S- Quítate los pantalones.
W- No.
Me levanté del sofá al vez cómo también se levantaba y venía hacia mí. Fui retrocediendo por cada paso que el daba y cuando estaba a punto de abrir la puerta utilizó la voz.
S- Quieto.
Mis pies no se movían y me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo.
S- Contigo todo es por las malas...
Bajé la mirada y vi cómo bajaba la cremallera de mi pantalón, dejándolos caer suavemente hasta mis rodillas.
W- Para...no he hecho nada...
S- Cállate y estate quieto.
Tenía ganas de llorar. Los pantalones habían caído hasta los tobillos, pero por lo menos no me había quitado los calzoncillos.
Se alejó de mi unos pasos, pero no apartó su mirada de mis piernas mientras yo retorcía entre mis manos la sudadera nervioso.
S- ¿Qué estabas haciendo en Portugal?
W- Fui a un viaje...con mi escuela
S- Cuantos años tenías
W- Trece
Le miré por un momento, tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.
S-...Abre las piernas
W- No...no he hecho nada para que me hagas eso otra vez...
S- ¿Eres idiota? No voy a castigarte. Abre las piernas.
W- ¿Por qué debería de...?
Cogió mi sudadera y con fuerza me lanzó de nuevo al sofá, en el que caí por tropezar con el pantalón. No pude evitar gritar de sorpresa y al momento me doblé de dolor, mis caderas y mi entrada dolían como nunca había podido imaginar.
S- EXTIENDE LAS PUTAS PIERNAS O TE VUELVO A METER ESO POR EL CULO.
Me encogí aún más y saqué lo más rápido que pude el pie de la patera del pantalón. Sin mirarle y apretando los puños separé un poco las piernas.
S-...
Estrujé la sudadera y cerré los ojos con fuerza cuando de repente cogió mi pierna izquierda y la separó bruscamente. Después vino un silencio en el que solo se escuchaba mi agitada respiración.
S-...Donde y cuando...te hicieron esta marca.
W-...
S- Respóndeme.
Giré mi cabeza cuando sentí un suave roce en mi cicatriz y le miré. Pasaba su pulgar una y otra vez por encima de esta, trazando su contorno.
W- Hace siete años...en Portugal...
SAMUEL POV
Sentí como si alguien me hubiese dado un puñetazo en la boca del estómago. Me temblaban las manos y toda mi fuerza se había ido, dejando un cosquilleo. Me aparté de él y fui hasta mi escritorio, derrumbándome en la silla.
Lavanda...
Volví la vista al sillón y vi cómo sus manos temblaban intentando abrocharse los pantalones. Tiré de mi pelo, desordenándolo por completo y cogí el móvil. Marqué de nuevo el número de Frank, pero que iba a decirle...¿que el tenía razón? Joder...volví a dejar el móvil encima de la mesa y de nuevo mi vista se fue directamente al sofá. Suspiré y recordé de nuevo ese olor...si sólo no hubiese perdido el sentido del olfato esto no habría pasado.
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Un omega diferente
FanfictionLa sociedad ha avanzado en la última década y los omegas ya no están tan reprimidos. Pueden estudiar, y a pocos se les obliga a casarse. Guillermo, o como sus padres lo llaman, Willy, está estudiando una carrera. Casi no tiene problemas por no ten...