<<Quizá muestra demasiado>>
Mire el vestido en mi reflejo con disgusto. Suspire dando media vuelta comenzando a desabrocharlo.
-¡No, no, no, no, no! ¿Qué haces?
Gire mi cabeza alarmada por el grito que dio mi madre.
-Solo... me cambio de vestido- Aclare un poco obvia.
-¿Por qué? ¡No! Ese está perfecto.
-¿Pero no te parece un poco-?
-¡No hay tiempo! ¡Ese está bien!- Dijo comenzando a empujarme hacia la puerta de mi habitación.
-Pero...
-No querrás hacer esperar al joven Gumball~
Me rendí. Las palabras no sirven con mi madre. Ambas bajamos las escaleras hacia la planta baja.
-Ahí está la reina de la casa~
-¡Papá!
Mi padre rio por mi reacción.
-Te vez hermosa ____- Esta vez Gumball hablo.
Un leve rubor adorno mis mejillas por esas palabras que a cualquiera le parecerían tan simples. Llevaba ropas más casuales ese día. Se me hacía raro no verlo con su típico traje de abogado.
-Es mejor que se vayan ya, entre más tarde más gente.
Asentí con la cabeza a las palabras de mi madre. Me despedí de ellos con un beso en la mejilla y un abrazo, y Salí junto a Gumball de la casa.
-Perdona a mis padres. A veces me gustaría que fueran más serios, en especial mi madre.
-No estoy muy seguro de eso- Gumball abrió la puerta del auto esperando a que yo entrara en el asiento del copiloto.
-¿Por qué?- pregunte entrando al auto sin dejar de verlo a los ojos.
El cerró la puerta rodeando el auto para entrar por la parte del conductor.
-No estuviste con ellos por un buen tiempo, y aunque lo ocultes, sé que adoras que te pongan atención y se preocupen por ti.
Pensé un momento sus palabras sin saber qué respuesta dar.
-¿o me equivoco?
-No...
Él me sonrió triunfante. Extrañamente su sonrisa me dio confianza y no pude evitar sonreír de vuelta con el sentimiento de haber sido descubierta. Gumball siempre me hacía razonar sobre mi vida, en especial sobre mis palabras.
//flash back//
-(...) y eso está bien...- fui interrumpida por la voz del pelirrosa.
-No es cierto.
-¿he?- Esa afirmación no me la esperaba.
-No me estás diciendo la verdad. O al menos hay algo que no me quieres decir.
Quede en silencio, como muchas veces hice después de eso. Él sonrió otra vez, y otra vez sentí confianza en él.
-Estás conmigo, no voy a juzgarte o callarte, nadie lo hará. Y quizá no estés acostumbrada a ello, así que por favor tómate tu tiempo. Pero no vuelvas a callar y sobre todo, no vuelvas a ocultar o mentir...
//fin flash back//
Una conversación fluida nos llevó hasta nuestro destino. Bajamos del auto riendo y haciendo bromas, y con ese humor caminamos hacia la entrada de aquel enorme parque de diversiones.
...
El cielo se adornó de azul negruzco. Algunas tenues estrellas se divisaban tras algunas nubes con la luna menguante acompañándolas.
Gumball y yo habíamos recorrido el parque de una punta a otra subiéndonos a cada uno de los juegos que podíamos a petición mía.
Caminamos exhaustos hacia el auto del mayor aun sin quitar aquellas divertidas y bobas sonrisas de ambos rostros. Incluso algunas risas salían al cruzar miradas cómplices entre ambos. Y sin darnos cuenta nuestras manos aún se encontraban entrelazadas. Había tanta gente en aquel parque que acordamos agarrarnos de aquella forma para no perdernos pero ahora que estábamos afuera no queríamos soltar la mano del otro. Quizá por miedo a pensar que el día había acabado y que pronto tendríamos que despedirnos.
O al menos yo así me sentía.
Solo una cosa tenia segura: Mi madre había ganado.
<<Estoy enamorada de Gumball>>
Con esos pensamientos rondando por mi cabeza ambos recorrimos todo el estacionamiento hasta llegar al coche.
Lo que paso después fue lo que no me esperaba.
Gumball abrió la cajuela para guardar los diversos artículos que habíamos ganado en los juegos de azar del parque. Al volverla a cerrar, un Fierro golpeo fuertemente su cabeza noqueándolo por completo.
Grite al ver su cuerpo inconsciente en el suelo con una herida abierta en la cabeza. Al intentar acercarme a él una mano tomo mi cintura cargándome mientras otra cubría mi boca con una especie de tela impidiéndome gritar.
Forcejee unos minutos intentando ver a quien me tenía sujeta hasta que paulatinamente quede inconsciente en los brazos de aquella persona.