado esperando. Marshall me sentó cuidadosamente en el asiento trasero más cercano a la cera y cerró la puerta despidiéndose del señor Lich.

-Esperó tengan un buen viaje, será algo largo pero seguro. Cualquier cosa que necesiten no duden en pedírselo a mi chofer.

-Por supuesto y nuevamente gracias, por todo.

El señor Lich sonrió dando media vuelta alejándose por la cera.

-¡Quiero ser el padrino Marshall!- gritó el señor un poco ya lejos del auto.

-¡Tu sabes que si!- Respondió el pelinegro con una pequeña risa antes de entrar en el lado opuesto del vehículo.

-Buenas tardes señor ¿Alguna parada antes de ir a su destino?- se escuchó la voz rasposa del tan famoso chofer por primera vez.

-No, directamente hacia la casa, he...

-Jake, su servidor.

-Claro, Jake. Hacia la Casa por favor- repitió Marshall y el auto comenzó a moverse por las estrechas calles de aquella zona.

Me acerqué a la ventana mirando por ella el panorama que dejaría atrás con melancolía. Sentí la mano de Marsh sobre la mía apretándola tiernamente.

-Oye, tranquila ¿si?- gire a verlo y el me extendió su otra mano secando una lágrima que resbalaba por mi mejilla de la cual no me había percatado hasta ese momento.

...

Pasaron bastantes horas, lo suficiente para llegar a mitad de la tarde a la cuidad cercana a "nuestra próxima casa". Mire los pequeños edificios y las coloridas casas cerca de la costa. El mar podía verse casi desde cualquier esquina.

<<Una veterinaria, un restaurante, una farmacia...>>

Observaba los locales y marcaba en mi cabeza el lugar donde estos se encontraban. Y tal como el señor Lich lo dijo, Jake freno frente a una casa a unos minutos tras pasar la ciudad.

-Llegamos a su destino señor Marshall- Dijo Jake y salió del auto abriendo la puerta de Marshall y posteriormente la mía.

Baje del coche observando atentamente la casa. Su color y diseño combinaba con el ambiente costero y el hecho de que se encontrara apartada la hacia ver más grande. Mire la playa tras la casa, hace ya tiempo que tenia ganas de venir a visitar el mar. Seguramente me sentiría emocionada de no ser por la situación.

Sentí el brazo de Marshall pasar por mi hombros. El se paró a un lado de mi con una sonrisa observando la casa.

-Es Bonita ¿no?

Antes de contestar Jake lo llamo desde el auto.

-Antes de irme, el señor Lich me pidió que le entregara esto señor Marshall- Marsh giró tomando las llaves y la tarjeta que el pelinaranja le extendía- si requiere mis servicios otra vez puede contactar con el señor Lich o directamente conmigo y vendré en seguida.

-Vale, gracias Jake- Jake hizo una reverencia con la cabeza en forma de despedida y partió de nuevo en dirección a la ciudad- Ven ____, entremos.

Tras encontrar la llave de la puerta principal, nos encontramos con una sala de estar perfectamente amueblada y condicionada.

-¡Vaya! El señor Lich esta vez si se lucio ¿No crees ____?

No conteste, subí las escaleras buscando un baño, quería estar al menos un momento sola. Abrí la primera puerta del pasillo. Era una habitación bastante amplia con una cama matrimonial. Me acerque a un espejo de cuerpo completo dentro del cuarto, mire mi rostro en el reflejo; mis ojos y nariz se encontraban levemente teñidos de carmín, sin embargo mi piel se veía más pálida de lo normal, quizá sea por que había pasado más de 24hr sin alimento alguno. En el camino Marshall pidió a Jake que parara en una tienda para comprar algo de comer pero no quise aceptarlo, ¿como tendría ganas de comer en estas circunstancias? Gire a ver la cama sintiendo cansancio. Mientras la observaba sentí unas manos sobre mis hombros y una voz en mi oído.

-¿Y si la estrenamos?

Agria Obsesión (Marshall Lee y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora