Parte 14 Realidad

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S- No mucho. De camino iremos hablando los detalles de tu historia.

W- ¿Qué historia?

S- De cómo te escapaste de casa y de imprevisto apareciste en la de tu novio.

W-....¿¡Cómo!? Perdona, pero no pienso mentir a...

S- Es eso o te quedas sin verlos.

Retiro lo dicho. Esta persona...

Es el diablo.

S- ¿A qué esperas? Dúchate y no pierdas el tiempo.

W- Si, si.

S- Ah, espera un momento.

W- ¿Que?

Se levantó, dejó a Bolt en la habitación cerrando la puerta y cogiéndome de improvisto me dio la vuelta.

W- ¿¡Qué haces!?

S- Si soy tu novio tendrás que tener alguna marca que lo indique, así que estate quieto.

W- No me jodas...¡ya te dije que no voy a dejar que me marques!

S- Estate quieto...

Me revolví y le pisé un pie con todas mis fuerzas mientras arañaba sus brazos.

S- Hijo de...ESTATE QUIETO.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y de nuevo me entraron ganas de llorar al sentirme tan inútil.

W-....no quiero...

Le oí suspirar a mi espalda y aflojó su agarre.

S- No te voy a marcar, así que tranquilízate.

W-...

S- Sólo te voy a hacer marcas superficiales, ¿vale?

Negué de nuevo con la cabeza, pero enseguida supe que no me iba a hacer caso al sentir su lengua deslizándose por mi cuello. 

W- Para, por favor....Les diré todo lo que quieras, pero no me...ah...

Sentía sus dientes mordiéndome a un lado del cuello mientras sus manos aún me sujetaban fuertemente... Tengo miedo. 

Me tense cuando una de sus manos se posó en mi abdomen y fue deslizándose hasta llegar a mi cadera.

W- ¿Qué haces...?

S- Quítatelos 

Cogió el borde de los pantalones y tiró de ellos.

S- Voy a hacer que te relajes. 

W- No necesito relajarme...

Cerré los ojos cuando mordió más fuerte mi cuello y mis rodillas se doblaron.

S- Apóyate en la bañera.

W-...

Quedé arrodillado frente a esta y cuando me soltó con las manos, temblando, me apoyé en el borde con fuerza. Sentía mis mejillas calientes, demasiado calientes, y mi respiración se había vuelto pesada. Sentía cómo las mordidas iban bajando por mi hombro y después por mi espalda.

W-...Ahí...no hace falta...

S- Calla.

Salté cuando su mano se posó en mi miembro y apretó un poco.

W-...qué haces...

S- Ven aquí...

Me giró y grité cuando mi espalda desnuda tocó la superficie de la bañera. Sin perder un segundo él se puso entre mis piernas y cerré los ojos cuando se inclinó sobre mi empezando a morder y chupar mi cuello y clavícula. Puse mis manos en su pecho y le empujé con todo lo que tenía, pero en vez de apartarse se inclinó más sobre mí y empezó a acariciar mi miembro con fuerza.

Un omega diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora