Intento una, dos, tres... perdió la cuenta de los intentos que hizo por zafarse del pelinegro.
Despertó en medio de la noche sintiéndose aprisionada por unos fuertes brazos. No sabía qué hora era, pero afuera aún se veía obscuro.
<<¿No han regresado mis padres?>>
Prendió la pantalla de su celular en cuanto logro salir del agarre de Marshall.
"4:47am"
Sus padres no habían llegado en toda la noche. Preocupada comenzó a pensar lo peor. Se tranquilizó al desbloquear la pantalla y descubrir varias notificaciones de mensajes que le había mandado su madre del día anterior avisando que llegarían hasta el día siguiente.
Lanzo un suspiro tratando de ponerse en pie pero al instante un fuerte dolor de caderas se hizo presente inmovilizándola. Lanzando algunas maldiciones por lo bajo logro mantenerse en pie apoyándose de la pared. Caminó lenta y cuidadosamente hasta llegar al baño de su habitación, lo que más quería en ese momento era darse un baño de agua caliente.
Inmediatamente se metió bajo la regadera y cerró los ojos sintiendo las gotas de agua recorrer su cuerpo dejando que se lleven el dolor, la vergüenza y la impotencia que había sentido horas atrás.
Pero ese momento de paz le duro poco. Unas manos pasaron por su cintura abrazándola suavemente, acto con el cual, volvió a tensarse. Volvió a caer en su cruel realidad. Lo de unas horas atrás había sido real. Lo vivió. Y el hombre que ahora recargaba su cabeza en su hombro también era totalmente real.
Su "profesor".
-¿Cuándo conoceré a tus padres?
La pregunta de parte del mayor la tomo de sorpresa.
-¿conocer... a mis padres?- intento no tartamudear al hablar, pero lo que no logro fue moderar su timbre de voz el cual fue apenas audible para el pelinegro.
-Si. Ya que somos pareja, me gustaría conocerlos para hacer esto un poco más... ya sabes... formal
Su voz le pareció tan tranquila que si no hubiera sido por su posición, indudablemente hubiera estallado en furia.
<<¡¿Acaso está loco?!>>
Era su profesor. Se llevaban mínimo 5 años de diferencia con lo cual la llevaba a otro punto... ¡ni siquiera lo conocía! ¡No sabía ni su edad! Los únicos recuerdos que tenia de él eran de acoso por su parte, sin mencionar la violación que recién había sufrido.
¿"Pareja"? ¿"Formal"?
Definitivamente lo primero que se le paso por la cabeza fue separarse y espetar sobre la inesperada "propuesta", pero no... no lo hizo. Aunque esta vez la razón no fue miedo.
-Esta noche estaría bien si... si tú quieres.
Imito el sentido de su voz a semejanza del de Marshall, agregando un poco de su nerviosismo para no levantar sospechas.
Analizando mejor la situación, más que una locura, le sería totalmente conveniente que Marshall conociera a sus padres. Solo hay que pensarlo un poco: Sus padres son las personas que mejor la conocen en el mundo, de inmediato notarían que algo no anda bien con la "relación" que lleva su hija con "su profesor". Y con eso presente, mínimo los tendría a ellos de testigo sobre la situación para llevar el caso ante un juez y así, poder librarse de él, poder zafarse de él. El estaría tras las rejas en una cárcel cumpliendo una condena por meterse con una menor, o como mínimo tendría una orden de restricción. De cualquier manera seria ganancia para ella.
El mayor sonrió emocionado ante la respuesta de la joven.
-Claro, esta noche me parece perfecto- La giro un poco para que quedaran frente a frente y la beso con dulzura.
Por primera vez, ____ correspondió al beso por voluntad. Relajo su cuerpo pasando ambos brazos por el cuello del pelinegro mientras este la sujetaba firmemente de las caderas.
Ambos estaban felices y lo demostraban en aquel beso. Marshall por su parte disfrutaba del sentimiento de poder llamar a ____ "su novia". Espero años para ese momento y ahora que se volvía realidad, no podía pensar en otra cosa, ni siquiera se permitió dudar un poco acerca de la situación y "el plan" que llevaria a cabo la joven, razón por la cual ella estaba feliz, pues esa noche sería la última vez que tendría que hacer lo que el pelinegro quisiera en contra de su voluntad.
Esa noche acababa su pesadilla.
Esa noche se acababa el acoso.
Esa noche se acababa "su profesor".
O al menos eso es lo que esperaba.