Narrador Omnisciente:
Un movimiento brusco dentro de aquel vehículo alerto a la chica despertándola de golpe. Unas cuantas risillas llegaron a sus oídos y desconcertada intento enfocar mejor a la y/o las personas que la miraban.
Observo a un chico con solo tres mechones de cabello y una apariencia a su opinión algo pandrosa sentado al lado opuesto de donde parecía que ella se encontraba. Un chico con piel sumamente blanca con una camiseta de estampado de smoking con el cabello color negro, sentado en la parte de en medio de aquel asiento trasero. Al final su mirada se posó en el cabello del último chico; tenía un tono tan rojo que podía hacerle comparación al fuego. Inevitablemente a su mente llego la imagen de Fibi besando a aquel que alguna vez fue su mejor amigo.
-Bueno, bueno. La princesa despertó.
Inmediatamente giro su cabeza hacia la persona que había hablado acompañada de una risa, encontrándose con los azules ojos de una peliblanca en el asiento del copiloto.
-Mírenla, se ve tan tierna espantada- El chico de los tres mechones se burló- ¿Por qué no me la prestas un momento Flame? Seguro se divertirá más conmigo.
-Cállate de una vez Ash. Definitivamente fue mejor idea no dejarla contigo.
-¿Preferirías llevarla tú acaso, Gunter?- El chico que al parecer se llamaba Ash discutía con el pelinegro.
-Sera mejor que se callen de una vez, par de idiotas- Nuevamente la peliblanca hablo, esta vez en un tono más alto y amenazador. Su voz era algo molesta y chillona.
La chica intento moverse y cayó en la cuenta de encontrarse en los brazos del chico pelirrojo de nombre "Flame", o más bien... sentada en las piernas de él.
-No te muevas mucho o podrías golpearte la cabeza- Aquel chico pelirrojo susurro esas palabras con semblante serio en el oído de la joven y ella, acatando su orden, se acomodó un poco para volver a quedarse inmóvil- Y te recomendaría no gritar o intentar escapar... a menos que quieras seguir viva- Esta vez las palabras iban acompañadas de una sonrisa ladeada.
Incomoda y notoriamente nerviosa, miro hacia el lado opuesto intentando evitar hacer contacto visual con alguno de los presentes, con el miedo de decir algo que empeore la situación. Los siguientes minutos solo fueron pláticas sobre temas inentendibles para ella por parte de los chicos Ash y Gunter y en ocasiones intervenciones (o más bien regaños) por parte de la peliblanca, la cual hasta ahora había escuchado que la llamaban "Queen". Por su parte, Flame, aprovechando la situación, no dudo en acariciar sin pudor alguno las piernas de la chica en todo el trayecto, casi llegando a la entrepierna, y una que otra vez acariciaba sus brazos, espalda y olía su cabello.
La chica solo se limitaba a cerrar los ojos deseando que al abrirlos todo fuera un mal sueño o una broma de mal gusto, y sobre todo, se lamentaba el haberle hecho caso a su madre por llevarse ese vestido tan corto.
-¿Por qué tan callada Marceline?- La peliblanca hablo mirando hacia la persona que conducía el auto, la cual hasta ese momento no había dicho palabra.
La pelinegra suspiro antes de responder.
-Solo estoy ansiosa Queen.
-Pues avísale a tu cara porque de amargada no te bajas.
-¿Te podrías callar Ash?- Se notaba irritación en la voz de la pelinegra- ¿Por qué todo lo que sale de tu boca tiene que ser mierda?
-Oye nena, no tienes que ser tan agresiva... no ahora- Ash comenzó a reír y el auto freno de manera imprevisible interrumpiéndolo.
-Muy bien, todos afuera- Marceline dio la orden y todos comenzaron a salir del auto de una manera un poco apresurada.
Cuando ____ se encontró fuera del carro, Marceline la tomo rápidamente del brazo para que no escapara y empezaron a caminar por la cera de aquella vacía calle hasta llegar frente a la puerta de una discreta residencia. Marceline tocó el timbre un par de veces y rápidamente tomo por los hombros a la protagonista posicionándola frente a la puerta. Unos pasos se escucharon del otro lado; entre más se acercaban más grande era la sonrisa de la pelinegra.
La puerta se abrió completamente mostrando a aquel alto pelinegro de ojos penetrantes que tantos problemas le había causado en el pasado a la joven. Inmediatamente todos los nervios que sentía fueron reemplazados por un enorme terror. Sus sentidos dejaron de funcionar a la vez que la cara de sorpresa del pelinegro se sincronizaba con el estado de shock en el que ____ se encontraba.
Nuevamente se veían frente a frente. Y esta vez era seguro. No había nada que pudiera detener a Marshall de lo que ocurriría a partir de ese momento.