POV ____:
Mire su mano, aun extendida hacia mí con una invitación para ir a la ducha, aun sin saber que decir ante la situación.
Si bien es cierto que no sería la primera vez juntos en un cuarto de baño y mucho menos desnudos, pero eso no significa que ya estaba acostumbrada a ello. Al contrario, estar en esta coyuntura, y sobre todo tras lo que acaba de decir, me hace sentir más incómoda y desconfiada que nunca.
Antes de si quiera pensar en hablar, Marshall rio divertido sin dejar de verme y tomo mi muñeca halando de ella logrando que yo me pusiera de pie.
-Vamos, te espero adentro- Dijo y camino hacia la puerta del baño- Tomate tu tiempo pero no demasiado, ¿Vale?- Me guiño un ojo antes de cerrar la puerta tras el dejándome sola una vez más en la habitación.
<<¡Podría escapar!>>
Fue lo primero que pensé, pero luego me regañe mentalmente por pensar en eso. Aunque quizá la situación se viera como una oportunidad, estaba segura de que Marshall no sería tan descuidado con eso. Seguramente no descarto la idea de que lo pensará en cualquier momento y se aseguró de cerrar las entradas y salidas de la pequeña residencia.
Suspire sin más posibilidades, aun si lo intentara, si llega a descubrirme, algo peor de lo que probablemente estaba por suceder me pasaría.
Dudosamente abrí la puerta del baño encontrándome con la espalda de Marshall, el cual estaba agachado tentando el agua de la bañera. Al percatarse de mi presencia, se incorporó rápidamente viéndome con una sonrisa traviesa.
-Empezaba a pensar que tendría que ir y traerte yo mismo, ven aquí y ayúdame a quitarme lo que falta.
Me acerque lentamente con un notorio sonrojo y la mirada puesta en la única prenda que traía puesta: su bóxer. Trague saliva mientras me inclinaba lo suficiente para tomarlo por los costados bajándolo rápidamente cerrando los ojos. Una vez volví a incorporarme, mantuve mi mirada fija en la suya evitando el contacto hacia abajo.
-Bueno, supongo que es mi turno de ayudarte a ti- Tras decir eso, desabrocho hábilmente el vestido que traía puesto de la manera que solo él podría hacerlo, aprovechando en cada instante tocar mi piel desnuda.
Una vez nos encontramos despojados de nuestras ropas, Marshall tomo mi mano delicadamente dirigiéndome con él hacia la bañera.
-Nunca dejare de repetirte lo hermosa que eres- Marshall se acercó hacia mi besando mi mejilla dulcemente, bajando con pequeños besos hacia mi cuello el cual mordisqueo un poco con cuidado. Esta vez lo sentía más apacible de lo normal.
Su mano viajo por debajo del agua acariciando mi cintura con lentitud. Justo cuando sentía que el calor de ambos cuerpos iba en aumento y mi respiración se volvía entrecortada, el sonido de su celular del otro lado de la puerta sonó interrumpiéndolo.
-Tsk, deja que suene, no debe ser más importante que esto- Ignorando el sonido, Marshall siguió con su labor.
Sin embargo, el sonido vibrante del celular no se detenía y termino por fastidiar a Marshall, quien irritado y con una mueca de fastidio decidió salir de la tina donde nos encontrábamos dispuesto a atender la insistente llamada.
-¿QUÉ? ¡Y más te vale que sea importante!- Aun sumergida en el agua pude escuchar el grito que pego Marshall dentro de la habitación- Entiendo... ya bajo- Tras un par de minutos, Marshall volvió a entrar en el cuarto de baño, esta vez enteramente vestido- Lo siento linda, tengo algo urgente que atender, pero no creas que te salvas tan fácilmente- Y dio un beso a mi frente antes de retirarse hacia la planta baja.
Tome un baño rápido un poco más aliviada agradeciéndole a la persona (quien quiera que fuera) que me salvo de esa situación.
Me vestí con la misma ropa que al despertar (ya que no tenía nada más con que vestirme) y salí de la habitación curiosa de un par de voces conocidas provenientes de la planta baja. Con timidez asome mi cabeza desde las escaleras viendo a Marshall hablando con un señor. Era muy alto y delgado, de edad bastante avanzada con el cabello blanco y algunas canas verdes a los costados. Su aura era bastante sombría y obscura. Mientras lo analizaba, Marshall me llamo con un ademan al notarme.
-¡____! ¡Ven!
Desconfiadamente mire al hombre mientras me acercaba hacia el pelinegro. Al llegar a un lado de él, me empujo suavemente para que quedara sentada sobre sus piernas.
-Así que esta es la famosa chica de la que tanto hablabas. Parece que Marceline hizo un buen trabajo esta vez.
-Así es- Marshall mostraba una sonrisa genuina al hablar con aquel hombre y me pregunte el tipo de relación que tenía con él, cosa que no tardó en responder por su cuenta- ____, quiero presentarte al señor Lich, un colega que conocí durante mi estadía en Francia.
-Mucho gusto señorita.
Incline mi cabeza en forma de saludo, sin embargo no me atreví a decir alguna palabra. Ese hombre me daba aún más desconfianza que el propio Marshall, sin embargo parecían llevarse bastante bien.
-Bueno, como decía Marshall, te pido disculpas por no haber estado presente el día de ayer y felicitarte debidamente.
-No te preocupes. Entiendo que siempre has sido un hombre bastante ocupado.
-Pero no creas que me olvide de ti- Hizo una ligera sonrisa antes de proseguir tras una bocada de aire- El abogado rosa...
-¿Qué tiene?- Espeto Marshall un poco irritado por hacerle constante mención de aquel hombre.
-Inicio una investigación junto con los padres de tu novia para buscarla.
-Jaja- Marshall dejo escapar una risa interrumpiendo a el señor Lich- Nunca nos encontraran. Si no lo hicieron cuando logre escapar de esa cárcel no lo harán ahora.
-Bueno, me entere de que tuviste una pelea con Ash.
-Cierto, ¿Y eso qué?
-Quizá olvidaste que el también formo parte de todo esto y tiene toda la información que ellos necesitan.
-No me digas que... - Hizo una pausa observando al señor Lich asentir con ambos brazos cruzados adivinando las sospechas de Marshall- Ese hijo de perra fue de soplón- maldijo por lo bajo.
-Es cuestión de tiempo que lleguen a este lugar- Al escuchar eso una chispa de esperanza nació en mí. Cosa que no duro mucho- Así que aquí entra mi turno de darte tu regalo.
El hombre tomo una carpeta de documentos que permaneció hasta ese momento a un lado de el en el sofá, y la extendió a Marshall.
-¿Qué es esto?
-Las escrituras de una de mis propiedades- Ambos miramos hacia el hombre sorprendidos. Más yo que Marshall- Esta al otro lado del país. Es lo bastante grande para que vivan los dos cómodamente y se encuentra a las afueras de una pequeña ciudad, junto al mar. El lugar es poco conocido y nada concurrido, estoy totalmente seguro que estarán a salvo ahí.
-Yo... no sé qué decir.
Marshall se quedó mirándolo aún con evidente sorpresa en el rostro. El hombre solo sonrió de lado.
-Feliz cumpleaños Marshall.